El texto es de Catón, el hombre que con picardía, agilidad, ironía y fluidez, describe la cotidianidad de la vida; del libro Don Abundio el del Potrero selecciono los siguientes pasajes que se refieren a la vida y a la muerte; [aunque el texto completo es espléndido]. Tienen una referencias a la pendejez que son una delicia... ya las compendiaré luego.
Fuentes Aguirre, Armando. (2017). Don Abundio el del Potrero. Sabudiría para la vida. Humor del campo mexicano. México. Diana.
Las referencias a la muerte se ubican en pasajes que inician más o menos así: "En el cementerio del Abrego hay una tumba que -si pudiera hablar - diría...".
Mi cuerpo estuvo sepultado aquí. Después me volcí polvo y ahora soy la tierra que cubre a quienes han venido después que vine yo. El hombre que más sea no será mucho más de lo que soy. (pp15)
Estamos en esto que es la vida. El río fecunda la tierra; a su paso crecen las plantas y los árboles. Ojalá mi paso sea fecundo también. Algo queda del río aunque se vaya. Que algo quede de mí cuando me vaya yo. (pp16)
Nací. Fui el tonto del pueblo. No asistí a la escuela: mientras los otros niños decían que dos por dos son cuatro y otras tonterías, yo, el tonto, iba libre por el campo, veía como las nubes ven pasar a los hombres, escuchaba las voces de todo lo que no tiene voz. Crecí. También entonces iba a todas partes sin llegar jamás a ninguna. Es decir, hacía lo mismo que hacen los demás. Los aldeanos se reían de mi, pues ignoraban que sus mujeres, cuando me hallaban en las eras, se reían conmigo de otro modo. Se había corrido entre ellas la voz de que para eso no era yo tan tonto. Morí. Contento, porque en mi locura supe que siempre fui mas feliz que aquellos que se reían de mí y que estuvieron sometidos toda la vida a la dura esclavitud de no parecer tontos. Ahora, en esta tumba que no tiene nombre, me pregunto si en verdad yo fui el tonto del pueblo. (pp 21)
Creía en Dios y sentía que Dios creía en mí. Pero luego el tedio de la vida y los pequeños fracasos cotidianos me hicieron dudar de que Dios estuviera conmigo, y entonces comence a dejar de estar con Dios. Deje de creer en Él, no sé si porque leí algunos libros o porque no leí los suficientes. Solamente los que saben mucho y los que no saben nada tienen a su alcance a Dios. Así, perdí la fe. Pero a nadie se lo dije. No importaba que yo no creyera en Dios; lo importante era que las gentes a las que yo amaba sí creían en Él. Por amor a ellos seguí amando a Dios. Le rezaba por las noches reclamándole que no existiese. (...) Uno de los dones que recibí de la vida fue el de la muerte. La tuve tranquila. (...) Y dije para mí: Gracias a Dios. Porque no había nadie más a quien darle gracias. (pp 28)
De espíritu y materia está hecho el hombre. Ni el uno ni la otra mueren nunca. Así, somos inmortales, aunque no sepamos cuál es la forma que adopta nuestra inmortalidad. Solo cree en la muerte quien no conoce la vida. El que es muy sabio y el que tiene mucha fe, que es otra forma de sabiduría, adquieren la certidumbre de que la vida no se acaba. lo saben por la sucesión de los días y las noches, por el ritmo de las estaciones, por el eterno renacer que vemos en la naturaleza. Por eso, cuando celebramos los ritos de la muerte estamos celebrando también el rito de la vida. Afirman desolados filosofos que nacer es comenzar a morir. Digamos nosotros, llenos de esperanza, que morir es comenzas a nacer. Tras esto que llamamos muerte nos aguarda nueva vida. Todos vamos a morir. Todos vamos a nacer. (pp 33).
Don Obed, señor un poco raro, dice que las tumbras no deberían tener nombres porque en verdad no tienen hombres. Los restos que ahí están no son el hombre. Son eso: sus restos. Lo que fue el hombre no está ahí. ¿Para que entonces ponerle nombre a unos restos? (pp 47)
Todo es gracia (...) También todo es beleza. Cuatro estaciones de hermosura tiene el año. Antes la primavera me gustab; ahora es el otoño el que me gusta. Otoño es la tarea realizada, el fruto recogido. Es, además, promesa de descanso. (pp 60)
La vida eterna existe; es cierto, pertenece por igual al espíritu y a la materia. Ambos son creación de Dios, y todo lo que Él hizo lo hizo para la eternidad. Nosotros mismos somos vida eterna, como lo son también todas las cosas de este mundo. Vuelven las almas a la vida, y vuelve también la vida a las cosas hechas de la materia. Nada es anuncio de la nada, todo es promesa segura de vida. (pp 64)
Gracias a Dios que nos dio de comer sin haberlo merecido. (...) (...) el pan de cada día viene por partes iguales de la amorosa providencia del Señor y de la labor del hombre. Dios hizo la tierra, el agua, el sol, y puso en el mundo el aliento de la vida que hace nacer los frutos, pero cada día el hombre debe continuar la obra de la creación con el trabajo de sus manos. (pp 78)
Dios hizo las montañas para acercarnos a Él; para darnos a ver su grandeza e infundir en nosotros la santa virtud de la humildad, escudo contra la soberbia, que es fuente no solo de todos los pecados sino también de muchas faltas de educación. (pp 85).
Ni la vida ni la muerte tienen explicación. Suceden, simplemente, y a ambas debemos recibirlas por igual, pues ni la vida ni la muerte se pueden evitar. Son, en verdad, la misma cosa. Todo lo que nace tiene que morir. Esa es verdad de perogrullo. Pero si tal es cierto -y lo es-, entonces también todo lo que muere tiene que nacer otra vez. La esperanza de ese renacimiento nos debe consolar por la muerte del ser querido, y apartarnos del miedo a nuestra muerte. La vida no se acaba. Es vida eterna. (pp 95)
La vida vuelve a ser vida, aunque pase por ese trance momentáneo que es la muerte. (pp 105)
No podemos saber que hay antes y que habrá después de nuestra vida. (...) mientras viva el hombre debe procurar se feliz y dar felicidad a los demás; debe ser bueno y hacer el bien a los demás. (pp123)
La vida nuca deja de cantar; tú nunca dejes de escuchar su canto y añade a él tu propia canción, aunque sea humilde y pequeña (pp125)
El maestro de la escuela solía decir que no hay alma ni Dios y que todo termina con la muerte. Pero yo desde entonces sabía que eso no es cierto. Yo, que apenas aprendí a leer, sé que hay cosas que no se ven y, sin embargo, existen. Se puede ver el grando de trigo, pero no ves el alma que trae dentro hasta que lo sepultas en la tierra y el grano muere y de él sale la planta: las hojas verdes, el tallo, la colmada espiga. Cuando la muerte me llegó presentí que algo no moriría en mí. Ahora sé que bajé a la tierra, como el grano de trigo, y que la muerte liberó una vida que llevaba en mi sin conocerla. Solo quien no ha visto un grano de trigo puede creer que la vida termina con la muerte. (pp 128)
El caminante sigue su camino. Se ciernen cobre él las alas de Dios. De Él llegará la muerte, lo mismo que una vez llegó la vida. Esta y aquella -vida y muerte- son una misma cosa. (pp 144)
Llegué a la muerte sin conocer la vida. En los últimos instantes me asaltó una idea: debí haber trabajado menos, debí haber vivido más. (pp 144)
Estoy envejeciendo, sí, pero no me siento viejo. Es más, me gusta tener la edad que tengo. A mis años tienes más experiencia, más recuerdos, más tolerancia, más serenidad, más tiempo para ti... Sobre todo, tiene nietos. ¿Se puede pedir más? (pp 151)
Nada nos llevaremos con nosotros. Todo tendremos que dejar. Al final (...) solo nos quedará lo que hayamos dado a los demás. (pp 156)
Hermanos tenemos que no hablan. Debemos aprender a oirlos. Y debemos también aprender a compartir con ellos todas las cosas, ya sean tan pequeñas como el mundo o tan grandes como una nuez. (pp 158)
Fui una mujer. Una más entre muchas mujeres. Pero procuré vivir vida buena para ser bien recordada. Tuve hijos, tuve nietos, y luego mis nietos también tuvieron hijos. Alcancé a verlos todavía. En ellos vivo ahora. Soy en ellos. Esa niñita tiene el mismo color de mi cabello. Este niño tiene la frente como yo... no lo saben, pero me llevan adonde van. Estoy en mis hijos y en los hijos de mis hijos. En ellos y y en los hijos de ellos estaré por todas las generaciones. El cura habla de la vida eterna. Yo no entendía sus palabras. Ahora sé que hay vida eterna. Pero no es aquella de la que él hablaba. Es esta vida de la que hablo yo. (pp 173)
Nuestro destino no es la noche, sino el día. Como el árbol busca el sol y tiende a él sus ramas, así nosotros buscamos a tientas nuestro camino hacia la luz. (pp 176)
La vida dura un momento pero vuelve siempre (pp186)
La vida es eterna, pero cada vida es breve. Es breve la vida de la mariposa, y es más breve aún la vida de los hombres porque sabemos de su brevedad. Hoy somos y mañana ya no. Al final aprendemos que un año ha durado un día y que un día valga lo que vale un año. Así, nuestra vida valdrá lo que vale una vida. Hay quienes viven a medias. Están muertos a medias, y ni siquiera se dan cuenta. La única manera de merecer la vida es vivirla toda. (pp 191)
Mientras viví nunca pensé que iba muriendo, y no pensé que cuando morí que renacía. Ahora sé que la vida y la muerte son una misma cosa. Más aún; sé que en verdad no hay muerte. Solo la vida existe y todo lo llena con su eternidad. (pp 200)
La muerte es cosa triste cuando aquel que murió no tuvo vida (pp 208)
La muerte del ser querido debe borrar en nosotros cualquier mal recuerdo de su vida, de modo que lo veamos solo en sus aspectos buenos, con las galas de belleza con que nos revestirá a todos la infinita misericordia de Dios. Siempre debemos dar a nuestros muertos el bálsamo de la bondad y el perdón. (pp 215)
La muerteme dio el don de comprender la vida. Ahora sé cuál es la mayor sabiduría. Gocé la flor, y la canción y el amor, el fiero vino y el bondadoso pan. Con esos sencillos elementos está hecha la vida de los hombres y yo la disfruté y gocé esos amables materiales. Entenderá la vida quien entienda que sin su presencia seguirá habiendo flores y canciones, amor, risas, bebedores de vino y comedores de pan. La más grande ciencia radica en entender -y en aceptar con serenidad- que la vida seguirá sin ti. Si aprendes eso a tiempo sabrás gozar de la vida y te irás de ella sin pesadumbre ni rencor. (pp 220)
Ahora sé que debemos tener gran fe en la fe, y esperar la esperanza, y amar siempre el amor. Sin esas tres virtudes la vida se hace gris. Con una sola de ella, el amor, que a las otras envuelve, la vida puede pintarse con el mismo color que tiene el cielo. (pp 224)
No se si creí en Dios. Pero creí en la vida siempre, y quizás es lo mismo. En las mil manifestaciones de la vida yo vi a Dios, y en la vida encontré su eternidad porque la vida no acaba jamás. ¿Cómo puede la vida tener muerte? No termina jamás la vida, nunca. Se transforme tan solo. Yo lo aprendí en la naturaleza: se va la primavera y llegan los fríos del invierno, pero se va el invierno y renace otra vez la primavera. Ese ritmop de vida lo pude aprender porque lo vi. Quizá hay otro que no conozco y que ahora no puedo entender. Quizá al invierno de la muerte ha de seguir la primavera de la resurrección. No lo sé, pero lo siento en el fondo de mí. Y el sentimiento es a veces la mejor forma de la sabiduría. (pp 244)
YO YA NO SOY EL QUE ANTES FUI. POR MI HA PASADO MUCHA VIDA. POR MI HAN PASADO MUCHAS VIDA. Catón.
era - Espacio de tierra limpia y firme, algunas veces empedrado, en donde se trillan las mieses. - Cuadro pequeño de tierra destinado al cultivo de flores u hortalizas. - Suelo apisonado y preparado para majar el yeso, hacer las mezclas...
Los siguientes extractos se toman de "El arte de amar" de Erich Fromm; la intención es resumir el contenido del Cap. 4 e interesar al lector en la consulta al texto completo.
En los capítulos que le anteceden, Fromm se refiere a la teoría del amor pensándolo como respuesta al problema de la existencia humana para disertar luego sobre el amor entre padres e hijos de donde deriva luego en diferentes tipos de amor: fraternal, materno [aquí incluye referencias al amor paterno], erótico, amor a sí mismo y amor a Dios. Posteriormente dedica un capítulo a la desintegración del amor y cierra con el capítulo que ahora se resume: la práctica del amor.
LA PRÁCTICA DEL AMOR
Amar es una experiencia personal que solo podemos tener por y para nosotros.
La práctica de cualquier arte tiene ciertos requisitos: Disciplina [nunca se hará nada bien si no se hace de manera disciplinada, sin disciplina, la vida se torna caótica y carece de concentración], Concentración [condición indispensable para el dominio de un arte], Paciencia [necesaria para lograr cualquier cosa] y Preocupación por el dominio del arte.
El arte, dice Fromm - se empieza a aprender de manea indirecta; se debe aprender un gran número de otras cosas que aparentemente no tienen relación con la práctica del amor; de modo que quien aspire a convertirse en un maestro [en el arte de amar] debe comenzar por practicar la disciplina, concentración y la paciencia en todas las fases de su vida.
La disciplina, [entendida como la capacidad de actuar ordenada y perseverantemente para conseguir un bien. Exige orden y lineamientos para lograr más rápidamente los objetivos deseados, soportando las molestias que esto ocasiona. La disciplina es un entrenamiento que corrige, moldea, da fortaleza y perfecciona, su misión es formar buenos hábitos y establecer una serie de reglas personales que comprometen a alcanzar un ideal, es una de las tareas más importantes de la vida. <Ecured>] Acorde con esta idea, es esencial que la disciplina no se practique como una regla impuesta desde afuera, sino que se convierta en una expresión de la propia voluntad, que se sienta como algo agradable, y que uno se acostumbre lentamente a un tipo de conducta que puede llegar a extrañar si deja de practicarla.
La concentración es, con mucho, más difícil de practicar. El paso más importante para aprender a concentrarse es aprender a estar solo con uno mismo sin leer, escuchar la radio, fumar o beber. Ser capaz de concentrarse significa poder estar solo con uno mismo - y esa habilidad es precisamente una condición para la capacidad de amar -.
Fromm propone un ejercicio simple para practicar la concentración: sentarse en una posición relajada; cerrar los ojos y tratar de ver una pantalla blanca frente a los ojos, tratando de alejar todas las imágenes y los pensamientos que interfieran; luego intentar seguir la propia respiración; no pensar en ella, ni forzarla, sino seguirla - y, al hacerlo, percibirla-; tratar además de lograr una sensación de <<yo>>; yo = <<mí mismo>>, como centro de mis poderes, creador de mi mundo. Habría que realizar tal ejercicio por lo menos todas las mañanas durante veinte minutos (y, si es posible, más tiempo) y todas las noches antes de acostarse.
Hay que aprender a concentrarse en todo lo que uno hace, sea escuchar música, leer un libro, hablar con una persona, contemplar un paisaje. (...). Si uno está concentrado, poco importa qué está haciendo. Las cosas importantes o insignificantes toman una nueva dimensión de la realidad porque están llenas de la propia atención.
Aprender a concentrarse requiere evitar, en la medida de lo posible, las conversaciones triviales; importa también evitar las malas compañías (...) gente viciosa y destructiva, seres cuyos pensamientos y conversaciones son triviales; que parlotean en lugar de hablar y que afirman opiniones que son clichés en lugar de pensar.
Concentrarse en la relación con otros significa fundamentalmente poder escuchar.
Cualquier actividad, realizada en forma concentrada, tiene un efecto estimulante (aunque luego aparezca un cansancio natural y benéfico); cualquier actividad no concentrada, en cambio, causa somnolencia.
La paciencia es condición necesaria para la concentración. Si uno no sabe que todo tiene su momento, y quiere forzar las cosas, entonces nunca logrará concentrarse.
Es imposible aprender a concentrarse sin hacerse sensible a uno mismo. ¿Qué significa eso? ¿Qué hay que pensar continuamente en uno mismo, <<analizarse>> o qué? significa tener conciencia de nuestras sensaciones, emociones, pensamientos... y analizarlos, preguntarnos ¿qué ocurre?, ¿Por qué estoy o me siento así?, es decir; estar atentos a nuestra voz interior que nos dice porque estamos así.
Para el arte de amar
Cualidades importantes para la capacidad de amar. La condición fundamental para el logro del amor es la superación del propio narcisismo. [Trastorno de la personalidad que provoca una admiración excesiva por uno mismo, se caracteriza por un patrón general de grandiosidad, necesidad de admiración y falta de empatía (capacidad de "conectar" emocionalmente con los demás) <Ecured>]. El narcisista experimenta como real solo lo que existe en su interior. El polo opuesto del narcisismo es la objetividad; es la capacidad de ver a la gente y las cosas tal como son, y poder separar esa imagen objetiva de la imagen formada por los propios deseos y temores.
La facultad de pensar objetivamente es la razón; la actitud emocional que corresponde a la razón es la humildad. Ser objetivo, utilizar la propia razón, solo es posible si se ha alcanzado una actitud de humildad.
Puesto que el amor depende de la ausencia relativa del narcisismo, el arte de amar requiere el desarrollo de humildad, objetividad y razón. Toda la vida debe estar dedicada a esa finalidad. La adquisición y desarrollo de la capacidad de ser objetivo y de la razón representa la mitad del camino hacia el dominio del arte de amar.
Si quiero aprender el arte de amar, debo esforzarme por ser objetivo en todas las situaciones.
La capacidad de amar depende de la propia capacidad para superar el narcisismo (...); depende de nuestra capacidad de crecer, de desarrollar una orientación productiva en nuestra relación con el mundo. Tal proceso de emergencia, de nacimiento, de despertar, necesita una cualidad como condición necesaria: fe. La práctica del arte de amar requiere la práctica de la fe.
¿Qué es la fe? Para comprender el problema de la fe es necesario diferenciar la fe racional de la irracional.
La fe irracional se refiere a la creencia (en una persona o una idea) que se basa en la sumisión a una autoridad irracional. Es la aceptación de algo como verdadero solo porque así lo afirma una autoridad o la mayoría.
La fe irracional arraiga en la sumisión a un poder que se considera avasalladoramente poderoso, omnisapiente y omnipotente, y en la abdicación del poder y la fuerza propios. La fe racional se basa en la experiencia opuesta.
La fe racional es una convicción arraigada en la propia experiencia mental o afectiva. La fe racional no es una creencia en algo, sino la cualidad de certeza y firmeza que poseen nuestras convicciones. La fe racional arraiga en la actividad productiva intelectual y emocional. Constituye un importante componente del pensamiento racional. Esta fe está arraigada en la propia experiencia, en la confianza en el propio poder del pensamiento, observación y juicio a pesar de la opinión de la mayoría.
Toda fe racional no es una mera expresión de deseos, sino que se basa en la evidencia de los logros del pasado de la raza humana y en la experiencia interior de cada individuo en su propia experiencia de la razón y el amor.
La base de la fe racional es la productividad; vivir de acuerdo con nuestra fe significa vivir productivamente.
En la esfera de las relaciones humanas, la fe es una cualidad indispensable de cualquier amistad o amor significativos. <<Tener fe>> en otra persona significa estar seguro de la confianza e inmutabilidad de sus actitudes fundamentales, de la esencia de su personalidad, de su amor.
Solo la persona que tiene fe en sí misma puede ser fiel a lo demás, (...). La fe en uno mismo es una condición de nuestra capacidad de prometer, y puesto que, como dice Nietzsche, el hombre puede definirse por su capacidad de prometer, la fe es una de las condiciones de la existencia humana.
Otro aspecto de la fe en otra persona se refiere a la fe que tenemos en las potencialidades de los otros. La fe en los demás culmina en la fe en la humanidad.
Tener fe requiere coraje, la capacidad de correr un riesgo, la disposición a aceptar incluso el dolor y la desilusión.
Ser amado y amar, requiere coraje, la valentía de atribuir a ciertos valores fundamental importancia, y de dar el salto y apostar todo a esos valores.
¿Hay algo que deba practicarse en relación con la fe y el valor? Indudablemente, la fe puede practicarse a cada momento; por ejemplo: mantener la propia opinión sobre una persona, aunque la opinión pública o algunos hechos imprevistos parezcan invalidarla, mantener las propias convicciones, aunque estas no sean populares: todo eso requiere fe y coraje. Tomar las dificultades, los reveses y las penas de la vida como un desafío cuya superación nos hace más fuertes, y no como una injusto castigo que no tendríamos que recibir nosotros, requiere fe y coraje.
La practica de la fe y el valor comienza con los pequeños detalles de la vida diaria. El primer paso consiste en observar cuándo y dónde se pierde la fe. Amar significa comprometerse sin garantías, entregarse totalmente con la esperanza de producir amor en la persona amada. El amor es un acto de fe, y quien tenga poca fe también tiene poco amor.
Una actitud indispensable para la práctica del arte de amar es la actividad, la actividad interior, el uso productivo de los propios poderes. El amor es una actividad; si amo, estoy en constante estado de preocupación activa por la persona amada ... estar activo en el pensamiento, en el sentimiento, con los ojos y los oídos, durante todo el día, evitar la pereza interior, sea que esta signifique mantenerse receptivo, acumular o meramente perder el tiempo, es condición indispensable para la practica de amar.
La capacidad de amar exige un estado de intensidad, de estar despierto, de acrecentada vitalidad, que solo puede ser el resultado de una orientación productiva y activa en muchas otras esferas de la vida. Si no se es productivo en otros aspectos, tampoco se es productivo en el amor.
El arte de amar está inseparablemente relacionado con el dominio social. Si amar significa tener una actitud de amor hacia todos, necesariamente debe existir no solo en las relaciones con la propia familia y los amigos, sino también para los que están en contacto con nosotros a través del trabajo, la diversión, los negocios, etc.
La ética equitativa: Las relaciones actuales están influenciadas por el principio de la equidad.Equidad significa no engañar ni hacer trampas en el el intercambio de artículos y servicios, o en el intercambio de sentimientos ; este principio se aleja del ideal religioso del amor al prójimo que implica sentirse responsable por él y uno con él. La ética equitativa implica no sentirse responsable y unido, sino separado y distante; significa respetar los derechos del prójimo pero no amarlo.
Si toda nuestra organización social y económica está basada en el hecho de que cada uno trate de conseguir ventajas para sí mismo, si está regida por el principio del egotismo [tendencia a sobrevalorarse uno mismo en las diferentes áreas de la conducta (intelectual, afectiva. moral, social, etc) Colmex] atemperado solo por el principio ético de la equidad, ¿Cómo es posible hacer negocios, actuar dentro de la estructura de la sociedad existente y, al mismo tiempo, practicar el amor? Parece que hablar de amor en el presente solo significa participar en el fraude general; solo un mártir o un loco puede amar en el mundo actual... el amor no es otra cosa que una prédica.
Parece que es absoluta la incompatibilidad del amor y la vida <<normal>>. El principio sobre el que se basa la sociedad capitalista y el principio del amor son incompatibles. Los que se preocupan seriamente por el amor como única respuesta racional al problema de la existencia humana, deben llegar a la conclusión de que para que el amor se convierta en un fenómeno social y no una excepción individualista y marginal, nuestra estructura social necesita cambios importantes y radicales.
Si es verdad que el amor es la única respuesta satisfactoria al problema de la existencia humana, entonces toda sociedad que excluya, relativamente, el desarrollo del amor, a la larga, perece a causa de su propia contradicción con las necesidades básicas de la naturaleza del hombre. Hablar de amor no es predicar, por la sencilla razón de que significa hablar de la necesidad fundamental de todo ser humano. Que esa necesidad haya sido oscurecida no significa que no exista. Analizar la naturaleza del amor es descubrir su ausencia general en el presente y criticar las condiciones sociales responsables de esa ausencia. Tener fe en la posibilidad del amor como un fenómeno social y no solo excepcional e individual es tener fe racional basada en la comprensión de la naturaleza misma del hombre.
FIN DEL CAPÍTULO.
FUENTES DE INFORMACIÓN
Colegio de México. (s.f.). Diccionario del español de México. https://dem.colmex.mx/Ver/egotismo
Los siguientes extractos son tomados del libro "Hidalgo, la otra historia" de José Luis Trueba Lara, en cuya contraportada se lee Preso en espera de ser fusilado, Ignacio Allende lo cuenta todo. (...) sobre Miguel Hidalgo y Costilla.
En las 260 páginas del libro, -en voz de Allende- Trueba nos muestra un lado poco conocido del cura Miguel Hidalgo, una cara alejada del héroe al que México conoce como el "Padre de la independencia".
"Hidalgo, la otra historia es una novela transgresora, narrada por Ignacio Allende mientras espera a ser fusilado. El general relata batallas saqueos, temibles asesinatos, la situación sobre la invasión napoleónica y su alianza y rivalidad con Hidalgo. retrata un personaje complejo que estaba muy lejos de ser el padre de la Patria" (Irma Gallo, Entrevista con José Luis Trueba Lara. En https://www.youtube.com/watch?v=imIMXlL13FI)
Hidalgo, el más cabrón de todos los curas, se quedó parado a mitad del patio de la alhóndiga. Los muertos no le importaban, pero la peste lo incomodaba. (p 15)
Por más que quisiera, Hidalgo no podía engañarse. El estandarte que se agenció en Atotonilco no bastaba para disimular sus pecados, la Guadalupana estaba horrorizada por sus crímenes y su manga ancha con los saqueos y los asesinatos. A lo mejor por eso había veces que se quedaba viendo a la nada mientras sus labios se movían para rogar la clemencia que no merecía. (p 16)
Cuando llegamos a Guanajuato, los gachupines ya nos esperaban. (...) el cura pidió su escribanía y le mando dos cartas a Riaño. En una le exigía que entregara la ciudad sin disparar y un tiro, en la otra le ofrecía la posibilidad de que su mujer lo abandonara para salvar la vida. Él la recibiría gustoso y la protegería. (...) sin embargo el intendente no podía olvidar el pasado. Más de una vez pescó a Hidalgo mirando a su esposa en las tertulias. La calentura estaba marcada en las pupilas que no se alejaban de sus pechos. Las habladurías sobre los bastardos que dejaba regados no eran verdades a medias. Su pico de oro era capaz de romper la aduana de los escotes y alzar los telones de las faldas. (p 21)
Apenas había pasado un rato cuando el cura bribón [Hidalgo] se acercó a la alhóndiga indefensa. A la hora de la verdad, siempre se portó como lo que era: un collón por los cuatro costados. Pero en esos momentos, su miedo ya no importaba, nadie podía sorrajarle un tiro en la cara. Con su mano trazaba la señal de la cruz sobre los miserables que corrían para matar y robar. Las ansias de sangre y saqueo estaban benditos. (p 28)
(...) Hidalgo estaba en una de las casas que cayeron en sus manos. (...) me miró y sonrió. Después de que volvió a mirarme, se sentó como si nada pasara. A su lado estaba apiladas las barras de plata que rescató de la alhóndiga. Aunque la mayoría se escapó de sus manos, no eran tan pocas las que estaban ahí. Una sobre otra tenían más de una vara de alto. (p 30)
no importaba cual fuera el lugar al que llegáramos, don Miguel ordenaba que las puertas de la cárcel se abrieran. Según decía, ninguno de los enjaulados merecía estar en ese lugar. Todos eran mártires, todos eran víctimas de la injusticia y, por supuesto, no eran culpables de nada. Él era el primero que los recibía a las puertas del presidio para besarlos y abrazarlos. (p 36)
- Cállese - le ordenó Hidalgo con voz helada -, usted y los demás tienen hasta el amanecer para aceptar los cargos. Entiéndanlo, el rey y el virrey no son nada. Yo soy todo. Al día siguiente, ninguno llegó a la reunión. Todos huyeron con sus familias y lo poco que pudieron cargar. El cura bufaba por la furia y a gritos llamó a su secretario. Le dicto sentencia de muerte a los que se negaron a obedecerlo, (p 39)
Ellos, desde el día en que don Miguel los sacó de la cárcel en Dolores, se convirtieron en su jauría. Si habían matado y violado, o si profanaron los templos y las sagradas imágenes, fueron perdonados y bendecidos. A estas alturas, esos malvivientes ya habían aprendido que los desharrapados no debían mirarle la cara (a Hidalgo) cuando estaba alicaído. Delante de los muertos de hambre (Hidalgo) debía mostrarse como el mandamás invencible, como el único que podía abrir las puertas de la Gloria, (p 43)
- Mira - me dijo mientras me acercaba el papel. (...) lo leí con calma. Ninguna de las palabras me sorprendió. (...): la santa Iglesia nos repudiaba y nos maldecía desde el cabellos hasta los pies y desde la piel hasta el tuétano. Y todos los que se atrevieran a tendernos la mano se enfrentarían al mismo castigo. Don Manuel Abad, el obispo de Valladolid, nos entregaba a las llamas eternas y la oscuridad sin redención. Le devolví el papel. Él lo dobló con calma antes de guardarlo en su bolsa. - Los amigos siempre traicionan - murmuró con ganas de que apenas lo escuchara -. Riaño prefirió la muerte a estar a mi lado, y ahora Manuel me condena y me maldice. (...) Dios sabe que terminará en manos de mis hijos, del pueblo bueno que sabe cómo cobrar sus deudas. - Pero... No pude terminar mis palabras. Hidalgo levantó la mano para que me callara. -Aquí ya no hay peros - me interrumpió sin necesidad de recordarme que era el único dueño del pandero -. este papel no vale nada, cuando entremos a Valladolid los curas firmarán los documentos que lo convertirán en una metida de pata. Te juro por Dios que tendrán que arrancarlo de todas las iglesias y delante de mi lo quemarán mientras se arrodillan para que los bendiga. No han entendido que el rey es nada, que el obispo es nada, y que yo soy todo. Yo soy el principio y el fin, el alfa y el omega, el que todo lo puede, el único que puede sanar las almas y abrirle las puertas del Cielo al pueblo. Yo soy el predestinado... (Pp 43-45)
La vida de Hidalgo era muelle. Nada ni nadie podía jalarle la rienda a sus entretenes. En Dolores no reparaba en gastos para jugar al teatro y mirar a sus fieles en el tablado. (...) Lo único que le interesaba de los tablados eran las criollas y las gachupinas que terminaban por convencerse de que eran las actrices que podrían ocupar un lugar en los escenarios de París, donde las flores rebosarían de sus camarines y los aplausos las ensordecerían. Ya después, cuando la calentura de la comedia se les enquistara en la carne, las penetraría en su lecho mientras que las palabras en francés y otomí les gritaban los insultos que la lujuria les reclamaba. Cada vez que las embestía y su cuerpo se arqueaba para derramar sus semillas, las voces de chienne y nx upaxi [prostituta, puta, ramera] le brotaban del hocico. (p 48)
Por mas cartas que le mandó, don Manuel Abad nunca creyó que Hidalgo usara ese dinero para socorrer a su grey y mejorar el pueblo que tenía a su cargo. Los ratos que pasaron juntos le descubrieron sus debilidades: era un fatuo, un tramposo, un cura solicitante y putañero que se zurraba en el confesionario y la santidad de la casa parroquial. (p 50)
Y cuando le avisaron de la muerte de su hermano Manuel, [Hidalgo] se convirtió en lo que ahora es... un hombre que se sueña todopoderoso e invoca el alma de su hermano para que regrese de donde nadie vuelve. (p 51)
El capítulo 9 describe vívidamente -como los que le anteceden- la llegada de Hidalgo y sus hombres a Valladolid; la manera en que los criollos y los gachupines "de bien" entregaron el mando de la ciudad al cura Hidalgo; la oferta de los curas de ofrecer "un Te Deum para disculparse y ratificar que la excomunión quedaba derogada"; describe como- mientras se celebraba la misa en catedral Hidalgo desencadenó a sus perros. Las casas de Dios fueron saqueadas. Los cálices se llenaron de chínguere y pulque, los vestidos de las vírgenes y las santas se convirtieron en los ropajes de las chimiscoleras que pecaban mientras se zurraban de risa, y muchos retablos alimentaron las hogueras que aluzaban sus bailes lúbricos y grotescos." y termina con una remembranza de Allende en la casa de Mariano Michelena imaginando un escenario distinto Si entonces nos hubiéramos levantado en armas nuestra insurrección no sería una turba sanguinaria, sino un asunto de militares y caballeros, de gente de bien que lograría que nos tocara lo que por derecho nos correspondía.(Pp 61-66)
En el capítulo 10 Allende narra de manera sucinta la conjura\conspiración de Valladolid y de como comenzó a mentarse el nombre de Miguel Hidalgo. Acepté encontrarme con él. Una y mil veces maldigo ese día, pero ante lo hecho ya no hay más remedio que poner el pecho. Lo invité a sumarse sin saber que, en el momento definitivo, nos haría a un lado y se pondría al frente de los patanes para invocar las furias. Todo lo que habíamos planeado se perdió para siempre, delante de nosotros solo quedó el horror de la matanza.(p 71)
Si las casas del Todopoderoso no le merecían respeto ¿Qué podían esperar las otras?, (...) los ojos se quedaron fijos en los muros de la catedral. Aunque parecían recios y enteros, la riqueza del templo estaba destruida. Sin detenerse a pensar en su alma, don Miguel obligó a la curia a que le entregara la plata de los cepos y los cofres con siete llaves. Todos los reales terminaron en sus manos y los hombres del Torero sudaron la gota gorda para cargarlos. Hidalgo apenas sonrió a los sacerdotes y leas agradeció el apoyo a su causa. La excomunión que firmó el obispo también debía pagarse con plata. Pero esto no bastó para coronar sus profanaciones, sin empacho envió a sus malandrines a que rebuscaran en los conventos y en el colegio de niñas. Los huertos fueron escarbados donde la tierra se veía floja, y muchas paredes se quebraron a fuerza d cinceles, marros y raquetas. ninguna moneda podía escapar de sus arcas y quedarse en los escondrijos. El dinero que les arrebató a los clérigos y los europeos tenía un fin preciso. Cada domingo, los piojosos desfilaban delante del Torero y sus hombres para recibir la moneda que afianzaba la lealtad que se amamantaba de los saqueos y las venganzas. (Pp 75-76)
Cuando llegaban a una ciudad (no menciona el nombre) los recibió el espectáculo de un muñeco de Hidalgo consumiéndose en una hoguera; la reacción del cura la describe Allende como sigue: - Tú eres testigo de mi juramento, desde hoy no habrá inquisidor gachupín ni arzobispo gachupín, ni virrey gachupín, ni santos europeos. Todos esos cabrones se van a morir, te juro por Dios que se van a morir. Su sangre amorongada se regará por la tierra y sus ojos verán el lento suplicio de sus cuerpos sin pode gritar (...) cuando lleguemos a la capital del Reino te juro por el alma de mi hermano que entraré a la catedra para rogar por el castigo eterno de esos hijos de puta. (...) De esos malditos apenas quedarán las cenizas que dejarán de humear cuando me mee sobre ellas. (P 84)
Hidalgo era putañero y se amancebaba con cualquiera que el abriera las piernas (...) los que lo conocían de tiempo contaban que el pedernal que incendió las cosas chocó contra la yesca de uno de sus jolgorios: delante de unos curas de buena cuna dijo que en hebreo no existía la palabra virgen, que el signo de Virgo no podía endilgársele a la madre de cristo. ella era una cualquiera y sus calenturas sonrojaban a la Magdalena. Ella era tan puta como la más grande de las putas. Y, como ya estaba encarrerado y alumbrado por el alcohol que se había metido entre pecho y espalda, las palabras también se le fueron cuando afirmó que los actos carnales y el celibato eran una estupidez, (...) que Dios autorizaba los placeres de la lujuria, las corridas de toros, los juegos de apuesta y las bebidas (...) (...) lo vieron bailando en Zitácuaro con una mujer de comprobada reputación, (...) y en la casa parroquial entraban las hembras que salían despeinadas y con la ropa desarreglada. en Dolores abrían la puerta del despacho, pasaban a su habitación y abandonaban el lugar por la notaría del templo. El enviado de la Inquisición no se tardó mucho en llegar de la capital del Reino para averiguar lo que se sabía y decía (...) Los pecados del cura estaban claros. Mas de tres putas hablaron delante del inquisidor: Hidalgo era su cliente y, cuando alguna intentaba pasarse de la raya, las mandaba apresar para encerrarlas (...) ninguna de esas mujeres volvió a ver la luz de la calle, (...) en la prisión, las voces que lo acusaban se dictaminaron como arrebatos de locura o una muestra clara de endiablamiento. Esas putas tenían que ser amarradas hasta que se atreguara su razón o, en el peor de los casos, tenían que quedarse embrocadas para recibir una lavativa colmada de agua bendita. Las veces que se amancebó nunca quedaron claras, los números de sus amoríos no le cuadran a nadie. Las sirvientas que llegaban a la casa parroquial (...) las criollas que actuaban en sus comedias. Su miembro tieso parecía negarse al reposo y cada himen que rajaba se convertía en una nueva corona. Lo que sí era un escándalo que no podía callarse eran los hijos que dejaba regados y las mancebas que mantenía con las limosnas de sus parroquias (...) Con una tal Manuela tuvo dos criaturas (...) cuando se hartó de Manuela la obligó a casarse, (...) Hidalgo la vendió como si fuera una negra (...) El abandono de Manuela no era casual. Josefa ya se le había metido en la cabeza y la calentura no lo dejaba ni a sol ni a sombra. Sus ojos incitantes, su boca carnosa, sus nalgas poderosas y su pecho abultado valían más que su viejo amancebamiento. Ella era joven. Manuela ya estaba madura y en las chichis comenzaban a marcársele las arrugas. Dicen que a Josefa la penetró contra natura, que ningún hueco de su cuerpo quedó sin ser profanado, y que su padre, un carpintero sumido en la miseria, todo lo aguantaba con tal de no morirse de hambre ni ser condenado al infierno por el cura solicitante. Nada se sabe del destino final de Josefa, las lenguas que no conocen sosiego aseguran que entregó su alma poco tiempo después de sus amoríos. Yo solo vi de cerca a la que decían que era una de sus mujeres: Bibiana Lucero (...) Hidalgo siempre la presentó como su amiga querida y mujer castísima -a pesar del mocoso que carga y berreaba- En un lugar donde los secretos sobraban, no había mas remedio que guardar silencio delante de ella. Ya después, cuando se largaban, los chismes y las habladas se soltaban la lengua. Los pliegos que se llenaron de letras delante del inquisidor no tuvieron un buen destino. (...) El Santo Oficio apenas le dio un jalón de orejas y los papeles se guardaron. Hidalgo era uno más de los religiosos que rompían el celibato (...) pero cuando las matanzas y los saqueos se conocieron, los inquisidores desempolvaron sus páginas y el proceso se reanudó. En menos de lo que canta un gallo lo conminaron a que se presentara delante de los jueces. Hidalgo los mandó al diablo, por eso ya solo quedaba un camino: quemarlo en efigie. (Pp 86-90)
Allende cuenta que Hidalgo gustaba de otorgar nombramientos similares a los del ejército cada persona que llegaba de lejos se iba con uno de esos (...) ninguno se quedó sin un grado rimbombante y sin las órdenes de insurreccionar sus tierras. A don Miguel le daba lo mismo si tenían tropas o andaban solos por el mundo, si eran unos malvivientes o eran hombres de bien. Por más papeles que firmara y por más desharrapados que mandara a insurreccionar, las desgracias que nos perseguían estaban muy cerca. [En San Miguel de Allende] los mandamases de los realistas le soltaron la rienda a sus hombres para que saquearan la casa de Juan [Aldama] y la mía [Ignacio Allende]. Los hachazos destrozaron las puertas y nuestros muebles alimentaron las llamas. En Dolores, la casa de Hidalgo tuvo el mismo final. Nada o casi nada quedó de ella. Los libros fueron quemados y el colchón de sus pecados ardió juntó con sus muebles y sus triques. Bibiana, la mujer que tanto le gustaba, los realistas la raparon, le arrancaron la ropa y la obligaron a arrastrarse mientras la gente la escupía y la pateaba. Su bastardo tampoco tuvo un buen final, los soldados de Calleja lo llevaron a un chiquero y lo amarraron después de rajarle la panza. El olor de su sangre atrajo a los marranos que lo devoraron. (Pp. 91-96)
Aunque nunca me lo dijo y ninguno de los suyos me lo contó, yo les puedo jurar por los clavos de la cruz de Cristo que don Félix [María Calleja] estaba seguro de que la rebelión solo se terminaría cuando tuviera en sus manos la cabeza de Hidalgo. (p 110)
Don Miguel decía que los hechos le daban la razón. Toluca se rindió sin necesidad de tiros y cañonazos. (...) Cuando el caballo de don Miguel llegó a la entrada de la ciudad, lo cubrieron con un palio para que el sol no le molestara en su andar. (...) Los cuatro sacerdotes que lo sostenían rezaban para rogarle al cielo por su triunfo. (...) Hidalgo era el amo y señor, el dueño de las vidas, el único que podía dar el perdón. - Los toluqueños sí saben como recibir al que todo lo puede, al que es más que cualquiera - me dijo después que nos instalamos en una de las casas que abandonaron los europeos. - ¿Y si el miedo fuera lo único que los mueve? le pregunté. - Es mejor que me teman - murmuró-, yo no deseo que me quieran... a mi me basta con que me complazcan, para eso me sirven los hombres y las mujeres. (Pp 116-117)
A Hidalgo le urgía tomar la Ciudad de México. (...) estaba seguro que los zafios se dejarían matar y matarían por una sola causa: cuando la capital del reino cayera en sus manos, tendrían rienda suelta para saqueo. (...) Hidalgo confiaba en que éramos invencibles. Solo Juan [Aldama] y yo teníamos telarañas en la cabeza: don Torcuato [Trujillo] no se rendiría y seguro nos esperaría en el lugar preciso. (...) Toluca no fue profanada por los buenos hijos de Hidalgo. El recibimiento y el infinito besamanos bastaron para que su orgullo lo obligara a mantenerlos sosiegos. Los curas que andaban embelesados con don Miguel salieron de sus templos y les gritaban a los muertos de hambre mientras se arañaban la cara, se jalaban las greñas y se rasgaban la sotana. Según ellos, Hidalgo era el nuevo Cristo, un Jesús más poderoso (Pp 119-120)
El capítulo 20 narra el encuentro -en Monte de las Cruces- entre el ejército realista al mando de Trujillo y los insurgentes al mando de Hidalgo; la derrota de los insurgentes, el primer encontronazo terminó en una matanza. A esas alturas no quedaba más remedio que mandar al cura al carajo, la chusma estaba despedazada, y la posterior retirada de los realistas. El cura collón se escondió mientras nos jugábamos la vida. Allá, lejos de la batalla y cubierto por una arboleda, se agazapó mientras sus rufianes lo cuidaban y sostenían las riendas del caballo que lo ayudaría a huir si la fortuna nos negaba la victoria. Antes de retirarse de ese lugar, Hidalgo ordenó que se sepultarán todos los caídos, ningún cuerpo fue enterrado sin ser profanado. los salvajes hurgaban en las bolsas de los cadáveres para robarse lo que tuvieran. A muchos los desnudaron y los descalzaron, (...) las mujeres arrancaban los botones brillosos y se peleaban por una moneda de cobre o un guarda pelo que les encandilaba la mirada, los niños entraban a las fosas para terminar de robar a los caídos. Hidalgo nada les dijo y nada impidió. El pueblo bueno tenía su botín y el acariciaba el suyo. Las armas que los soldados dejaron abandonadas...(Pp 127-131)
La novela continúa con la narración de como estuvieron a punto de tomar a la ciudad de México y de como el virrey se rehusó a rendirse; a pesar de que ellos (los insurgentes) se sabían superiores en número y con amplias posibilidades de éxito, Hidalgo ordenó retirarse, en esos momentos, ninguno de nosotros conocía sus verdaderas razones: el virrey le mandó un pliego secreto donde le advertía que sus parientes serían pasados a cuchillo en el momento en que diéramos el primer paso. Para el cura bribón, la ciudad valía menos que sus hermanas, su cuñada y los hijos del hermano muerto. Ese día las cosas quedaron rotas para siempre. (p 142)
Un capítulo siguiente narra la vida violenta del Torero (guardaespaldas de Hidalgo), de la saña con la que asesinaba desde muy joven; de como lo atraparon mientras golpeaba salvajemente a una mujer y como don Miguel lo sacó de la cárcel (...) le puso la mano en el hombro y lo obligó a hincarse. -Dios te puso en mi camino y te perdona todos tus pecados - le dijo-, tú no debes separarte de mi lado, tú eres mi ángel guardián, mi protector, mi espada ardiente. (...) -Dios me reveló que podrás seguir haciendo lo que haces, que la justicia humana y las leyes divinas no son para gente como tú... pero tienes que estar a mi lado y obedecerme sin replicar (p 153)
El suyo era el camino que marcan los asesinos, los que no encuentran sosiego ni tienen llenadera para sus arrebatos. El cura ansiaba que lo llamarán Alteza Serenísima mientras que todos los hombres se hincaban y las mujeres no se le negaban. (p 155) para lograrlo intentaba convencer a un militar de cepa, alguien que sepa lo que le conviene y esté dispuesto a abandonar a sus amos para luchar por la gloria, la fama y la fortuna que lo cubrirán de plata (...) Dios es mi aliado y el rey nada puede en contra de él. Yo estoy bendito, el Borbón está maldito desde que se culeó delante de Bonaparte... Calleja y Flon no son nada, yo soy el Cristo resucitado (p 157)
En Aculco, en vísperas de una batalla contra el ejército comandado por Calleja y considerando que era para ellos (los insurgentes) una derrota segura; Allende -secundado por Aldama- propuso una separación para atacar a los realistas en flancos distintos; Hidalgo aceptó, fue entonces que se separaron; sin embargo, Hidalgo faltó a su palabra y enfrentó a Calleja, el resultado: una derrota terrible. Cada uno huyó como mejor pudo. Mis hombres y yo nos retiramos por una vereda que llevaba a quién sabe donde, los huarachudos corrieron por todas partes, y el cura, siempre escoltado por el Torero y sus barbajanes, se largó por otro camino. (p 163)
Se reunieron después para continuar con la lucha, acordaron que Hidalgo se iría para Valladolid y Allende para Guanajuato. Al llegar a Guanajuato, la ciudad se entregó [a Allende] sin resistencia, allí construyeron cañones, se abastecieron de pólvora y se prepararon para enfrentar a Calleja sin embargo, la preparación el resultado fue una nueva derrota y Allende y Aldama tuvieron se retiraron a Valladolid en donde se enteraron de que Hidalgo no había tenido tampoco el éxito deseado y para hacerse de dinero había ordenado secuestrar a todos los gachupines que pudo, Cada uno valía una alforja retacada. Algunos lograron pagar el rescate; pero otros no lograron conseguir las monedas que les reclamaba el cura. (...) Los que lo vieron cuando ya se retiraba rumbo a Guadalajara cuentan que, mientras caminaba hacia su caballo acompañado del Torero, se detuvo y le ordenó -encárgate de los que no pagaron. En la barranca de Bateas quedaron los cuerpos degollados. (Cap. 28)
Allende y Aldama se separaron; la venganza es lo único que nos queda. Por más que quieras, no nos podemos rendir así como así. No somos perros; por mas jodidos que estemos, no podemos agachar las orejas ni meter el rabo entre las patas para presentarnos delante del virrey. Dividámonos. Encuentra a Iriarte [Rafael] y mátalo, yo haré lo mismo con el cura cabrón. Después de eso, Dios dirá lo que debemos hacer (p 179) [Rafael Iriarte: personaje con influencia en el inicio de la revolución de independencia en la región de San Luis Potosí y Zacatecas de la Nueva España. Sus correrías lo hicieron famoso pero denostado y calificado como traidor a la causa insurgente Iriarte fue fusilado tempranamente en el proceso de revolución]
Aguascalientes se entregó a Allende sin problemas, colaboró en todo cuanto se le requirió, eso permitió a Allende fortalecer su ejército; allí les hicieron uniformes nuevos y les dieron todas sus armas con las que abasteció el polvorín; La confianza llegó a mi alma y me devolvió lo perdido. Pero no sabía que las malas artes de Hidalgo eran tan poderosas. Sus cruces de cabeza y las profanaciones le daban fuerza (...) sus conjuros no tardaron en mostrarnos su furia (p 185) presumiblemente Hidalgo mandó a estallar el polvorín, cuando Allende llegó a donde la explosión Las paredes estaban tumbadas y quebradas ... los sodados que lo cuidaban estaban despedazados, en la calle se miraban los cuerpos destripados de los caminantes. Las casas cercanas también estaban destruidas ... Después de (ver) eso, las piernas no me dieron para seguir adelante. Lo que hice tal vez fue un crimen. Volví sobre mis pasos. Y sin escuchar ningún ruego, ordené que abandonáramos la ciudad. Mis soldados no debían mirar lo que había pasado y los cadáveres tendrían que ser olvidados. (p 186)
Juan (Aldama) cumplió su palabra. desde que llegó a su lado, mintió hasta que las orejas de Iriarte se rebosaron. Siete veces juró por los clavos de la cruz de Cristo que me había abandonado y estaba arrepentido de los meses que anduvo de alzado. (...) Aunque al principio dudó, Iriarte terminó por creerle. Después de que se bebieron una botella de chínguere [aguardiente común] para espantar las mentiras, el traidor le contó lo que planeaba. (...) A Iriarte solo le importaba salvarse. Las sonrisas y los tragos que refrendaban la hermandad no tuvieron sosiego mientras avanzaban. Una noche Iriarte estaba medio borracho y Juan desenvainó su verduguillo. La punta matapuercos era lo único que se merecía ese maldito. Se acercó al traidor, lo tumbó y lentamente comenzó a encajarle el acero. después de matarlo Juan destapó ante los hombres de Iriarte la carreta donde el traidor guardaba su plata, --es suya -- les dijo --, agárrenla y váyanse para donde se les pegue la gana. Él anduvo vagando pues no podía regresar a san Miguel ni a Dolores, ni a Guanajuato o Querétaro; se fue para la Sierra Gorda y durante un tiempo se acogió con los franciscanos donde solo aguantó varias semanasy regresó con la mirada cambiada. (Cap 31)
Hidalgo avanzaba hacia Guadalajara; En Tlaquepaque ya lo esperaban -Gracias por recibirme como lo merezco - les dijo el cura; y comenzó a explicarles sus deseos: en las calles por las que pasara se levantarían arcos de triunfo, los integrantes de la curia abrirían la marcha con el estandarte de la Guadalupana y él avanzaría bajo un palio que sería sostenido por las autoridades de la ciudad. Todos los que marcharan a su lado debían mirar al suelo en señal de sumisión. Ninguna campana debería quedar sin sonar y los poetas de Guadalajara compondrían una comedia para celebrar su fama y sus triunfos. (p 201). En el banquete de la victoria que se ganó sin batallas, -que también ordenó Hidalgo - agradeció: Gracias hijos míos... su amor me conmueve. Y más me conmueve lo que algunos me han suplicado con lágrimas en los ojos. Yo sé que quieren llamarme príncipe, pero eso es un exceso para alguien como yo. Un criollo que tuvo un padre casi ciego y que cuidaba tierras ajenas no puede aspirar a tamaños honores. Por favor no me avergüencen ni me sonrojen, para mi basta con que ustedes me digan alteza serenísima y hagan una reverencia. (p204) y por la noche, en el teatro se representó la comedia que también solicitó; una comedia que contara sus hazañas y les mostrara a todos sus infinitas victorias. Él era el nuevo Cristo, el Jesús de la venganza y la lujuria, el único que podía salvar a sus hijos y perdonar a los enemigos, el alfa y el omega que corrían a la par del mundo. (p 205) La noche ya estaba entrada cuando Hidalgo llegó a sus aposentos. La boca le olía a aguardiente y los dedos a la manteca de la comida. Las jóvenes que lo acompañaban no volvieron a sus casas hasta que el sol se asomó. esa mañana las dos tenían la mirada baja y su piel apestaba a macho cabrío. Ninguna volvió a pronunciar una palabra, ni siquiera asintieron cuando la familia habló de recluirlas. En el convento se suicidaron. Las fiestas, desfiles y el desenfreno del cura continuaron durante muchos días.
En Guadalajara Hidalgo instauró un gobierno tirano de facto, Allende narra como el cura firmó el decreto fatal por el que condenaba muerte a la persona que se atreviera a mal hablar o a insultarlo. Las maledicencias no podían rozar a su Alteza Serenísima. (...) también ordenó que nadie, absolutamente nadie, ocultara sus riquezas. Todas debían ser entregadas al pueblo bueno (...) antes de que pasara una semana, en el cuarto del cura había mas de trescientos mil pesos de plata y sus dueños colgaban en las plazas paa mostrar que nadie podía engañarlo. Las fiestas -que corrían a cargo del pueblo- continuaron, las jóvenes que merecían ser desvirgadas comenzaron a escasear; Guadalajara se estaba volviendo aburrida; además Don Miguel ya no solo quería que le lamieran las botas. Había ordenado que lo amaran, pero la gente bien nacida se negaba a hacerlo. Por eso había que castigarla, con ellos los hombres de Hidalgo organizaban "corridas" en las que "toreaban" hasta matarlos a los prisioneros que se negaran a las ordenes del cura. [Cap 34]
Allende cuenta que cuando se descuidó la vigilancia que Hidalgo tenía sobre él, fue a reunirse con su hijo Indalecio, con otros curas y con el gobernador de la Mitra , allí planearon deshacerse de Hidalgo envenenándolo, la oportunidad se les presentó cuando Hidalgo abandonó brevemente la mesa donde comían "el vaso de aguardiente no se enturbió con las gotas que le pusimos. Su número era preciso, era el mismo que tenían las monedas que Judas recibió por traicionar a Jesús, pero el intento de hacerlo se frustró porque al regresar a la mesa Don Miguel volvió acompañado por uno de los hombres del Torero. Sin disculparse por su ausencia se sentó mientras el bandolero carraspeaba. -Ten- le dijo mientras le ofrecía su vaso-, no vaya siendo que se te salga un gargajo y le caiga a mi comida. ese hombre fue el que falleció, el cura nada hizo por tratar de salvarlo - ya o hay nada que hacer... ni modo, así son las cosas. Hay gente que se muere en lugar de otra. Por más que algunos le busquen, las personas no se difuntean cuando los traidores lo anhelan. Nadie se muere cuando quiere, los hombre solo entregamos el alma cuando podemos. a manera de venganza Hidalgo ordenó que ellos, Aldama, Allende y su hijo Indalecio fueran en la primera línea de combate cuando se enfrentaran a Calleja. Y en lo sucesivo antes de que Hidalgo comiera o bebiera, un indio probaba sus alimento... (Cap. 35)
Calleja endureció la búsqueda de Hidalgo y los insurgentes, firmó un bando: por cada uno de sus hombres que muriera, cuatro lugareños serían fusilados, (...) y por cada herido, cuatro más serían desmembrados con caballos y tenazas. (...) La mudez fingida y la falsa ceguera también serían castigadas sin miramientos. (...) Todo lo que vieran y supieran del cura debía ser contado antes de que los realistas se lo preguntaran. Si a alguien le comían la lengua los ratones, le sorrajarían veinte azotes, y sobre las llagas le embarrarían sal pulverizada. Sus amenazas eran reales y todas se cumplieron a carta cabal (p 220) Hidalgo, por su parte estaba seguro de que vencerían a Calleja por su superioridad numérica ¿les parecen pocos los tres mil jinetes y los casi veinte mil hombres que están dispuestos a rifársela hasta la muerte?; sin embargo, las noticias que llegaban sobre la rudeza de Calleja hicieron que poco a poco los insurgentes empezaran a desertar, Los huecos que (Hidalgo) miraba en los campamentos no podían ocultar. Y, cuando después de que le miedo le hundió las arrugas de la cara y le apretó los güevos, volvió a tomar la pluma para invocar a satán: Todos los desertores pagarían su cobardía con la muerte. (...) Los patarrajada estaban atrapados entre dos espadas: la de Calleja y la del cura. Ninguna tenía brizna de piedad. Pocos días después los realistas y los insurgentes estaban el uno a la vista del otro e Hidalgo ordenó el avance de las tropas con Juan Aldama, Ignacio Allende e Indalecio Allende al frente de las mismas. (Cap. 36)
El enfrentamiento en el Puente de Calderón significó una derrota aplastante de los realistas de Calleja sobre los insurgentes de Hidalgo; los hombres más cercanos a Hidalgo, los que los protegían, perdieron la vida. Hidalgo los miraba. sus ojos pelones no podían negarse a ver que todo estaba perdido. En un solo instante, sus sueños y sus anhelos ardieron hasta que se volvieron cenizas. Ahí fue cuando se quebró para siempre. (p 228). Los que pudieron escapar se dirigieron a Guadalajara, antes de entrar a la ciudad enviaron emisarios pregonando la victoria del cura; esa mentira liberó a los demonios y los dragones que San Miguel y San Jorge tenían atrapados. se desataron saqueos y matanzas y antes de que la noticia verdadera de la derrota llegará, tomaron rumbo a Aguascalientes; la gente de esa ciudad no presentó batalla y la tropa insurgente pudo recuperarse un poco pues nadie estaba dispuesto a tendernos la mano, (...) a como diera lugar, debíamos llegar a Zacatecas por eso avanzaban lo más rápido que podían, sin detenerse a auxiliar a sus compañeros heridos; cuando llegamos a la Hacienda del Pabellón nos detuvimos. El momento de dejar las cosas claras estaba enfrente de nosotros. Con la presencia de (Ignacio López) Rayón, Aldama -por orden de Allende- redactó un documento que Allende leyó a Hidalgo: Por gracia de Dios, los oficiales criollos decidimos que su merced [Hidalgo] queda depuesta de cualquier mando. Sus acciones permitieron la muerte de los inocentes, el saqueo de propiedades de personas de bien, y su torpeza posibilitó que Calleja nos derrotara. Por estas razones, se le condena al silencio y la mansedumbre, y se le obliga a no abandonar las tropas criollas que recuperarán el rumbo de la campaña. (P 233) Rayón intercedería por Hidalgo sabedor del valor que Hidalgo representaba para el movimiento. Él es quien junta a la gente, él es el que convoca a los aliados y logra que las columnas no enflaquezcan hasta quedar enclenques. Si ustedes lo condenan al silencio, en menos de lo que canta un gallo nos quedaremos sin partidarios... Hidalgo es indispensable. (...) Algo de razón tenía: Hidalgo era capaz de lograr que los muertos de hambre se sumaran a nuestras tropas y, en esos momentos, nos faltaban para enfrentar a Calleja. (Caps 37 y 38)
El poder de Hidalgo se rompió para siempre, sin embargo Allende sabía que una moneda en la mano correcta podía liberar a Hidalgo, por eso cuando detuvieron su marcha para descansar, hizo traer a Mariano [hermano de Hidalgo] y lo obligó a entregar toda su fortuna; habiéndola obtenido la utilizó para licenciar a todos los insurgentes les entregamos tres marcos a cada uno de los miserables a cambio de sus armas (...) lo único que nos importaba era quedarnos con los soldados leales y disciplinados, con los hombres que no le harían el caldo gordo al cura bribón. (p 236). Continuaron su camino hacia Zacatecas. Nadie, ni siquiera Rayón o su mujer, podían acercarse a Hidalgo. Al llegar a Zacatecas sus presentimientos se confirmaron; Los cerros de plata no llegaron a nuestras manos y las armas se escondieron. (...) Así, apenas nos repusimos, seguimos hacia el norte. (Cap. 39)
Antes de llegar a Saltillo dejaron a Hidalgo en una hacienda cercana, su presencia era capaz de alborotar el gallinero, Indalecio y un pelotón de hombres de probada confianza serían sus guardianes (p 239); obligaron a Hidalgo a que firmara el papel que anunciaba su renuncia al mando y cuando entraron a Saltillo hicieron pública su renuncia y obligamos a todos los pregoneros a que la gritaran hasta que el gañote se les desgarrara. Este hecho les abrió las puertas de la gente de bien. Nunca más ocurrirían matanzas como las de Guanajuato, Valladolid y Guadalajara, nunca más se saquearían las propiedades. Mientras estaban en Saltillo recibieron oferta de indulto por parte del Virrey, decidieron no aceptarla. Habíamos perdido la seguridad desde el momento en que se iniciaron las profanaciones, los saqueos y los asesinatos. Allá, en San Miguel y en todos los lugares por los que pasamos, nos esperaba la gente que tenía ansias de venganza. -Si tuvieras una hija que fue ultrajada por un muerto de hambre, ¿no querrías cobrarle la ofensa al hombre que lo permitió?- le dije. --Que sea lo que Dios disponga-- me dijo Juan y nos quedamos sentados en silencio hasta que la luz de la mañana se asomó por la ventana. (Cap.40)
En condiciones cada vez más terribles; con el bastimento cada vez más menguado hasta quedar sin agua ni alimento, siguieron su camino hacia el Norte. Las voces que contaban nuestras desgracias eran más veloces que las monturas, por eso, sin que a nadie le temblaran las patas, la gente comenzó a preparar la engañifa, la traición que terminaría con nosotros. El tal Elizondo [Ignacio] no estaba conforme con venderles caballos a los realistas, sus ansias de dinero lo llevaron a sumarse a sus tropas y proponer la traición precisa: (p 243) y para lograrlo estuvo enviando cartas ofreciendo su ayuda hasta que el hambre y la sed hicieron que Allende aceptara; cuando se encontraron con los hombres de Elizondo nos recibieron como si fuéramos sus amigos de toda la vida. --dejen aquí a sus hombres para que recuperen las fuerzas, ustedes síganme para que puedan descansar como Dios manda-- Obedecimos. Las Norias se mostraron delante de nosotros. Y en el instante en que íbamos a clavar las espuelas a las monturas para matarnos la sed, los tiros comenzaron. No pudimos defendernos. Los hombres que se quedaron atrás también eran atacados y no teníamos manera de enfrentar a los soldados de Elizondo. Indalecio trató de huir hacia una arboleda, y antes de que las ramas secas pudieron protegerlo, las balas le reventaron la espalda y las tripas. (...) Tiramos las armas y levantamos los brazos. Elizondo se acercó con los suyos y los grilletes se adueñaron de nuestra carne. Todo se había terminado. (...) Ahi estábamos, engrilletados y con la ropa desgarrada, sucios como miserables y con los rostros marcados por la derrota. La voz de Hidalgo se había apagado por completo.
Así seguimos hasta que llegamos aquí, [En las cercanías de Monclova, Coahuila, en el paraje denominado Acatita o Norias de Baján] al lugar donde seríamos juzgados y condenados para cumplir con el expediente.
Fin del relato de Allende
En un capítulo final, Trueba narra la experiencia de escribir la novela sobre Miguel Hidalgo, las vicisitudes que superó, las fuentes que consultó y lo difícil que resulta escribir sobre el mito de Hidalgo como verdadero y único Padre de la Patria. (...) es necesario recalcar que estas páginas no buscan decir verdad sobre Hidalgo y tampoco someterlo a un juicio sumarísimo que lo condene a la ignominia. (...) Este libro solo es una novela, (...) no es un libro de historia, sino una ficción en la que se cuenta algo de lo que pasó, algo de lo que pudo haber pasado y algo de lo que yo quise que pasara. En ella la mentira y la realidad se entretejen siguiendo los dictados de mi imaginación para mostrar una imagen lejana del mármol y el bronce. Esta novela es una provocación.
La entrevista de Irma Gallo al autor es un plus para esta publicación.
FUENTE DE INFORMACIÓN:
Trueba Lara José Luis. (2021, Junio). Hidalgo, la otra historia. Océano. México.
¿QUÉ SON LAS HABILIDADES BLANDAS, CÓMO SE APRENDEN Y CUÁLES SE NECESITAN PARA LA ESCUELA DEL SIGLO XXI?
Este es un texto que encontré en la WEB del maestro, está basado en "Habilidades Blandas N° 1" de Julio Mujica Leiva y enriquecido con distintas fuentes que se citan al final del mismo.
Otras publicaciones relacionadas con HABILIDADES son.
Las denominadas habilidades blandas son aquellos atributos o características de una persona que le permiten interactuar con otras de manera efectiva, lo que generalmente se enfoca al trabajo, a ciertos aspectos de este, o incluso a la vida diaria.
No son solo un ingrediente en particular, sino que son el resultado de una combinación de habilidades sociales, de comunicación, de forma de ser, de acercamiento a los demás y otros factores que hacen a una persona dada a relacionarse y comunicarse de manera efectiva con otros.
Por lo anterior es que las habilidades blandas tienen relación con lo que se conoce como inteligencia emocional; la relación y comunicación efectiva se ve afectada principalmente por la capacidad de conocer y manejar las emociones, tanto en nosotros mismos como en los demás. También se puede utilizar el termino de "competencias interpersonales" [párrafos abajo se abunda en este tema] para agrupar a estas habilidades en una persona.
Otra forma de enfocarlo, es diferenciar estas características de lo que se conoce como las habilidades duras; éstas últimas tienen relación con los requerimientos formales y técnicos para realizar una determinada actividad. Por ejemplo conocer los procedimientos y modo de operación de una máquina en una fábrica, es parte de las habilidades duras de una persona.
Entre las habilidades blandas se mencionan las siguientes:
Julio Mujica
Zermeño Ana María
& Lozano Armando
Liderazgo.
Motivación.
Influencia.
Negociación.
Desarrollo del espíritu de
equipo.
Comunicación.
Toma de decisiones.
Liderazgo.
Paciencia.
Respecto.
Seriedad.
Empatía.
Generosidad.
Tolerancia.
Es importante también no idealizar las diferentes capacidades o habilidades de cada quien; para algunas labores o funciones las habilidades blandas tiene una gran importancia [por ejemplo para aquellos trabajos donde hay una relación directa con el público, o donde se requiere de mucha interacción con otras entidades, departamentos o personas]. Cada persona, de acuerdo a sus características y preferencias, estará más a gusto en una posición acorde a su set de habilidades.
En cualquier caso, tanto las habilidades blandas como duras pueden ser desarrolladas. En el caso de las habilidades duras el asunto es evidente - por ejemplo, basta con leer el manual de funcionamiento de una máquina o dispositivo para desarrollarlas en un cierto ámbito - mientras que las habilidades blandas requerirán de la voluntad para poner más atención en la forma en que nos relacionamos con los demás.
Dirigir a otros para lograr objetivos es uno de los desafíos más importantes que asumen las personas cuando llegan a ocupar cargos de supervisión. En su carrera profesional las personas cuentas con conocimientos y habilidades derivadas de su preparación técnica y académica y, como resultado del buen desempeño en la aplicación de esos conocimientos, es que ascienden en las organizaciones. Sin embargo el éxito en el ámbito ejecutivo requiere de otras competencias, relacionadas con las denominadas "habilidades blandas"; estas habilidades son transversales e indispensables para las personas que ocupan cargos en que, lo más importante, es la capacidad para desarrollar a otros.
Para la escuela del Siglo XXI se requiere el desarrollo y fortalecimiento de las siguientes habilidades blandas:
Autoliderazgo.- Capacidad para dirigir nuestra propia vida.
Pasión y automotivación.- Fuente de energía para alcanzar nuestras metas.
Creatividad.- capacidad para crear, innovar e imaginar.
Comunicación y escucha activa.- Habilidad para intercambiar mensajes con los demás y entenderlos.
Foco y visión.- Forma de mantenerse concentrado en los objetivos propuestos.
estrategia y gestión del tiempo.- Priorizar tareas, organización y planificación.
Valores y principios personales.- Responsabilidad, compromiso, perseverancia, humildad, integridad y generosidad.
Autoconciencia y autoconfianza.- Conocernos a nosotros mismos - fortalezas y debilidades - y confiar en nuestros talentos.
Resiliencia.- Autorregulación emocional, habilidad para lidiar con frustraciones.
Habilidades sociales.- Capacidad para crear vínculos emocionales y de calidad.
Empatía afectiva.- Existen dos tipos de empatía: cognitiva y afectiva. Las dos ayudan a ponernos en el lugar de otra persona. No obstante, existe una gran diferencia entre ellas. la primera puede fomentar conductas manipuladoras y servir como herramienta para herir a los demás; la segunda, por su parte, estimula la sensibilidad emocional y podría ser el camino para trabajar medidas anti-bullying.
Proactividad.- Actitud de iniciativa y búsqueda de evolución.
Always learning.- Actitud positiva hacia el aprendizaje continuo y el progreso personal.
Toma de decisiones.- Capacidad para decidir por nosotros mismos y asumir las consecuencias.
Pensamiento crítico.- Aprender a pensar y elaborar nuestros propios juicios.
Negociación y gestión de conflictos.- Mentalidad ganar - ganar y actitud mediadora.
Equilibrio físico, mental y espiritual.- Cuidado de nuestro cuerpo, mente y espíritu.
Persuasión e influencia [YO S.A.].- Capacidad "comercial". el presente y futuro es el "YO S.A." ¿Por qué eres diferente?
Sinergia.- Colaboración y trabajo en equipo.
Tolerancia Cultural.- Nuestro mundo globalizado exige comprensión de hábitos y costumbres diferentes. En nuestras diferencias encontramos la riqueza.
Adaptabilidad a los cambios.- Flexibilidad y salida de la zona de confort para superar miedos, cambios u obstáculos.
Para referirnos a las competencias interpersonales tomemos algunos extractos:
Definición de competencias
De acuerdo con Tobón, las competencias son procesos complejos que las personas ponen en acción-actuación-creación, para resolver problemas y realizar actividades (de la vida cotidiana y del contexto laboral-profesional), aportando a la construcción y transformación de la realidad, para lo cual integran el saber ser (automotivación, iniciativa y trabajo colaborativo con otros), el saber conocer (observar, explicar, comprender y analizar) y el saber hacer (desempeño basado en procedimientos y estrategias), teniendo en cuenta los requerimientos específicos del entorno, las necesidades personales y los procesos de incertidumbre, con autonomía intelectual, conciencia critica, creatividad y espíritu de reto, asumiendo las consecuencias de los actos y buscando el bienestar humano.
Según Frade (2009) Las competencias son una serie de definiciones sobre lo que debe saber hacer una persona en campos específicos del conocimiento, en momentos determinados de la vida y en procesos definidos del saber y quehacer cotidiano, científico o especializado. estos es, una competencia es un conjunto de conocimientos que al ser utilizados mediante habilidades de pensamiento en distintas situaciones generan diferentes destrezas en la resolución de los problemas de la vida y su transformación, bajo un código de valores previamente aceptado que muestra una actitud concreta frente al desempeño realizado.
Una competencia se define como una capacidad adaptativa, cognitivo-conductual específica que se despliega para responder a la demanda que se produce en un entorno determinado en un contexto sociohistórico y cultural. Es un proceso de adecuación entre el sujeto, la demanda que existe en el medio y las necesidades que se producen. A mayor coherencia entre lo que exige el ambiente y lo que el sujeto realiza, mayor nivel de competencia, se es más competente.
es por tanto una capacidad adaptativa cognitiva (pensamiento, conocimiento y emoción), conductual (actitud), que responde a las demandas del entorno (imposición sociocultural), que se traduce en un desempeño (conducta observable con un fin dirigido por el sujeto).
Una competencia se desarrolla cuando se utiliza el ser biológico para responder a las demandas del entorno. Se forma y construye cuando existe una mediación que utilice instrumentos (cultura, lenguaje) para impulsar la sobrevivencia, la interacción y la innovación sobre el medio en que se encuentra. Se despliega cuando la persona es competente, sabe pensar para poder hacer, ser y vivir en sociedad. (pag. 82)
Zermeño Padilla y Lozano Rodríguez (2016) agregan que las competencias pueden ser analizadas en dos vías: competencia como el comportamiento que un empleado debe seguir en una situación específica para alcanzar altos niveles de desempeño, competencia como un trabajo general bien realizado o "output" en función de las demandas de cada empleo y medido en función de los estándares mínimos del sistema y demostrado mediante desempeño y resultados o como "input", en términos de los atributos que un individuo debe poseer para desempeñarse competentemente. De ahí que puedan definirse posteriormente estándares de inteligencia vs. conocimiento (competencia cognitiva), destreza vs. habilidad (competencia funcional) o actitudes vs. comportamientos (competencia social).
De acuerdo con lo anterior, y como lo señala Frade (2009), el término competencia puede ser utilizado en diversos ámbitos: deportivo, jurídico, educativo, social, psicológico y en cada uno de ellos tendrá un significado diferente; ahora bien, como los señalan Burgos, Lozada & Maldonado (2013) las habilidades interpersonales constituyen un campo de investigación y de aplicación de varias ciencias, quizá por ello se les denomine de maneras distintas: habilidades interpersonales, destrezas sociales, habilidades para la interacción, conductas interpersonales, habilidades de intercambio interpersonal, competencias sociales, competencias interpersonales... denominaciones que - sin embargo - comparten el componente conductual relacionado con la interacción y el funcionamiento en sociedad.
Vicente Caballo, como se cita en Burgos, Lozada & Maldonado (2013) menciona como habilidades requeridas para que una persona actúe de manera competente en medio social las siguientes: 1) Iniciar y mantener conversaciones, 2) hablar en público, 3) Expresión de amor, agrado y afecto, 4) Defensa de los derechos propios, 5) Pedir favores, 6) Rechazar peticiones, 7) Hacer cumplidos, 8) Aceptar cumplidos, 9) expresión de opiniones personales, 10) Expresión justificada de molestias, desagrado o enfado, 11) Disculparse o admitir ignorancia, 12) Petición de cambios en la conducta de otro y 13) Afrontamiento de las críticas. (pág 40). Adicionalmente, Monjas (citada por Burgos, Lozada & Maldonado, 2013) refiere que las competencias sociales se aprenden y se desarrollan en la interacción con otras personas; en el fortalecimiento de estas competencias participan los siguientes componentes:
Aceptación social, grado en el que la compañía de una persona es tenida por otros como satisfactoria para el mantenimiento de relaciones estrechas.
Asertividad, Capacidad de expresar los sentimientos y diferentes opiniones de manera entendible para los demás, sin ofender ni atacar.
Habilidades Sociales, comportamientos específicos de una situación que maximizan la probabilidad de asegurar o mantener el reforzamiento o disminuir la probabilidad de castigo sobre el comportamiento social propio.
Autoconcepto y Autoestima, suma de creencias de un individuo sobre sus cualidades personales. Es resultado de la interpretación de las emociones, la conducta y la comparación que se establece entre la conducta personal y la del otro. (Pág. 42).
Mucho queda aún por conocer en este campo de las habilidades y las competencias; los textos consultados son ricos en contenido que sin duda alimentarán el deseo de conocimiento de los interesados; baste por ahora esta breve referencia al tema.
FUENTES DE INFORMACIÓN
Burgos Hernández, Nicolás. Lozada Chavez, Judith. &
Maldonado Guiterrez, Wilson. (2013). Competencias
Interpersonales en estudiantes en prácticas iniciales del programa de
psicología dela Universidad de la Costa. [Tesis de Especialidad en Estudios Pedagógicos
no publicada]. Universidad de la Costa. Barranquilla, Colombia. https://repositorio.cuc.edu.co/bitstream/handle/11323/783/32791653.pdf?sequence=1&isAllowed=y