en: "Teoría de Piaget del Desarrollo Cognoscitivo y Afectivo". México: Diana pp 115-124
El pensamiento afectivo de los niños en esta etapa se caracterizan por su reversibilidad; en la etapa de las operaciones concretas la reversibilidad conduce a la lógica del pensamiento y de los afectos; Piaget propone entender la voluntad y la autonomía como complementos del desarrollo afectivo.
La voluntad desempeña el papel de regulador del afecto y es el mecanismo encargado de conservar los valores; según Piaget, diversos factores estimulan el desarrollo de la voluntad: la exigencia de la experiencia social que estimula la constancia de la vida afectiva, otros factores son los sentimientos afectivos y la experiencia del pasado.
La autonomía o capacidad de gobernarse por sí mismo; la autonomía de razonamiento consiste en razonar de acuerdo con el conjunto de normas elaborado por una mismo; la autonomía pondera los valores preestablecidos por otros y no los acepta automáticamente. La autonomía es la autorregulación.
Antes de los 7 años la moral del niño consiste en la obediencia (respeto unilateral), hay poca cooperación, entre los 7 y 8 años los niños comienzan a razonar en lo correcto y lo incorrecto de las acciones y sus consecuencias; empieza la aparición del respeto mutuo o respeto entre iguales que se desarrolla cuando el niño adquiere la capacidad de comprender el punto de vista de los demás.
Los padres y maestros perciben las primeras señales del desarrollo autónomo cuando los niños comienzan a entrar en conflicto con los adultos respecto a lo justo y lo correcto.
La autonomía afectiva y cognoscitiva es fruto de los esfuerzos del niño por autorregularse. El acto de elaborar conocimientos - asimilación, ajuste - es una autorregulación y autonomía de acción; de modo que la autonomía es una hábito de acción que puede desarrollarse.
Las reglas también siguen un proceso de adquisición: entre los 7 u 8 años comienzan a captar el significado de las reglas, la cooperación comienza a aparecer sustituyendo al egocentrismo y los niños se dan cuenta que las reglas pueden modificarse según la voluntad del grupo.
La autonomía de razonamiento y el afecto siguen desarrollándose durante las relaciones sociales que estimulan el respeto mutuo, más que aceptar las ideas unilaterales heredadas, el niño comienza a evaluar los argumentos lo que permite comprender la intencionalidad y aumenta su capacidad para formarse juicios. Asimismo se puede observar el desarrollo de los conceptos morales del niño tales como su comprensión de reglas, la mentira y la justicia.
Fin del artículo / resumen.
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