6. Aprender en red. Construcción del PLE
Hemos hablado de los cambios que la Web 2.0 ha posibilitado -cuyos principios, según O’Reilly- pueden sintetizarse en la disponibilidad de incontables recursos en la web que facilitan la complementación entre funciones para usuarios no expertos; inteligencia colectiva que estimula y distribuye la generación de contenidos logrados vía trabajo colaborativo, crítico y creativo; software de versión beta (en desarrollo) constante, ubicuidad e interactividad, . De allí que de Clercq[1] la definiera como
“[...] una nueva generación de servicios y aplicaciones web en línea que facilitan la publicación, el compartir y la difusión de contenidos digitales, que fomentan la colaboración y la interacción en línea y que ofrecen unos instrumentos que facilitan la búsqueda y organización de la información en línea [...]”
De todo lo disponible, varias son las herramientas que los docentes han comenzado a aprovechar con fines educativos; ya en 2009[2] se los asociaba con cuatro direcciones, tomando la metáfora de brújula: redes sociales, recuperación de información, creación y socialización de recursos.
Actualmente, la posibilidad de aprender colaborativamente, virtualmente, está permitiendo ampliar el horizonte de posibilidades.
No hay dudas de que la web, actualmente, permite sinnúmero de interacciones, pero, ¿es lo mismo trabajar cooperativa que colaborati- vamente? Debemos afirmar que no. Aunque ambos tienen su eje en la construcción del aprendizaje, el cooperativo se da con una alta participación de decisiones docentes, mien- tras que en el colaborativo son los estudiantes quienes las regulan y, por ello, fomenta la creatividad, el compromiso, la laxitud en la conformación de redes y la experiencia.
Hoy, aprender en red es más que cooperar. Es hacerlo colaborativamente.
6.1 Estilos de aprendizaje
Sabemos que no somos todos iguales, que tomamos las experiencias de acuerdo con nuestra modalidad de razonamiento y, por eso, podemos decir que cada uno le pone su toque personal al asunto. Esta condición también puede detectarse en cómo aprendemos (y enseñamos, obviamente). Nos referimos a que tenemos un estilo que nos distingue.
Lozano Rodríguez[3]señala la necesidad de definir los estilos como la presencia de “preferencias, tendencias y disposiciones que distinguen a un individuo en la manera en que se conduce, habla, piensa, aprende y enseña”. Pero, en términos de aprendizaje, ese estilo también se halla vinculado con las herramientas disponibles para lograrlo.
El mismo autor, citando los resultados de una investigación, indica que los docentes han reconocido que:
“[...] El estilo de aprendizaje reflexivo se distingue como el de mayor uso de tecnologías, lo que parece evidenciar que existe una relación entre el estilo de aprendizaje reflexivo y el uso de medios electrónicos. Por ello, el estilo reflexivo parece ser el estilo que mejor se adapta al diseño y desarrollo de cursos a distancia, por ello la percepción de los docentes, dentro del presente estudio manifiesta que el estilo reflexivo es el que mejor se adapta al trabajo colaborativo dentro de una modalidad en línea constituyendo un mejor liderazgo e interacción en el desarrollo de actividades colaborativas [...]” (pág.48)
- Percepción de la información: estilos visual y verbal-auditivo.
- Procesamiento de la información: estilos global y analítico.
- Planificación del tiempo para cumplir con las metas de aprendizaje: estilos planificado y espontáneo
- Orientación de las comunicación y relaciones interpersonales en el aprendizaje: estilos cooperativo, independiente o individual.
Asimismo, debemos considerar que la incorporación de TIC ha generado un cambio en las condiciones personales y sociales. Morduchowicz[5]analiza el fenómeno y destaca que:
“[...] La relación de los jóvenes y las pantallas no puede tampoco abordarse sin tomar en cuenta las brechas sociales que existen entre los jóvenes “conectados”, y los “desiguales y desconectados”. Los incluidos son quienes están conectados. Y sus otros son los excluidos, quienes ven rotos sus vínculos al quedarse si trabajo, sin casa, sin conexión. Estar marginado es estar desconectado. El mundo se encuentra dividido entre quienes tienen domicilio fijo, documentos de identidad y de crédito, acceso a la información, dinero, y por otro lado, los que carecen de tales conexiones. Para millones, el problema es ser incluidos, llegar a conectarse, sin que se atropelle su diferencia ni se los condene a la desigualdad [...]”. (pág. 14-15)
La misma autora profundiza y amplía conceptos en una entrevista, en relación con las nuevas subjetividades que se están conformando a partir de la presencia de nuevos lenguajes. Los invitamos a verla.
Muchas son las investigaciones que demuestran que las nuevas generaciones se encuentran cómodas con relaciones logradas en comunidades virtuales y redes sociales, con la misma naturalidad que podrían darse en relaciones cara a cara, que les gusta la celeridad debido a la facilidad con que manejan el acceso a la información y los contactos, que logran lecturas no lineales (hipertextuales) sin demasiados problemas[6]. Estas condiciones facilitan la autonomía y permiten decidir recorridos de aprendizaje adaptados a intereses y necesidades. Es, como se ve, una lógica de trabajo que tiene un planteamiento claramente distinto al que hallamos en aulas presenciales tradicionales.
La ubicuidad de las tecnologías permite llevar a cabo una serie de estrategias que tienen por objetivo las propias necesidades. De esto hablaremos más adelante.
6.2 Inteligencia colectiva
En el módulo 1 rozamos tangencialmente el concepto de inteligencia colectiva, por eso ya saben que el impacto de la Web 2.0 ha promovido la condición de prosumir, gracias a la colaboración e interacción que ha dado lugar a la formación de redes. Estos núcleos productivos han generado desarrollos, de acuerdo con Pisani y Piotet apud Moreno Herrero y Gonzalo Muñoz[7], en torno de seis elementos que operan interdependientemente:
- Plataforma: La web permite hacer “casi” todo (enviar e-mails, compartir materiales, trabajar colaborativamente en tiempo real, efectuar operaciones bancarias y comerciales, hablar como por teléfono, mientras nos vemos, chatear, etc).
- Recibir/publicar/modificar: Mediante las interacciones, la modificación y enriquecimiento de la información no solo produce circuitos comunicacionales sino también conocimiento que se divulga por medio de las contribuciones (insertando comentarios) y/o subiendo los propios contenidos en blogs, wikis o redes sociales.
- Alta velocidad: Colabora con la popularización y ubicuidad; permiten que estemos siempre conectados (always on), con computadoras, tablets y teléfonos inteligentes.
- Contribuciones: Como consecuencia de la alta velocidad los usuarios pueden colaborar en todo momento.
- Efectos de red: la suma de las contribuciones que no cesan provocan un conjunto de conocimiento que obliga a mejoras (tecnológicas y de servicio). En consecuencia, el concepto de saber cambia y se enfoca en el aprovechamiento de esa modalidad de inteligencia que es colectiva.
- La «larga cola»: la variedad de intereses que se visibilizan en la web ha dado lugar a la creación de mercados de nichos, es decir, de oportunidades, de ofrecimiento de bienes (tangibles o intangibles) para usuarios con diferentes requerimientos, necesidades y/o preferencias de consumo, hecho que ha aumentado la creatividad y la economía de y para la diversidad.
No estamos señalando avances que una sola persona pueda realizar, tampoco un pequeño grupo. El todo es mucho más que la suma de sus partes y eso es gracias a la inteligencia colectiva que promueve la web, canalizada por medio de numerosos recursos que los mismos usuarios han ido construyendo y mejorando. Pero, además, da cuenta de un cambio social en cuanto a la distribución del conocimiento, por eso, “desde esta perspectiva, la apertura es la pieza clave de este círculo virtuoso de participación y colaboración”. (Lévy apud Cobo y Pardo[8])
Si en este punto dirigimos la mirada al ámbito educativo, debemos contemplar numerosas herramientas[9]que, seleccionadas y/o adaptadas en función de los contenidos, fomentan ese importante trabajo colaborativo y potencian las diferentes inteligencias que operan en nosotros. Debemos considerar que la inteligencia, siguiendo a Gardner, es la capacidad que nos lleva a resolver problemas y crear productos valiosos para una o varias comunidades o culturas. En consecuencia, es el encuentro con situaciones desafiantes - en mayor o menor medida- lo que la activa y estimula esa capacidad que lleva a transformar simbólicamente lo que se ve. (Por ejemplo, un razonamiento traducido en un gráfico).
¿Qué oportunidades nos brinda la web para operar con las inteligencias múltiples que Gardner ha distinguido?
El mapa mental (clic aquí para ver imagen ampliada) muestra cómo se relacionan algunos recursos con las ocho inteligencias; podemos ver cómo, en el aprovechamiento de las diferentes herramientas, somos capaces de activarlas alternativamente[10]. De todos modos, conviene reflexionar sobre la importancia de acercarnos crítica y reflexivamente a las TIC.
Es relevante mencionar que, pensando en el rol docente, son nuestras propuestas pedagógicas las que deben impulsar el diseño de soluciones; las herramientas facilitarán la organización, interpretación, proyección y creación de lo diseñado. Por esta causa, D. Jonassen[11] ha afirmado que, cuando se utilizan para representar el conocimiento adquirido, el pensamiento crítico aparece involucrado porque obliga a establecer relaciones y a pensar de otro modo (ver gráfico).
6.3 Qué es el PLE
Cuando nos referimos al proceso de aprender, habitualmente pensamos en qué, cómo y dónde. Son las condiciones que nos remiten al entorno. En la actualidad, el concepto de entorno ha expandido su significación meramente instrumental; de todos modos, sosteniendo la idea de ambiente que rodea algo, cuando se lo contempla en función de lo pedagógico, alude al conjunto estratégico de herramientas, servicios y/o dispositivos que permiten que aprender sea posible. Cuando ese entorno remite a lo personal es denominado con la sigla PLE (Personal Learning Environment).
Lo que ocurre es que un PLE se nutre con otro, más amplio y enriquecido por la formación de redes de conocimiento distribuido; en ese caso, es un PLN (Personal Learning Network) o red personal de aprendizaje.
“[...] El PLE es una combinación de diferentes servicios y herramientas que apoyan las experiencias de aprendizaje individuales, que a su vez incorporan elementos sociales a través de la participación del individuo en entornos distribuidos. En el proceso de buscar nuevas vías para el aprendizaje, los individuos no sólo aprenden a utilizar una diversidad de herramientas, sino que también aprenden a crear y administrar sus Redes Personales de Aprendizaje (PLN) como resultado de su participación en un ecosistema que favorece su aprendizaje continuo. Como consecuencia de esta participación, van construyendo poco a poco una huella digital personal, que constituye la base de su identidad digital (Costa y Torres, 2010); una representación permanente de su aprendizaje y de su práctica a través de actividades sociales [...]” (Torres Kompen y Costa[12], pág. 85)
Como la formación del PLE se ajusta a lo individual, resulta un avance porque se organiza en torno del que aprende y sus necesidades, posibilidades e intereses; de este modo puede gestionar los tiempos, contenidos, procesos y avances.
El PLE (tomando en cuenta este curso) incluye tanto la creación de contenidos individuales (como el blog e-portfolio o la elección de las herramientas -como han hecho en el módulo 1-) o grupales (los documentos colaborativos realizados en Gdocs, o los foros en los que han participado), la gestión de la información (tanto para lo individual como lo colaborativo), las relaciones y comunicaciones (vía Twitter o chat) logradas con otros usuarios o en otros espacios (YouTube, Slideboom, etc).
6.4 Componentes del PLE
Ya hemos destacado de qué modo los PLE, al estar diseñados por el interesado, aumentan las oportunidades educativas de tal modo que la educación formal se articula claramente con la que no lo es. Pero, ¿qué aspectos centrales deberemos considerar?
De acuerdo con Castañeda y Adell, tres son los componentes de un PLE: las herramientas que se eligen, los recursos para obtener la información y las redes (PLN) logradas.
Para poder ver de qué modo los autores han lo conceptualizado, los invitamos a mirar el video en el que Linda Castañeda lo expone:
Al ser una creación personal, cada uno de nosotros difícilmente tenga un PLE igual al de otro, sin embargo, es probable que sí se encuentren coincidencias porque los recorridos -en general- son compartidos ya que todos formamos parte de las redes.
Les dejamos dos ejemplos que representan PLE de diferentes usuarios: UNO y OTRO. También una infografía que resume aspectos que conviene considerar: VER
6.5 Retención vs deserción
Hemos planteado cómo, en la construcción del PLE, cada uno de nosotros puede utilizar una amplia variedad de herramientas digitales (Wikipedia, bases de datos, documentos, redes sociales, foros especializados) o no (como una tradicional biblioteca) y -especialmente- trabajar en colaboración con otros (usuarios de la web, otros estudiantes, colegas, profesores y/o expertos). Sin embargo, no hemos planteado algunos inconvenientes que pueden ocasionar dificultades de diferente grado.
Si el número de herramientas con las que hemos ido entusiasmándonos es alto, probablemente nos abrumemos por la cantidad o porque no tenemos el nivel de experticia que requieren; incluso, puede ocurrir que su aplicación nos desvíe del objetivo propuesto, convirtiéndose el empeño en un distractor. Por otro lado, el mismo hecho de gestionar nuestra formación puede hacernos sentir que no tenemos un claro referente si aun no estamos totalmente convencidos de las ventajas de lo digital o que, encontrándonos frente a respuestas variadas, no podamos establecer criterios de validez y la situación nos afecte negativamente.
Los aspectos obstaculizadores que estamos mencionando pueden llegar a aparecer también cuando emprendemos estudios formales en línea y, por eso, será necesario que pensemos en dos situaciones que no son exclusivas de los EVA: retención y deserción siempre son un desafío.
En cursos virtuales, se entiende- operacionalmente- que la retención es la decisión del estudiante de mantenerse matriculado y participando ; por el contrario, la deserción es su decisión de abandonar y no participar de ese curso.
Muchas son las razones que pueden provocar el abandono; algunas son muy personales (problemas laborales o económicos, familiares, de salud), pero otras deben asumirse de parte de la institución educadora, porque muchas veces “la deserción o la permanencia dependen fuertemente de un exitoso acoplamiento entre la institución y el individuo. Este acoplamiento está mediado por factores individuales e institucionales [13].”.
Lo individual está, por cierto, fuera de las posibilidades de abordaje en este módulo, así como las que corresponden a las particularidades de la institución. Sin embargo, podremos señalar algunos aspectos generales importantes y que han sido destacados por Rivera Montalvo[14]:
➔ Mucha de la frustración del estudiante está relacionada con la ayuda técnica deficiente; ocasiona graves dificultades e influyen negativa y poderosamemte en su aprendizaje y satisfacción.
➔ Fallas en el ejercicio de la tutoría, debido a que quien ejerce el rol no posee las estrategias y habilidades que se deben emplear.
➔ Pautas administrativas poco claras que afectan el cumplimiento de obligaciones.
Frente a esto, la misma investigadora enuncia algunas medidas, contemplando las sugerencias de Restrepo:
Preventivas:
➔ Presentación dosificada de la información, lecturas y actividades;
➔ Personalización del servicio técnico, así como la mejora en los canales de comunicación
Correctivas:
➔ Flexibilización de la duración de los cursos, brindando facilidades para su conclusión
➔ Promoción de la participación en comunidades virtuales para disminuir el aislamiento académico
➔ Consideración de medidas que permitan colaborar con los ritmos personales de aprendizaje (aspecto central para quien desea ser tutor/a)
Aun cuando los estudios en EVA se inician por decisión propia (en la mayoría de los casos), las condiciones de manejo del tiempo, la dedicación necesaria así como la posible sensación de soledad y los aspectos ligados a lo técnico pueden ser disminuidos, entre otros factores, si el ejercicio de la tutoría sostiene una vínculo fluido, correcto pero amigable. Abordaremos el tema específico de la tutoría virtual en el modulo siguiente.
6.6 Biliografía
- Castañeda, L. y Adell, J. (2013), Entornos personales de aprendizaje: claves para el ecosistema educativo en red, . Alcoy, Marfil, Cap. 1. Disponible en http://www.um.es/ple/libro/
[1] De Clercq, Lize (2009) ¿Qué es la web 2.0?, en Gráné, M. y Willem, C. (Eds.) Web 2.0: Nuevas formas de aprender y participar, Barcelona, Laertes, pág. 21- 32.
Disponible en <http://es.scribd.com/doc/220217630/Web-2-0-Nuevas-Formas-de-Aprender-y-Participar>
Disponible en <http://es.scribd.com/doc/220217630/Web-2-0-Nuevas-Formas-de-Aprender-y-Participar>
[2] Para ampliar, puede considerarse el Monográfico realizado en 2009 por SCOPEO, Observatorio conformado por la Universidad de Salamanca y la Fundación Germán Sánchez Ruipérez.<http://scopeo.usal.es/wp-content/uploads/2012/10/scopeom001.pdf>
[3] Lozano Rodrígues, A. y Tijerina Salas, A. (2013) “La colaboración en espacios virtuales a través de estilos de aprendizaje desde la perspectiva docente: un estudio de caso”, en Revista Estilos de Aprendizaje, nº11, Vol 6, Abril, pág.38-50.
<http://learningstyles.uvu.edu/index.php/jls/article/view/182/143>
<http://learningstyles.uvu.edu/index.php/jls/article/view/182/143>
[4] Cabrera, J. y Fariñas, G. (2005) "El estudio de los estilos de aprendizaje desde una perspectiva vigostkiana: una aproximación conceptual" en Revista Iberoamericana de Educación. Número 37/1, noviembre.
<http://www.rieoei.org/deloslectores/1090Cabrera.pdf>
<http://www.rieoei.org/deloslectores/1090Cabrera.pdf>
[5] Morduchowicz, Roxana (Coord) (2008) Los jóvenes y las pantallas, Barcelona, Gedisa
[6] Para ampliar, ver Martínez Rodrigo, E. y González Fernández, A. (2010) "La comunicación digital: nuevas formas de lectura-escritura", en Revista Quaderns Digitals Nro 63, junio.
<http://www.quadernsdigitals.net/datos_web/hemeroteca/r_1/nr_810/a_10942/10942.html>
<http://www.quadernsdigitals.net/datos_web/hemeroteca/r_1/nr_810/a_10942/10942.html>
[7] Moreno Herrero, I. y Gonzalo Muñoz, V. (2012) "Alfabetismos digitales para una escuela multicultural", en Revista Iberoamericana de Educación. Número 59/1, mayo.
<http://www.rieoei.org/deloslectores/5285Gonzalo.pdf>
<http://www.rieoei.org/deloslectores/5285Gonzalo.pdf>
[8] Cobo Romaní, Cristóbal; Pardo Kuklinski,Hugo. 2007.Planeta Web 2.0. Inteligencia colectiva o medios fast food. Grup de Recerca d'Interaccions Digitals,Universitat de Vic. Flacso México. Barcelona / México DF. pág. 50. <http://www.planetaweb2.net/>
[9] "[...] algunas de esas armas de colaboración masiva, tales como webs temáticas, blogs, microblogging, wikis, webquest, webtask (trabajo por tareas en la Web), cazas del tesoro, webgincanas, marcadores sociales, software colaborativo, podcast y radio, diaporamas y vídeos, etc. pueden constituir estrategias y actividades que pongan en práctica procesos de alfabetización capaces de dar respuesta a la diversidad cultural y lingüística que encontramos en los centros educativos [...]." (Moreno y Muñoz, Op. cit, pág. 7)
[10] Para ampliar los conceptos, ver <https://www.youtube.com/watch?v=Sp8xtjw0DvM>. No obstante, aclaramos que la expresión TICS que aparece es incorrecta, justamente porque es sigla (debe ser TIC: tecnologías de la información y comunicación).
[12] Torres Kompen, R. y Costa, C. (2013) "Formación continua, aprendizaje a lo largo de la vida y PLEs", en Castañeda, L. y Adell, J. (Eds.). Entornos Personales de Aprendizaje: claves para el ecosistema educativo en red. Alcoy, Marfil.
[13] Vries, Wietse de y otros (2011) "¿Desertores o decepcionados? Distintas causas para abandonar los estudios universitarios", en Revista de la educación superior, vol.40, Nro.160, México oct./dic .
<http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S0185-27602011000400002&script=sci_arttext>
<http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S0185-27602011000400002&script=sci_arttext>
[14] Rivera Montalvo, Diana (2012) "La retención y la deserción en línea: fenómeno de un modelo educativo virtual", en HETS Online Journal, Edición Primavera, mayo.
<http://www.hets.org/journal/articles/75-la-retencion-y-la-desercion-en-linea-fenomeno-de-un-modelo-educativo-virtual>
<http://www.hets.org/journal/articles/75-la-retencion-y-la-desercion-en-linea-fenomeno-de-un-modelo-educativo-virtual>
Hemos hablado de los cambios que la Web 2.0 ha posibilitado -cuyos principios, según O’Reilly- pueden sintetizarse en la disponibilidad de incontables recursos en la web que facilitan la complementación entre funciones, Spanotes.org/biografia-de-nicomedes-santa-cruz/
ResponderBorrarGenial, su colaboración es altamente apreciada. Gracias.
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