Aprendiendo
a aprender: Poderosas herramientas mentales con las que podrás dominar temas
difíciles (Learning How to Learn)
by Universidad McMaster & Universidad de
California en San Diego
Impartido
por:
Dr. Barbara Oakley, Ramón y Cajal Distinguished Scholar of Global Digital Learning,
McMaster University Professor of Engineering, Industrial & Systems
Engineering, Oakland University
Dr. Terrence Sejnowski, Francis Crick Professor at the Salk Institute for Biological Studies. Computational
Neurobiology Laboratory
M.S. Orlando Trejo, Assistant Professor Department of Electronics and Circuits,
Universidad Simón Bolívar
Acerca de este Curso
Este curso brinda acceso a técnicas de aprendizaje
utilizadas por expertos en arte, música, literatura, matemáticas, ciencia,
deportes y muchas otras disciplinas. Aprenderemos cómo el cerebro utiliza dos
modos de aprendizaje muy distintos y cómo encapsula (“fragmenta”) la
información. También habla sobre ilusiones de aprendizaje, técnicas de memoria,
cómo ocuparse de la procastinación y las mejores prácticas, según lo demuestra
la investigación, para ayudarnos a dominar los temas más complicados. Con estos
enfoques, más allá de tus niveles de destreza en los temas que se quieran
dominar, se puede cambiar el pensamiento y la vida...
El libro sobre el cual está basado este curso es
“Abre tu mente a los números” (versión en español) de Barbara Oakley.
Como una aportación personal, he
agregado algunos vínculos que conducen a información complementaria en los
conceptos básicos del artículo.
En el vínculo de procrastinación del título encontrará información básica para comprender el significado de la procrastinación.
INTRODUCCIÓN A LA PROCRASTINACIÓN
Ocuparse de la
procrastinación es más fácil y valioso de lo que parece
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Tackling procrastination: Is easier and more valuable than you think
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Una herramienta muy útil para combatir la
procrastinación es el Pomodoro, ese período de 25 minutos de concentración
ininterrumpida seguida de un poco de relajación.
Entender un poco la psicología cognitiva de
la procrastinación nos puede ayudar a desarrollar sanas medidas preventivas. Esta
vez hablaremos un poco de los zombies internos, las respuestas rutinarias y
habituales del cerebro son el resultado de estímulos específicos. Estas respuestas
zombie a menudo se enfocan en mejorar el aquí y ahora.
Podemos engañar a algunos de estos zombies
para que nos ayuden a vencer a la procrastinación cuando sea necesario. No todas
las procrastinaciones son malas, incluso si somos buenos manejándola, aquí
aprenderemos cosas útiles que nos podrán permitir priorizar mejor el
aprendizaje.
La razón por la que es importante aprender
a evitar la procrastinación es que el buen aprendizaje es una actividad
paulatina; conviene evitar el abarrotamiento que no construye estructuras
neurales sólidas, dedicando la misma cantidad de tiempo al aprendizaje pero espaciándolo.
Lo primero es lo primero. Al contrario de
la procrastinación ~ en la que es fácil caer ~, la fuerza de voluntad es difícil
de encontrar. Requiere muchos recursos neurales.
No es conveniente desperdiciar fuerza de
voluntad en controlar la procrastinación, salvo cuando sea absolutamente
necesario. Sobre todo porque no hace falta.
Procrastinamos en relación a las cosas que
nos ponen un poco incómodos; cuando pensamos en algo que no nos gusta y se
encienden los centros de dolor en el cerebro, mudamos la atención y la
enfocamos en algo más agradable. Eso nos hace sentir mejor, al menos temporalmente.
Pero los efectos a largo plazo de evitar
las cosas sistemáticamente pueden ser perniciosos. Cuando postergas tus estudios
puede ser más doloroso pensar en estudiar, puedes sofocarte en los exámenes pues
no has creado bases neurales firmes necesarias para sentirte cómodo con el material.
La procrastinación puede ser un mal hábito
monumentalmente importante, como una piedra angular, es decir, un hábito que
influye en muchas áreas importantes de la vida. Si mejoramos las capacidades
en esta área, gradualmente sucederán muchos otros cambios positivos.
La procrastinación comparte características
con la adicción; ofrece excitación y alivio temporales contra la realidad,
que a veces es aburrida. Por ejemplo, es fácil engañarte a i mismo y pensar
que lo mejor que puedes hacer en un momento dado es navegar por la web en
lugar de leer el libro de texto o resolver los problemas que te asignaron;
puede que comencemos a buscar o crear excusas irracionales que suenen superficialmente
razonables.
Mientras más avances en el estudio más
importante es controlar la procrastinación; los hábitos que sirvieron en los
primeros años pueden no ser los adecuados para nuevas etapas.
Los procrastinadores solo postergan una
cosita pequeña, lo hacen una y otra vez y se van acostumbrando a hacerlo;
puede que hasta se vean sanos, pero los efectos a largo plazo, no son buenos.
Las estrategias para manejar la
procrastinación son sencillas, solo que a veces no son intuitivamente obvias.
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A handy
tool to help us with procrastination is the pomodoro, that 25 minutes period
of uninterrupted focus followed by a bit of relaxation.
Understanding
a little about the cognitive psychology of procrastination can help us develop
healthy preventive measures. Now, we will learn about the inner zombies, the routine
habitual responses our brain falls into as a result of specific cues. These zombie
responses are often focused on making the here and now better.
We can
trick some of these zombies into helping us fend off procrastination when we
need to. Although procrastination is bad, even if you are pretty good already
in handling procrastination, we’ll learn some helpful insights here that can
allow us to better prioritize our learning.
The reason
that learning to avoid procrastination is so important is that good learning
is a bit by bit activity; it’s better to avoid cramming, which doesn´t build
solid neural structures, by putting the same amount of time into our
learning, but spacing that learning out.
First things first. Unlike
procrastination ~ which is easy to fall into ~ willpower is hard to come by. It
uses a lot of neural resources.
We shouldn’t waste
willpower on fending off procrastination, except when absolutely necessary. Best
of all because we don’t need to.
We procrastinate about
things that make us feel a little bit uncomfortable; when we think about
something we don’t particularly like, and the pain centers of our brain light
up, so we shift and narrow our focus of attention to something more enjoyable;
this causes us to feel better at least temporarily.
But the long-term effects
of habitual avoidance can be nasty. When we put off our studies it can become
even more painful to think about studying it. We can choke on tests because
we haven’t laid the firm neural foundations we need to feel comfortable with
the material.
Procrastination can be a
single, monumentally important keystone bad habit, a habit, in other words,
that influences many important areas of our life. If we improve our abilities
in this area, many other positive changes will gradually begin to unfold.
Procrastination shares
features with addiction; it offers temporary excitement and relief from
sometimes boring reality. For example, it’s easy to fool ourselves into
thinking that the best use of any given moment is surfing the web instead of
actually read the textbook or doing the assigned problems; it could be that
we start to look for or create irrational excuses that sound superficially
reasonable.
The higher we go in study
the more important is to take control of procrastination; habits that worked
in earlier years con not be suitable for new stages.
Procrastinators put off
just that one little thing, they do it again and again, gradually growing
used to it; they can even look healthy but the long-term effects aren’t so
good.
Strategies for dealing
with procrastination are simple. It’s just that sometimes they aren’t intuitively
obvious.
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EL HÁBITO \ the habit
https://infopedia24.com/wp-content/uploads/Habit-Formation.jpg |
Zombies en
todas partes: profundizando para comprender el hábito de la procrastinación.
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Zombies everywhere. Digging deeper to understand the
habit of procrastination
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Hablando seudocientíficamente,
fragmentar se relaciona con los hábitos.
El hábito es un
ahorrador de energía; nos permite liberar nuestra mente de otros tipos de
actividades.
Adoptamos este
modo habitual zombie mucho más a menudo de lo que se puedan imaginar.
De eso se tratan
los hábitos, no hay que pensar de modo enfocado en lo que estás haciendo
mientras estás ejecutando el hábito. Ahorra energía.
Los hábitos
pueden ser buenos o malos. Pueden ser breves, como cepillarte el pelo o
pueden ser largos, como una caminata.
Se puede
considerar que los hábitos tienen cuatro
fases:
1º. El estímulo.- es el disparador que desencadena al
modo zombie. El estímulo puede ser algo tan simple como leer la primera cosa
de tu lista de cosas por hacer, o ver el mensaje de texto de un amigo.
El estímulo en sí
mismo no es útil ni dañino, es la rutina. Lo que hacemos en reacción a ese
estímulo es lo que importa.
2º.- la rutina.- Ese es el modo zombie. La respuesta usual de
rutina que el cerebro está habituado a dar cuando recibe el estímulo.
Las respuestas zombie
pueden ser útiles, inofensivas o a veces dañinas.
3º.- la recompensa.- todo hábito se
desarrolla y continúa debido a que nos recompensa. Nos da una pequeña
sensación inmediata de placer.
La procrastinación
es un hábito fácil de desarrollar porque la recompensa ~que es volver el foco
de la mente hacia algo más placentero~ sucede muy rápida y fácilmente.
Pera los buenos
hábitos también se pueden recompensar. Para escapar de la procastinación es importante
encontrar formas para recompensar los buenos hábitos de estudio.
4º.-Creer. Los hábitos tienen poder debido a que crees
en ellos. Por ejemplo, puedes sentir que nunca podrás ser capaz de cambiar tu
hábito de postergar los estudios hasta la última hora.
Para cambiar un
hábito necesitarás cambiar la creencia subyacente.
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Neuroscientifically speaking, chunking is related to habit.
Habit is an energy saver for us; it allow us to free our mind for other
types of activities.
We go into this habitual zombie mode far more often than we might
think.
That’s the point of habits, we don’t have to think in a focused manner
about what we are doing while we’re performing the habit, it saves energy.
Habits can be good or bad. They can be brief like absently brushing
back your hair, or they can be long for example when you take a walk.
We can think of habits as having four phases:
1st.-
it is the cue. This
is the trigger that launches us into zombie mode. The cue may be something as
simple as seeing the first item in our to-do list, or seeing a text message
from a friend.
A Cue by itself is neither helpful nor harmful. It’s the routine, what
we do in reaction to that cue. That’s what matters.
2nd.-
the routine.- this is our zombie mo the routine habitual response our brain is used
to falling into when it receives the cue.
Zombie responses can be useful, harmless, or sometimes harmful.
3rd.-
the reward.- Every habit develops and continues because it give us an immediate
little feeling of pleasure.
Procrastination is an easy habit to develop because the reward ~moving
our mind’s focus to something more pleasant~ happens so quickly and easily.
But good habits can also be rewarded. Finding ways to reward good
study habits is important for escaping procrastination.
4th.-
The belief.- habits have power because our
belief in them. For example, we might feel we’ll never be able to change our
habits of putting off our studies until late in the day.
To change a habit we will need to change our underlying belief.
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PROCESO vs PRODUCTO
Herramientas mentales para aprender
Herramientas mentales para aprender
PROCESO
vs PRODUCTO
Herramientas
mentales para aprender
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SURF: PROCESS vs PRODUCT
Mental tools and tricks to learn
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Una de las
mejores formas de aprender de manera efectiva es emplear herramientas y
trucos mentales que te inspiren y te motiven.
Hablando del
aprendizaje en general, debes ser consciente de que es perfectamente normal
tener sentimientos negativos por tener que ponerte a estudiar, incluso si es
un tema que normalmente te gusta. Lo importante es cómo gestionas esos
sentimientos.
Los investigadores
han descubierto que los no procrastinadores dejan a un lado sus sentimientos
negativos, diciéndose a sí mismos cosas como “deja de perder el tiempo y ponte a hacerlo, en cuanto empieces te
sentirás mejor”.
Si te
encuentras evitando ciertas tareas porque te hacen sentir incómodo, debes
saber que hay otra manera útil de replanteárselo, que es centrarse en el
aprender a enfocarte en el proceso, no en el producto.
El proceso
es el flujo del tiempo y los hábitos y acciones asociados con ese flujo de tiempo.
Como en voy a pasar 20 minutos
trabajando. El producto es un resultad, por ejemplo, una tarea que
necesitas terminar.
Para evitar
la procrastinación debes evitar centrarte en el producto y prestar atención
al proceso de construcción.
Los procesos
tienen que ver con hábitos simples; hábitos que, casualmente, te ayudan a
hacer las tareas no placenteras que necesitas hacer. Por ejemplo, digamos que
no te gusta hacer la tarea de una clase en particular, entonces postergas
hacer esa tarea, y vas retrasando el hacerla; piensas: “Solo son cinco
preguntas, no puede ser tan complicado”. En el fondo, te das cuenta de que
responder las cinco preguntas puede ser un trabajo muy largo. Es más fácil
fantasear con que las preguntas, el informe de 10 páginas o lo que sea, lo
puedes hacer en el último momento.
El reto es
evitar concentrarte en el producto, en las respuestas. El producto es el que
desencadena el dolor que te lleva a la procrastinación; en cambio, debes
enfocarte en el proceso, las pequeñas fracciones de tiempo que necesitas durante
días o semanas para las preguntas o para algún examen.
¿A quién le
importa si terminas la tarea o si captas o retienes los conceptos clave en
una sola sesión? Sin embargo, lo importante es que, calmadamente, pongas todo
tu esfuerzo durante un corto período.
El proceso.
Una de las formas más fáciles de enfocarte en el proceso es
enfocarte en hacer un pomodoro, una
sesión de trabajo de 25 minutos y no en completar una tarea.
La idea esencial
es que a los hábitos de tu cerebro le gustan los procesos porque puede
marchar sin pensar. Es mucho más fácil usar un hábito para ayudar con el
proceso, que para ayudar con el producto.
Centrándote en
el proceso, y no en el producto, consigues no juzgarte a ti mismo, y
relajarte dejando que el trabajo fluya.
La clave es
que cuando surja la distracción ~que inevitablemente surgirá~ tienes que
estar entrenado para dejar que fluya. Prepararte para que las distracciones
sean mínimas es también buena idea.
Muchos estudiantes
consideran útil para concentrarse, estar en un espacio silencioso, o usar audífonos
anti-ruido, si los pueden pagar.
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One of the best ways of being effective in your learning is to use
mental tools and tricks to inspire and motivate yourself.
First, when it comes to learning in general, you should realize that
it’s perfectly normal to start with a few negative feelings about beginning a
learning session. Even when it’s a subject you ordinary like, it’s how you
handle those feelings that matters.
Researchers have found that nonprocrastinators put their negative thinking
aside saying things to themselves like “quit
wasting time and just get on it, once you get going, you will feel better
about it”
If you find yourself avoiding certain tasks because they make you feel
uncomfortable, you should know there’s another helpful way to re-frame
things. And that’s to learn to focus on process instead of the product.
Process means the flow of time and the habits and actions associated
with that flow of time. As in, I’m going
to spend 20 minutes working. Product is an outcome, for example, a
homework assignment that you need to finish.
To prevent procrastination you need to avoid concentrating on product.
Instead, your attention should be on building processes.
Processes relate to simple habits that coincidentally allow you to do
unpleasant tasks that need to be done. For example, let’s say you don’t like
doing homework in a particular class. So you put off working on the homework.
“It’s only five questions, ~you think~
how hard could that be?” Deep down, you realize that answering these five
questions could be a very length job. It’s easier to live in a fantasy world
where the five questions, or the ten page report or whatever, can be done at
the last minute.
The challenge is to avoid focusing on the product, the answers to the
questions. The product is what triggers the pain that causes you to
procrastinate. Instead, you need to focus on the process. The small chunks of
time you need over days or even weeks to answer the questions or prepare for
tests.
Who cares whether you finish the homework or grasp the key concepts in
any one session? The whole point instead, is that you calmly put forth your
best effort for a short period.
Now process.
One of the easiest ways to focus on process is to focus on doing a pomodoro, a 25 minute timed work
session, not on completing a task.
The essential idea here is that the habits of your brain like processes
because it that the habits of your brain likes processes because it can march
mindlessly along. It’s far easier to enlist the habit to help with a process,
then to help with a product.
By focusing on process rather than product, you allow yourself to back
away from judging yourself and instead you allow yourself to relax into the
flow of the work.
The key is when a distraction arises, which it inevitably will, you
need to train yourself to just let it flow by. Of course, setting yourself up
so that distractions are minimal is also a very good idea.
Many students find that either a quiet space or noise canceling
headphones if you can afford them, can be helpful when they’re really trying
to concentrate.
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Fin de la publicación...
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