martes, 23 de abril de 2019

DATA WISE, PASO 8: ACTUAR Y EVALUAR

El material que se reproduce a continuación se tomó del curso en línea Introduction to Data Wise: A Collaborative Process to Improve the Learning & Teaching en EdX HarvardX: GSE3x; reproducirlo tiene la intención de que otros estudiosos de los procesos de enseñanza y aprendizaje amplíen sus horizontes y transformen su practica educativa. 

La traducción es de los autores del curso Kathryn Parker Boudett, Elizabeth A. City y Richard J Murname. 



ENLACES RELACIONADOS

DATA WISE, PASO SIETE: Plan para evaluar el progreso.


TOPIC:

STEP EIGHT: ACT AND ASSESS

PASO OCHO: ACTUAR Y EVALUAR

OVERVIEW / RESUMEN 



In step eight, act and assess, you implement the action plan and the plan to assess progress that you created in step six and seven.

This step has five key tasks: Implement the action plan, Assess implementation, Assess student learning, Adjust the action plan, and Celebrate success.

Implementing the action plan involves just that, doing the tasks you and your colleagues agreed to do.

Initial tasks often includes engaging in professional development designed to get you ready to bring the new instructional strategies to your students. Then, you get in your classroom and star using those strategies.

It’s wise to begin to assess implementation of the plan right away. As you implement, you and your colleagues ask yourselves, are you doing what you said you’d do back in step six when you agreed on what the plan would look like in classrooms?

To answer that question, you gather evidence by observing teaching and learning just as you did back in step five.

In addition to observing what teachers and students are doing in classrooms, you will also want to assess student learning by carrying out the plan to assess progress that you made in step seven. Then, based on what you learn from assessing the extent to which are actually implementing your plan, ant the extent to which your plan is having an impact on student learning, you can determine how to adjust the action plan. And you can start doing that adjusting as soon as you figure out it’s needed.

Let’s take an example.

Suppose your learner-centered problem is that students struggle when asked to express their ideas orally, and your problem of practice is that as teachers we do not provide opportunities for students to practice expressing complicated ideas out loud.

After researching a number of instructional strategies, you might choose an action plan that involves having students create a series of short videos that explain their thinking about current events in your community.

You might agree that when this plan is in place you will see teachers explaining the assignment and then giving students independent work time every Friday afternoon to plan and record their ideas.

When you actually implement your action plan, things may not play out exactly as you expected. You may look at the videos students make in the first couple of weeks and think, “that’s not what we were looking for.” You and your colleagues may find that you need more guidance around how to help students pick compelling topics to talk about; or you need more support about how to make technology and asset and not a distraction.

You might also discover that the real learning comes not when students film their presentations, but when they watch their own videos critically, and are then allowed to re-shoot the scene again and again until they’re happy with how they are expressing their ideas.

So, maybe you don’t stick with your original plan to have a different video every Friday. Instead, you work closely with your colleagues and students themselves to assess and adjust until you all get learning outcomes that you were shooting for.

Resist the temptation to scrap the whole plan if it doesn’t work right away.

Remember, you spent a lot of time nailing down the particular problems of learning and teaching that you wanted to address.

Expect that your plan will need adjustments. I’ve never seen an action plan that doesn’t need at least a little tinkering.

The final key task of step eight, celebrate success, should actually happen throughout the whole Data Wise journey. The work of collaboratively improving instruction is challenging and at times can be frustrating or exhausting. As a result, it’s really important to celebrate successes, even as you work to address very real problems.

And when you finally get through step eight, really take some time to pause and recognize that. Capture your journey in writing and in images and share it with others. Analyze what worked so that you know what you need to keep on doing. And use some of the momentum from this journey to motivate you to continue the work of improvement because once you reach step eight, there’s still more to do.

Notice the shape of the Data Wise arrow. It points right back to step three.

As one school leader we’ve worked with describe it, Data Wise is not just a flat arrow, it’s more like a spiral moving ever upward. Each time you begin a new cycle of inquiry, you and your colleagues bring the experience you gained from your previous efforts and use that to take on new and more challenging problems of practice, but you’re able to do so with greater skill and insight.

Chapter eight of the Data Wise book provides ideas for how to build on your success and keep the work fresh and ongoing. There’s always room for improvement. Working really hard with people you really respect to do something really important is what it’s all about.

Kathryn Parker Boudett
En el paso ocho, actuar y evaluar, implementarán el plan de acción y el plan para evaluar el progreso que elaboraron en los pasos seis y siete.

Este paso tiene cinco tareas cruciales: Implementar el plan de acción, Evaluar la implementación, Evaluar el aprendizaje estudiantil, Ajustar las acciones y Celebrar el éxito.

Implementar el plan de acción involucra precisamente eso; realizar las actividades que usted y sus colegas acordaron realizar.

Las actividades iniciales generalmente incluyen la participación en el desarrollo profesional diseñado para estar preparado para llevar las nuevas estrategias educativas a los estudiantes. Después hay que ir a las aulas y empezar a utilizar esas estrategias. 

Es una buena idea empezar de inmediato a evaluar la implementación del plan; a medida que vayan implementándose, pregúntense ustedes mismos; ¿están haciendo lo que dijeron que harían en el paso seis cuando acordaron sobre la apariencia que tendría el plan en las aulas?

Para responder a esta pregunta es preciso basarse en la evidencia observando la enseñanza y el aprendizaje de acuerdo a lo que se hizo en el paso cinco.

Además de observar lo que los maestros y los alumnos hacen en el aula, también querrán evaluar el aprendizaje estudiantil llevando a cabo el plan de evaluación del progreso que elaboraron en el paso siete. Después, basados en lo que aprendieron de la evaluación de hasta qué punto se está implementando el plan y hasta qué punto dicho plan está teniendo impacto en el aprendizaje estudiantil, se podrán determinar los ajustes al plan de acción. Y pueden empezar a hacer esos ajustes tan pronto como vean que lo necesitan.

Veamos un ejemplo.

Supongamos que su problema centrado en el alumno es que los estudiantes tienen dificultades cuando se les pide que expresen oralmente sus ideas, y su problema de práctica es que como maestros no ofrecemos a los estudiantes oportunidades para expresar en voz alta ideas complicadas.

Después de investigar un número de estrategias educativas, pueden elegir un plan de acción que implique que los alumnos creen una serie de videos cortos en los que expliquen su pensamiento acerca de sucesos actuales en su comunidad.

Pueden estar de acuerdo en que cuando este plan esté en marcha, verán al os profesores explicando la tarea y dando a los estudiantes tiempo de trabajo independiente cada viernes por la tarde para planear y grabar sus ideas.

De hecho, al implementar su plan de acción  quizá las cosas no sucedan exactamente como lo esperan; puede que al ver los videos que los alumnos hicieron en las primeras dos semanas piensen: “Esto no es lo que estábamos buscando”; quizá usted y sus colegas se den cuenta de que necesitan más apoyo para ayudar a sus estudiantes a elegir temas interesantes para desarrollar; o quizá necesiten más apoyo para saber cómo hacer de la tecnología un apoyo y no una distracción.

Quizá también descubran que el aprendizaje real no sucede cuando los estudiantes graban sus presentaciones, sino cuando observan críticamente sus videos, y tienen la oportunidad de re-grabar las escenas una y otra vez hasta que están satisfechos con la manera en que están expresando sus ideas.

Así que, quizá no deban apegarse demasiado a su plan original de tener un video diferente cada viernes. En lugar de ello, pueden trabajar codo con codo con sus colegas y sus estudiantes para evaluar y ajustar hasta lograr que todos obtengan los resultados de aprendizaje deseados.

 Resistan la tentación de desechar todo el plan si no funciona inmediatamente.

Recuerden, han pasado mucho tiempo identificando los problemas particulares de aprendizaje y de enseñanza que querían abordar. Tengan en mente que su plan necesitará ajustes. Nunca he visto un plan de acción que no necesite al menos unos pequeños ajustes.

La última tarea crucial del paso ocho es celebrar los éxitos, de hecho, debería hacerse a lo largo de todo el viaje de Data Wise. El trabajo de mejorar la educación de manera colaborativa es difícil y a veces puede resultar frustrante y cansado. Por eso es realmente importante celebrar los éxitos, sobre todo porque se trata de un trabajo para solucionar problemas muy reales.

Y cuando finalmente lleguen al paso ocho, tomen un tiempo para descansar y reconocerlo. Registren su viaje por escrito y en imágenes y compártanlo con otros. Analicen lo que ha funcionado para saber en qué necesitan seguir trabajando. Y utilicen algunos de los momentos de este viaje para continuar el trabajo de mejora porque una vez que han alcanzado el paso ocho, aún hay más por hacer.

Observen la forma de la flecha de Data Wise. Apunta de nuevo al paso tres.

Tal y como lo describió uno de los líderes escolares con los que trabajamos; Data Wise no es solo un proceso lineal, es más como un proceso ascendente. Cada vez que inician un nuevo ciclo de investigación, usted y sus colegas llevan la experiencia ganada en los esfuerzos previos y la utilizan para abordar problemas de práctica nuevos y más difíciles, y son capaces de hacerlo con mejores habilidades e ideas.

El capítulo ocho del libro Data Wise ofrece ideas sobre cómo aprovechar el éxito y seguir trabajando en forma fresca y renovada. Siempre hay un espacio para mejorar. De lo que se trata es de trabajar con personas que realmente respeten para hacer algo realmente importante.


Kathryn Parker Boudett
Based on the book Data Wise: A Step-by-step Guide to using Assessment Results to Improve Teaching and Learning

Kathryn Parker Boudett and Elizabeth A city are co-editors (with Richard J Murname) of Data Wise: A step-by-step Guide to Using Assessment Results to Improve Teaching and Learning, revised and expanded edition. Harvard Education Press, 2013.

Fin del curso / The end of the course


sábado, 13 de abril de 2019

DATA WISE PASO 7: PLAN PARA EVALUAR EL PROGRESO

El material que se reproduce a continuación se tomó del curso en línea Introduction to Data Wise: A Collaborative Process to Improve the learning & Teaching en EdXHarvardX:GSE3x, reproducirlo tiene la intención de que otros estudiosos de los procesos de enseñanza y aprendizaje amplien sus horizontes y transformen su práctica educativa. 

La traducción es de los autores del curso Kathryn Parker Boudett, Elizabeth A. City y Richard J. Murname. 



ENLACES RELACIONADOS 


DATA WISE PASO SEIS: DESARROLLAR UN PLAN DE ACCIÓN
DATA WISE, PASO OCHO: ACTUAR Y EVALUAR.

TOPIC: 

DATA WISE STEP SEVEN: PLAN TO ASSESS PROGRESS.


DATA WISE PASO SIETE: PLAN PARA EVALUAR EL PROGRESO. 

OVERVIEW / RESUMEN


In step six, teacher teams work together to develop an action plan for addressing their problem of practice.

One of the key tasks in that step involves agreeing on what the plan will look like in classrooms. You do this by clarifying what teachers will be doing, what students will be doing, and what the whole classroom environment will look like when the strategy is used.

When you start enacting your plan, this clarify will make it easy for you and your colleagues to assess whether you’re doing what you said you’d do.

But you also want to be prepared to assess the extent to which the plan improves student learning. Therefore, before jumping to action, you do Step 7 – Plan to Assess Progress.

This is where you specify the evidence of student learning that you hope to see once the instructional strategy is in place.

Your plan to assess will provide the information you need when you move on to Step 8 – Act and Assess. It’ll help you measure the extent to which your instructional strategy is working or not working.  And it’ll help you identify how to adjust your practice to get the student learning gains that you’re looking for.

Step seven has two key tasks – choose assessments to measure progress and set student learning goals.

When choosing assessments to measure progress, it can be really useful to make sure you identify short, medium, and long term data sources.

Short term data includes information that can be collected on a daily or weekly basis, such as classwork or homework. It also include observations on how students are performing in class, as well as just conversations with students about their learning.

Medium term data is gathered more systematically, often every four to eight weeks or so. Benchmark or interim assessments that are administered school or system-wide can be excellent sources of medium term data, especially if these assessments have been designed to measure student progress over the course of the year towards meeting standards.

Assessments created in-house by teachers can also provide useful medium term data. These assessments can shed light on the extent to which the specific learner-centered problem targeted by your action plan has actually been addressed.

Chapter seven  of the Data Wise book provides an example of what this kind of assessment could entail, and discusses the importance of working collaboratively to decide how you’re going to score it.

Long term data is typically collected annually. It can include high stakes assessments, such as those required for accountability, promotion, or college admission purposes.

You may have featured long term assessment results in the data overview that kicked off your inquiry way back in step three. Including those results in your plan to assess progress can help you to come full circle.

Once your team has identified the short, medium, and long term data that you want to collect, you’ll need to set student learning goals.

These goals will help you know what you’re shooting for so that you’ll be able to tell how close your action plan actually brings you to your target.

Setting goals helps you create internal accountability among you and your colleagues for reaching high expectations for student learning; those expectations can be about proficiency or about growth.

For example, you can make a goal that all students will be reading a grade level by the end of the year, or a goal that all students will improve their reading by at least one grade level by the end of the year.

Now, let’s go through an example of what a plan to assess progress can look like. Suppose your learner-centered problem is that students do not demonstrate skill in drawing inferences from literature; and your problem of practice is, as teachers, we do not challenge students to go beyond the literal interpretation of what they read. Your instructional strategy might be having students role-play how the characters in a novel might respond to different kinds of situations, and then have students reflect on their acting choices.

You could collect short term data about the effectiveness of this strategy by observing these role-playing exercises, and then talking with students about their acting decisions.

Your goal for this short term data would be to have every student be able to explain what they had read in the original text made them choose to have their characters do what they did.   

You could collect medium term data by having all teachers on your team administer three writing prompts over the course of a semester that ask students to make inferences about the motivation of the characters in literary text.

You and your colleagues could then collaboratively develop a four-point rubric against which to score the prompts, and set a performance goal that all students would have an average score of three across assessments.

You can also set a growth goal that each student’s inferencing skills would improve by at least one rubric level from the first prompt to the last.

Your path towards identifying your learner-centered problem that students do not demonstrate skill in drawing inferences from literature, may have originated with a finding that last year on average, students only answered correctly 50% of the inference questions on the state test.

So for long term data, you may want to return to that test and see how performance on inference questions this year compares to the performance of the same group of students last year.

You might set a goal that the average percentage of inference questions answered correctly would increase from 50% to 80%.

These short, medium and long term goals – taken together will allow you to mark your progress and maintain a relentless focus on evidence.

One challenge you might face when planning to assess progress is that the assessments you already have don’t measure what you want to measure. If this happens, don’t let yourself get boxed into defining data in a narrow way. Data can include much more than the tests listed on the data inventory that you created in the beginning of the process. Be creative.

It’s OK to design your own assessments so that you can get the specific feedback you need about student learning.

Chapter seven of the Data Wise book discusses examples of creative choices teams make in planning to assess progress, and helps clarify some of the tradeoffs in using different kinds of data.

Another challenge is getting hung up on going back and forth with your colleagues about the exact percentages when you’re setting student learning goals. Haggling over whether you’d like to see 83% or 79% improvement is not a good use of your collaborative time. Focus instead on getting clear about what good work looks like, and how you’ll know when you see it.

Perhaps the most important thing is to avoid the temptation to skip the step entirely because you’re running out of time. The key is to pace yourself as you work your way through the whole improvement cycle, making sure that you don’t jump to action until you’ve got a clear plan for how you’re going to track your progress.

In fact, when we wrote the Data Wise book, we made a very deliberate choice to have planning to assess progress be its own step.

Even though in reality, educators do this work at the same time that they create their action plan. But separating it out into its own step, we emphasize the importance of deciding what evidence of student learning you will collect.

This clarify around student evidence that you develop in step seven combined with the clarify around teacher evidence that you developed in step six, will set you and your colleagues up well for the eighth and final step of the process – act and assess.

Kathryn Parker Boudett
En el paso seis los equipos docentes trabajan juntos para desarrollar un plan de acción para abordar su problema de práctica.

Una de las tareas cruciales en este paso consistía en llegar a un acuerdo acerca de cómo se aplicaría el plan en las aulas. Esto se consigue aclarando lo que los profesores harán, lo que los estudiantes harán y que apariencia tendrá el entorno del aula cuando la estrategia se ponga en marcha.

Cuando se comienza a ejecutar el plan, esta claridad facilitará que usted y sus compañeros evalúen si están haciendo lo que dijeron que iban a hacer.

También hay que estar preparados para evaluar hasta qué punto el plan mejora el aprendizaje estudiantil. Por lo tanto, antes de pasar a la acción, hay que abordar el paso 7 – El Plan para Evaluar el Progreso.

Aquí es donde se han de especificar las evidencias del aprendizaje estudiantil que se espera ver una vez que se implemente la estrategia educativa.

El plan para evaluar el progreso ofrecerá la información necesaria para avanzar hacia el Paso 8 – Actuar y Evaluar. Este les ayudará a medir hasta qué punto su estrategia educativa está funcionando o no. Y le ayudará a identificar como ajustar su práctica para que el aprendizaje estudiantil logre lo se están buscando.

El Paso Siete tiene dos tareas cruciales: elegir evaluaciones para medir el progreso y establecer los objetivos del aprendizaje estudiantil.

Al elegir evaluaciones para medir el progreso, realmente puede ser muy útil asegurarse de identificar fuentes de datos a corto, mediano y largo plazo.

Las fuentes de datos a corto plazo incluyen información que puede recogerse diariamente o semanalmente; tales como el trabajo en clase o las tareas en casa. También incluye observaciones del desempeño de los estudiantes en clase así como conversaciones con ellos acerca de su aprendizaje.

Los datos de mediano plazo se recopilan más sistemáticamente, generalmente cada cuatro a ocho semanas más o menos. Las evaluaciones de referencia o las evaluaciones intermedias que son administradas a nivel escolar o del sistema pueden ser excelentes fuentes de datos a mediano plazo, especialmente si estas evaluaciones han sido diseñadas para medir el avance estudiantil a lo largo del curso para cumplir con los estándares.

Las evaluaciones internas creadas por los profesores también proveen datos útiles de mediano plazo. Estas evaluaciones pueden arrojar luz sobre hasta qué punto el problema específico centrado en el alumno abordado por el plan de acción está siendo atendido.

El capítulo siete del libro Data Wise ofrece un ejemplo de lo que puede suponer esta clase de evaluación, y analiza la importancia de trabajar colaborativamente para decidir cómo se va a calificar el trabajo.

Los datos de largo plazo generalmente se recolectan anualmente. Pueden incluir evaluaciones de alto alcance como las que se requieren para dar cuenta del rendimiento, la acreditación o para propósitos de admisión a la universidad.

Los resultados de las evaluaciones a largo plazo se destacaron en el panorama general de datos que se puso en marcha durante la investigación del paso tres. Incluir esos resultados en el plan para evaluar el progreso puede ayudar a cerrar el círculo.

Una vez que el equipo haya identificado los datos de corto, mediano y largo plazo que necesita recolectar, necesitaran establecer los objetivos de aprendizaje estudiantil. Estos objetivos le ayudarán a saber hacia donde se están dirigiendo para que sean capaces de decir que tanto su plan de acción se acerca a su meta. 

Establecer metas ayuda a crear transparencia interna entre ustedes y sus compañeros para que puedan alcanzar las altas expectativas de aprendizaje estudiantil; estas expectativas pueden ser sobre competencias o sobre crecimiento.

Por ejemplo, puede que uno de los objetivos sea que para el fin de ciclo escolar todos los estudiantes sean capaces de leer a nivel del curso, o que para el fin de ciclo todos los estudiantes mejoren sus habilidades lectoras al menos en un grado.

Veamos ahora a un ejemplo sobre la apariencia que debería tener un plan para evaluar el progreso. Suponga que su problema centrado en el alumno es que los estudiantes no demuestran habilidades para sacar conclusiones de los textos literarios; y su problema de práctica es que, como profesores no estamos ofreciendo a los alumnos la posibilidad de ir más allá de la interpretación literal de lo que leen. La estrategia educativa podría consistir en hacer ejercicios de representación de personajes en los que los estudiantes tengan que interpretar como los personajes de una novela podrían responder ante diferentes tipos de situaciones y que los estudiantes reflexionen sobre sus elecciones.

Pueden recolectarse datos a corto plazo sobre la efectividad de esta estrategia observando los ejercicios de representación de personajes, y luego platicando con los estudiantes sobre sus decisiones.

El objetivo de estos datos a corto plazo sería lograr que todos los estudiantes sean capaces de explicar lo que han leído en el texto original que les llevó a elegir lo que sus personajes hicieron.

Pueden recolectarse datos de mediano plazo  haciendo que todos los profesores del equipo administrasen tres tareas escritas a lo largo de un semestre pidiendo a los alumnos que saquen conclusiones sobre la motivación de los personajes en los textos literarios.

Así, usted y sus compañeros podrían colaborativamente desarrollar una rúbrica de cuatro puntos para valorar las tareas y establecer un objetivo de desempeño para que todos los estudiantes tengan una calificación promedio de las tres evaluaciones.

También se puede establecer un objetivo de crecimiento como que las habilidades de inferencia de los estudiantes mejoren por lo menos un nivel desde la primera tarea hasta la última.

El camino para identificar el problema centrado en el alumno que los estudiantes no demuestran tener habilidad para hacer inferencias / sacar conclusiones de los textos literarios, pudo tener su origen con el hallazgo de que el año anterior en promedio, los estudiantes solo contestaron correctamente el 50% de las preguntas de este tipo en los exámenes estatales.

Asi que, con respecto a los datos de largo plazo, podría ser bueno regresar a los exámenes y revisar el desempeño en este tipo de ejercicios realizados este año y compararlos con el desempeño del mismo grupo de estudiantes del año anterior.

El objetivo podría ser que el porcentaje promedio de preguntas de inferencias respondido correctamente se incremente de 50% a 80%.

Estos objetivos de corto, mediano y largo plazo tomados en conjunto permitirán marcar el progreso y mantener el enfoque constante en la evidencia.

Un reto que podrían enfrentar al planificar la evaluación del progreso es que las evaluaciones que se han aplicado hasta el momento no midan lo que se pretende medir; si esto sucede, no caigan en la tentación de definir los datos de manera restringida y apresurada. Los datos pueden incluir mucho más que los exámenes anotados en el inventario de datos que se creó al principio del proceso. Sean creativos.

Es correcto diseñar sus propias evaluaciones para obtener la retroalimentación específica que necesitan acerca del aprendizaje estudiantil.

El capítulo siete del libro Data Wise analiza ejemplos de elecciones creativas que los equipos llevan a cabo al planear la evaluación del progreso, y ayuda a clarificar algunas de las disyuntivas que aparecen al utilizar diferentes tipos de datos.

Otra dificultad podría ser ponerse de acuerdo con los compañeros acera del porcentaje exacto cuando se establecen los objetivos estudiantiles de aprendizaje. Discutir acerca de si es preferible una mejora del 83% o del 79% no es una buena manera de aprovechar su tiempo colaborativo de que se dispone. Es mejor enfocarse en tener claridad sobre la manera en cómo se verá un buen trabajo y como lo reconocerán cuando lo vean.

Quizá el asunto más importante sea evitar la tentación de saltarse el paso completo por el hecho de ir mal en los tiempos. La clave está en avanzar a su ritmo mientras se avanza sobre el ciclo de mejora, asegurándose  de que no pasamos a la acción hasta tener un plan claro de cómo se va a dar seguimiento al progreso.

De hecho, cuando escribimos el libro Data Wise, tomamos deliberadamente la decisión de hacer de la planificación para la evaluación del proceso un paso en sí mismo.

Aunque en realidad, los educadores hacen este trabajo al mismo tiempo que elaboran su plan de acción. Sin embargo separándolo en un paso en sí mismo conseguimos enfatizar la importancia de decidir que pruebas del aprendizaje estudiantil se recolectarán.

Esta claridad acerca de las evidencia estudiantil que desarrollan en el paso siete combinado con la claridad sobre la evidencia docente que desarrollaron en el paso seis, les preparará a ustedes y sus colegas para el octavo y último paso del proceso – actuar y evaluar.



Kathryn Parker Boudett.

Based on the book Data Wise: A Step-by-step Guide to using Assessment Results to Improve Teaching and Learning

Kathryn Parker Boudett and Elizabeth A city are co-editors (with Richard J Murname) of Data Wise: A step-by-step Guide to Using Assessment Results to Improve Teaching and Learning, revised and expanded edition. Harvard Education Press, 2013.


Lectura complementaria:

Inside the Black Box: Raising Standards Through Classroom Assessment By Paul Black and Dylan Wiliam.

Firm evidences shows that formative assessment is an essential component of classroom work and that its development can raise standards of achievemnt, Mr. Black and Mr. Wiliam point out.  Indeed, they know of no other way of raising standards for which such a strong prima facie case can be made. 


FIN DE LA PUBLICACIÓN.


viernes, 5 de abril de 2019

DATA WISE: PASO 6 DESARROLLAR UN PLAN DE ACCIÓN

El material que se reproduce a continuación se tomó del curso en línea Introduction to Data Wise: A Collaborative Process to Improve the Learning & Teaching en EdX HarvardX: GSE3x, reproducirlo tiene la intención de que otros estudiosos de los procesos de enseñanza y aprendizaje amplíen sus horizontes y transformen su práctica educativa. 

La traducción es de los autores del curso Kathryn Parker Boudett, Elizabeth A. City y Richard J. Murname. 




ENLACES RELACIONADOS


DATA WISE: PASO 5 ANÁLISIS DE LA INSTRUCCIÓN

DATA WISE PASO SIETE: PLAN PARA EVALUAR EL PROGRESO




STEP 6: DEVELOP ACTION PLAN

PASO 6: DESARROLLAR UN PLAN DE ACCIÓN



OVERVIEW / RESUMEN 

In step five, teacher teams collectively identify a problem of practice that is supported by a wide range of instructional data.

The problem of practice is a statement about something specific that teachers are doing or not doing that may be contributing to the learner-centered problem that you identified when look at student data in step four.

With the problem of practice in hand, it is time to move from the inquire to the act phase of the Data Wise Improvement Process.

The first step in this phase is step six – develop an action plan.

Step six has three key tasks – decide on an instructional strategy that will be the heart of the action plan, agree on what the plan look like in classrooms, and put the plan in writing.

For example, if your learner-centered problem is that students do not know how to add fractions, your problem of practice might be that as teachers, we do not give students opportunities to develop their own conceptual understanding of what fractions are.

To decide on which instructional strategy you’d like to use to address this problem you first need to identify some promising strategies.

One thing some educators tell us at this point is that if they knew how to address their problem of practice, they’d already be doing it. So they ask, where do solutions to problems of practice come from?

Good places to look for instructional strategies include rubrics for effective teaching, curriculum materials, external websites, and of course, the expertise of instructional coaches and teachers who work in your school system.

In the adding fractions example, you may consult some of these sources and discover that folding paper, pouring water into and out of beakers, and even following a baking recipe are strategies for incorporating hands-on experience with fractions into your teaching.

This will allow students to see for themselves what fractions are and how they can be manipulated.

Once you’ve decided upon an instructional strategy, it’s time to get specific. You need to agree on what the plan will actually look like in classrooms. You do this by clarifying what teachers will be doing, what students will be doing, and what the classroom environment will look like when the instructional strategy is in place.

For example, if you agree to try to use beakers of water to help students understand fractions, at first this might not mean the same thing to everyone on the team.  Some teachers might assume that they should direct students from the front of the room about when to pour water from one beaker to another and how much to pour. Others might envision giving groups of students an open-ended problem to explore and time to experiment with a number of solutions.

Co-planning the lessons that include your new strategy can be really helpful at this point. It allows everyone to build shared understanding about the learning experience that you’re shooting for and it makes it much easier later on to discuss how well the strategy worked.

Finally you’re ready to put the plan in writing in a way that states the learner-centered problem and the problem of practice that you’re tackling, the instructional strategy you selected, and the list of tasks to be done, who needs to do them and by when.

As you can probably tell by now, this action plan is not going to involve producing a three inch binder full of promises. The Data Wise action plan fits on one or two presentation slides, because you and your colleagues worked so hard to narrow the scope of your problem and identify a targeted solution, writing up your action plan will turn out to be relatively straightforward task.

The plan will specify the instructional strategy that you’ve agreed to build into your teaching and clarify how you and your colleagues will get the skills you need to use that strategy effectively. It will also contain information about when you will implement your strategy and when you will make time to assess and adjust course as needed.

This may sound like a lot to keep track of and you may be eager for more examples.

Chapter six of Data Wise book provides guidance about how to develop the elements of the action plan and how to make sure they all work together. It also provides strategies for dealing with the challenges involved in action planning.

For example, one challenge at this stage is resisting the temptation to choose a solution that does not require teachers to make changes in their day-to-day practice, such as setting up an after school program  for struggling students.

An after school program may be a good idea, but you and your colleagues don’t want to let yourselves off the hook from changing any ineffective practices you found when examined the instruction. 

Remember, the key to this whole process is to improve how students learn where it matters most – in classrooms.

The norms and habits of mind you agreed to when you organized for collaborative work will help you stay focused on taking action to change your practice.

Another common challenge schools face at this stage is how to even begin finding instructional strategies and how to know what sources you can trust. Research can be difficult to wade through or may present conflicting advice. If you’re lucky to have an instructional coach that you work with, that person can be a great asset here.

Additionally, some schools have a tendency to decide to implement a long list of initiatives to address their problem of practice. We found that the more schools attempt to do, the harder is to implement any strategy well.  It’s better just to pick one or two and then take the time to figure out how to support teachers in incorporating those strategies in their practice.

Once you have  a clear action plan, you are ready to move on to step seven where you will plan to assess progress.

Kathryn Parker Boudett.
En el paso cinco, colectivamente los equipos de maestros identificaron un problema de práctica que se sustente sobe una amplia variedad de datos educativos.

El problema de práctica es una afirmación acerca de algo específico que los maestros están haciendo o no están haciendo que podrían contribuir al problema centrado en el alumno que identificó cuando analizó los datos del estudiante en el paso cuatro. 

Con el problema de práctica en mano, es momento de pasar de la fase de investigación a la fase de acción del Proceso de Mejora de Data Wise.

El primer paso en esta fase es el paso seis – desarrollar un plan de acción.

El paso seis tiene tres tareas cruciales – decidir una estrategia educativa que será el corazón del plan de acción, legar a una acuerdo sobre que apariencia tendrá en el aula y poner el plan por escrito.

Por ejemplo, si el problema centrado en el alumno es que los estudiantes no saben sumar fracciones, su problema de práctica podría ser que como maestros, no damos a los estudiantes oportunidades de desarrollar su propia comprensión conceptual de lo que son las fracciones.

Para decidir cuál estrategia educativa se quiere usar para abordar el problema lo primero que necesita es identificar algunas estrategias prometedoras.

Una cosa que algunos educadores nos dicen en este punto es que si ellos supieran como abordar su problema de práctica, ya lo habrían hecho. Así que ellos se preguntan ¿De dónde vienen las soluciones a los problemas de práctica?

Buenos lugares para encontrar estrategias educativas incluyen rubricas para la enseñanza efectiva, materiales curriculares, sitios web externos, y por supuesto, la experiencia de los asesores educativos y los maestros que trabajan en su sistema escolar.

En el ejemplo de la suma de fracciones, puede consultar algunas de estas fuentes y descubrir que doblar papel, verter agua dentro y fuera de vasos, e incluso seguir una receta de cocina son estrategias para incorporar en su enseñanza la experiencia práctica con fracciones.

Esto permitirá a los estudiantes ver por sí mismos que son las fracciones y como pueden ser manipuladas.

Una vez que han decidido una estrategia educativa, es momento de hacerla específica. Necesitan tener acuerdo sobre cómo se verá en las aulas. Esto se logra poniendo en claro lo que harán los maestros, lo que harán los estudiantes y que ambiente tendrán las aulas cuando se implante la estrategia educativa.

Por ejemplo, si acuerdan intentar usar los vasos de agua para ayudar a los estudiantes a comprender las fracciones, al principio esto podría no significar lo mismo para todos en el equipo. Algunos maestros podrían asumir que ellos deben dirigir a los estudiantes desde el frente del aula sobre cuando verte agua de un vaso a otro y cuanta  verter. Otros podrían pensar en dar a grupos de estudiantes un problema de respuesta abierta para explorar y tiempo para experimentar varias soluciones.

Planear de forma conjunta la clase que incluye la nueva estrategia pude ser muy útil en este punto. Permite a todos construir una comprensión compartida de la experiencia de aprendizaje que van a implementar y hace mucho más fácil el análisis posterior sobre que tan bien funcionó la estrategia.

Finalmente están listos para escribir el plan de manera que deje claro el problema centrado en el alumno y el problema de práctica que están abordando, la estrategia educativa que seleccionaron, y la lista de tareas que deben hacerse, quién y cuándo las realizará.

Como pueden imaginar, este plan de acción no implica llenar una carpeta con promesas. El plan de acción de Data Wise cabe en una o dos diapositivas, porque usted y sus colegas trabajaron mucho para delimitar el alcance del problema e identificar una solución personalizada, escribir su plan de acción será una tarea relativamente sencilla. 

El plan especificará la estrategia educativa que acordaron implementar en torno a su enseñanza y clarificará como usted y sus colegas lograrán las habilidades necesarias para usar efectivamente la estrategia. También contendrá información sobre cuando implementarán su estrategia y cuando tendrán tiempo de evaluarla y ajustarla al curso según sea necesario.

Esto puede parecer mucho para controlar y quizá estén ansiosos por tener más ejemplos.

El capítulo seis del libro Data Wise proporciona orientación sobre cómo desarrollar los elementos del plan de acción y como asegurarse que todos funcionen en conjunto. También proporciona estrategias para el manejo de los retos involucrados en el plan de acción.

Por ejemplo, en esta etapa una dificultad es resistir la tentación de elegir una solución que no requiera de los maestros hacer cambios en su práctica cotidiana, como elaborar un programa  extraescolar de recuperación para alumnos con problemas.

Un programa extraescolar de recuperación puede ser una buena idea pero usted y sus colegas no desean perder la oportunidad de librarse de las practicas inefectivas que encontraron cuando analizaron la instrucción.

Recuerden, la clave de todo este proceso es mejorar las maneras de aprendizaje de los alumnos en donde más importa – las aulas.

Las normas y hábitos de la mente que acordaron cuando se organizaron para el trabajo colaborativo  les ayudarán a permanecer enfocados en las acciones que les permitan cambiar sus prácticas.

Otro problema común que las escuelas enfrentan en esta etapa es como empezar a encontrar estrategias educativas y en cómo saber en cuales fuentes confiar. La investigación puede ser difícil de abordar  o puede presentar recomendaciones contradictorias. Si son los suficientemente afortunados de tener un asesor educativo con quien trabajar, esta persona puede ser de gran ayuda aquí.

Adicionalmente, algunas escuelas tienen tendencia a implementar una larga lista de iniciativas para abordar sus problemas de práctica. Hemos encontrado que entre más intentos hacen las escuelas, más difícil es implementar correctamente las estrategias.  Es mejor elegir una o dos y después tomar tiempo suficiente para descubrir como apoyar a los maestros a incorporar esas estrategias en su práctica.

Una vez que tienen claro el plan de acción, están listos para avanzar hacia el paso siete donde planificarán la evaluación del progreso.

Kathryn Parker Boudett.
Based on the book Data Wise: A Step-by-step Guide to using Assessment Results to Improve Teaching and Learning

Kathryn Parker Boudett and Elizabeth A city are co-editors (with Richard J Murname) of Data Wise: A step-by-step Guide to Using Assessment Results to Improve Teaching and Learning, revised and expanded edition. Harvard Education Press, 2013.


Un recurso adicional lo encontramos en el libro "HOW PEOPLE LEARN: Brain, Mind, Experience, and School".  lectura y descarga disponible en el vínculo. El libro resume lo que la ciencia cognitiva sabe acerca de como aprende la gente. Este recurso puede ser un buen punto de inicio para reflexionar sobre las estrategias educativas. (Book that summarizes what we know from cognitive science about how people learn. This resource may be a good starting point for thinking about instructional strategies)


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