sábado, 21 de marzo de 2015

GESTION DE ESPACIOS VIRTUALES. FASES Y SEGUIMIENTO DE LA ACCIÓN TUTORIAL


Tomado del curso "Formación de Tutores" módulo 3. en  https://snte.declara.com/class/630356/page/630363


 

Para atenuar la imprevisibilidad de los procesos de enseñanza en entornos virtuales y como un modo de organizar la labor tutorial propia de la gestión de los espacios virtuales, es altamente recomendable que el docente-tutor trabaje conforme a una adecuada planificación con algunos plazos, etapas y acciones previamente definidas, ya que entendemos la labor de tutoría como una actividad que, como no es espontánea, requiere de cierta preparación previa.

8.1 Fases de la acción tutorial

Podemos considerar tres grandes momentos o fases de la acción tutorial a lo largo de cualquier popuesta de enseñanza a distancia (curso, asignatura, módulo, unidad didáctica, etc.):
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  1. Inicio
  2. Desarrollo
  3. Cierre
 

1. Inicio

Este es el momento de la bienvenida y de la presentación general del curso, de sus responsables y destinatarios. Se introduce el curso, asignatura, o unidad, dando un adecuado recibimiento a los cursantes aprovechando la oportunidad para describir las características generales de la propuesta, los objetivos, el programa de contenidos, los plazos establecidos, los criterios de evaluación y requisitos de aprobación, etc. También es importante la presentación de los autores y/o tutores de la propuesta, e invitar a los cursantes a hacer lo mismo por su parte.

¿Cuánto puede el tutor llegar a conocer a sus estudiantes? ¿Podrá identificar sus saberes y experiencias previas, sus expectativas, sus características socio-culturales, el entorno en el que se desenvuelve, etc.?

El hecho de que en la educación virtual la comunicación sea predominantemente escrita y que falte el contacto visual es un importante obstáculo para la comunicación virtual. Siendo esto así es que el tutor debe ocuparse desde el inicio por comunicarse adecuadamente por escrito intentando hacerse conocer e identificando con el mayor detalle posible a cada uno de los estudiantes. Solicitar que cada cursante actualice (si fuera necesario) la información relativa a sus datos personales con su foto de perfil y demás datos (como edad, lugar donde vive, ámbito laboral, vías de contacto, uso de redes sociales, etc.), es considerada una buena práctica que favorece el entramado de la red de relaciones que se tejerá entre los participantes. Los foros de presentaciones e intercambios libres que se habilitan en esta fase, son una excelente herramienta que permite, además de lo mencionado anteriormente, ejercitar a los participantes en el uso de este tipo de recursos de comunicación asincrónica que ofrecen la mayoría de las plataformas educativas. Todo esto contribuye al afianzamiento de la relación estudiante-tutor que se abonará a lo largo de todo el cursado y posibilita al tutor personalizar el estilo comunicacional, adaptando las intervenciones y los mensajes a sus destinatarios. 
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Si tenemos presente que muchas de las actividades a realizar serán de carácter colectivo, será clave generar un ambiente de trabajo agradable en el que los participantes sientan que forman parte de una comunidad, de una red, en este caso virtual. Por lo tanto, es aconsejable que el tutor en esta primera toma de contacto envie al menos dos mensajes a los estudiantes, uno individual (en el que se le ofrece una atención personalizada) y otro de carácter más general (en el que se les mostrará que forman parte de un colectivo).

¿Qué hay acerca de la posibilidad de realizar un diagnóstico? ¿Con qué alcances?

Esta fase inicial es también el momento ideal para realizar un diagnóstico de la situación actual del estudiante con el fin de adecuar los objetivos, las actividades a las expectativas y estructurar un plan de trabajo tentativo para el logro de los objetivos de aprendizaje predefinidos. Toda esta información servirá también para considerar el punto de partida de los cursantes al momento de evaluar sus futuros desempeños y de efectuar la correspondiente devolución. Este diagnóstico debe versar, entre otras cosas, sobre los prerequisitos disciplinares y conocimientos previos necesarios, pero también sobre los conocimientos tecnológicos que supone deben poseer los estudiantes. En algunos casos será necesario al inicio dar la oportunidad para que los participantes conozcan el modo de uso y las características de los distintos recursos del aula virtual. Podrán diseñarse manuales, pequeños tutoriales o guías que le sirvan para realizar una breve aproximación a la experiencia que propone la instancia virtual en la que se encuentra inscrito.

Es crucial que desde el principio el cursante sienta que está acompañado por su tutor, y que lo seguirá estando a lo largo de todo el proceso. Que conozca sobre el contenido de la propuesta y lo que se espera de él, y las herramientas y vías de comunicación con las que podrá estar en contacto permanente con el tutor y sus compañeros. Y que conozca también quiénes son sus pares con los que compartirá la experiencia. Éstas y cualquier otra estrategia en este sentido, contribuyen a la motivación y disminuyen la deserción como consecuencia del sentimiento de soledad y aislamiento que suelen tener los cursantes en la educación virtual.

2. Desarrollo

En esta etapa los cursantes no sólo reciben información sino que participan junto con el tutor en un rol más activo en la construcción de conocimiento. Interactúan con el resto en forma más participativa en la comprensión de los contenidos logrando aprendizajes activos, reflexionando y compartiendo sus puntos de vistas y diferentes perspectivas.

En esta fase el tutor lleva a cabo algunas de las tareas más paradigmáticas de la labor tutorial: facilitar, orientar y dinamizar:

  • Facilita: en el abordaje y desarrollo de los contenidos disciplinares del curso, asignatura, materia o unidad. Se encarga de publicar las clases en línea o poner a disposición los documentos descargables mediante entregas periódicas con los contenidos, actividades o asignaciones, lecturas asociadas y demás recursos digitales de la clase virtual. Si fuera el caso habilita los espacios de trabajo del entorno virtual, como foros, wikis, planillas o documentos colaborativos, chats, etc. y comunica de su habilitación, modos de uso y plazos de actividad. Establece además las condiciones de entrega de los trabajos individuales o colectivos relativas al formato (cantidad de páginas, estilos tipográficos, etc.), soporte (en archivos descargables o en línea), medio (por correo electrónico, a través de un repositorio en línea, o sección específica del aula virtual, etc.) y cronograma.
  • Orienta: en el aprendizaje individual y grupal dando información, resolviendo dudas y recomendando tareas, lecturas o actividades para favorecer el desarrollo personal y académico de los estudiantes.  Es habitual que se le planteen dudas a los cursantes en cuestiones disciplinares y técnicas que el tutor debe procurar atender en un plazo máximo de 48 horas, ya que una consulta sin responder podría tener repercusiones negativas generando un sentimiento de insatisfacción por la desatención, y en el peor de los casos, provocando la deserción.
  • Dinamiza: la lectura de las clases, fomenta la participación en los foros de debate y motiva al estudiante para que mantenga un estado emocional positivo y favorable al aprendizaje. El escenario privilegiado para dinamizar el curso son los foros. Allí se pueden identificar los temas centrales de la clase y aquellos que más preocupan a los estudiantes, y generar intercambios y debates en los cuales se fomente el análisis compartido y la reflexión individual. Otro recurso para hacerlo es la mensajería interna o correo electrónico. A través de ellos podrá hacerle llegar al estudiante mensajes de apoyo que generen autoconfianza, prestándole la atención particular que cada uno de ellos podría necesitar, demostrando cierta flexibilidad ante los distintos problemas de índole personal y académica que se le puedan plantear.

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En la fase de desarrollo de la tutoría, el tutor consolida su labor a través del seguimiento y evaluación permanente del progreso del estudiante identificando sus problemas académicos u otras necesidades personales que puedan interferir con su desempeño. Sobre el seguimiento, evaluación de los desempeños y devolución nos ocuparemos en el apartado siguiente.

3. Cierre

En la fase de cierre y evaluación de los desempeños el tutor debe analizar de manera conjunta con el estudiante el grado en que se alcanzaron los objetivos acordados al iniciar la propuesta educativa. Usualmente la última clase o el último foro es el momento donde se sacan conclusiones y se reflexiona sobre los contenidos trabajados, sobre los logros alcanzados y los no alcanzados, sobre la experiencia de formación, etc.

¿Evaluación de los desempeños de quienes?

Esta evaluación a la que nos referimos tiene un doble sentido, por un lado la que realiza el tutor sobre los desempeños de los estudiantes y la que éstos realizan sobre la labor tutorial. Es conveniente que además de proporcionar retroalimentación al estudiante sobre su desempeño, el tutor examine críticamente la planeación de la tutoría, su desarrollo y los resultados alcanzados con relación a los objetivos que se planteó con el fin de identificar posibles vacancias o falencias para tratar de superarlas. Una herramienta muy útil para recabar información de los estudiantes, que puede ser aplicada en línea, es el formulario digital de encuestas con preguntas relativas a la tutoría virtual.

La información obtenida a partir de estos análisis permitirá retroalimentar a la coordinación encargada de la gestión de la tutoría, así como aportar experiencias valiosas para otros tutores. Es muy recomendable que las apreciaciones y recomendaciones que se deriven de este ejercicio de análisis se comuniquen a las autoridades académicas de la institución, en un reporte escrito o informe de tutoría,  con el fin de mejorar el proceso en su totalidad y evitar en lo posible repetir errores o enfrentar los mismos inconvenientes que ya otros tutores han superado. Rueda colores.jpegPara terminar queremos decir que, aunque hemos compartido algunas alternativas, opciones y recomendaciones generales, no existe en realidad una única fórmula o modelo generalizable a todos los procesos de tutoría virtual, ya que cada curso, cohorte, grupo, comisión, contexto, tiene características particulares que lo hacen único y diferente, lo que hacen también de la labor tutorial una experiencia única y diferente.

8.2 Seguimiento tutorial



Mencionábamos en el punto anterior que el desarrollo de la acción tutorial implica, entre otras cosas, la tarea de seguimiento, esto junto a la retroalimentación frecuente, constituyen uno de los factores de éxito de la educación virtual, favoreciendo la sensación de acompañamiento y disminuyendo el riesgo de deserción. Los estudiantes necesitan comentarios y observaciones frecuentes sobre la realización de las actividades, las lecturas realizadas, la participación en los foros, sobre su progreso en general, etc. en donde han puesto en juego actitudes y aptitudes para el aprendizaje.

Por parte del tutor las tareas de seguimiento le permiten, entre otras cosas, obtener los insumos necesarios para un momento crucial del proceso de tutoría que tiene que ver con la evaluación de los aprendizajes y la respectiva devolución de los desempeños a los estudiantes.

¿Seguimiento de indicadores cuantitativos o cualitativos?

En general en las plataformas educativas o campus virtuales existen herramientas de las cuales puede valerse el tutor para hacer el seguimiento. La cuestión es que en la mayoría de los casos, por no decir todos, los datos que brindan son de carácter exclusivamente cuantitativo, cuando una buena tarea de seguimiento, nos arriesgamos a afirmar, se fundamenta además en información de naturaleza cualitativa.  Ejemplo de indicadores cuantitativos que arrojan las plataformas son la cantidad de accesos a las clase u otra sección del aula virtual, tiempo de conexión, si el cursante realizó o no la descarga de determinado contenido o material, porcentaje de lecturas accedidas, etc. No desmerecemos este tipo de información cuantitativa, sino que reconocemos la importancia de llevar cierto control sobre esas variables (que informan algo básico como si el estudiante accedió o no a la clase, o si entró o no a un foro) y el potencial que tienen si se combinan con indicadores de tipo cualitativo.

¿Planillas de seguimiento o rúbricas de evaluación?

Tanto para registrar información de índole cuantitativa como cualitativa, la herramienta ideal es lo que se denomina planilla de seguimiento. Éstas contienen una fila para cada cursante y, en forma analítica en las columnas, todos los datos que identifican a los estudiantes (nombre, apellido, usuario, correo-e, etc.). A continuación de las columnas con los datos personales se ordenan las actividades o asignaciones, que podrán o no estar agrupadas por clases, unidades de aprendizaje, módulos, etc., tanto individuales como grupales, que debe realizar el cursante para alcanzar los objetivos de aprendizaje (participar en algún foro, entregar una actividad, responder una encuesta, etc.). En cada celda de la fila correspondiente a un determinado cursante se registra, para cada una de las actividades, el grado o porcentaje de cumplimiento de dicha actividad, que luego se resume y se pondera si fuera el caso, en una columna final que computa el rendimiento promedio alcanzado.

Un ejemplo sencillo de una planilla de seguimiento sería:

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El diseño y grado de detalle de las planillas dependerá de la cantidad y calidad de la información que el tutor desee registrar. Esta decisión, dado que las planillas de seguimiento pierden potencial si no son actualizadas periódicamente, estará en estrecha relación con el tiempo y esfuerzo que estará dispuesto a invertir versus la utilidad esperada que éstas le reportarán.
 
Un caso más complejo, semejantes a las planillas de seguimiento lo son las denominadas rúbricas o matrices de valoración. Como estas rúbricas son una herramienta de seguimiento y a la vez una herramienta de evaluación, es que seguiremos hablando de ellas en el apartado siguiente. Sin embargo no queremos dejar pasar esta oportunidad para comentarlas brevemente.



López (2002) en su artículo de Eduteka comenta que las rúbricas facilitan la evaluación del desempeño del estudiante sobre todo en aquellas áreas disciplinares que son complejas, imprecisas y subjetivas; y que se diseñan de manera que el estudiante pueda ser evaluado en forma "objetiva" y consistente. Al mismo tiempo permite al profesor especificar claramente qué espera del estudiante y cuáles son los criterios con los que se van a calificar los objetivos previamente establecidos.

En una rúbrica en forma de columnas se coloca la escala de calidad para calificar los diversos aspectos a evaluar con una gradación que vaya de mejor a peor. En cada fila se colocan los aspectos o elementos que se han seleccionado para evaluar y en las celdas centrales se describe de la forma más clara y concisa posible los criterios que se van a utilizar para evaluar esos aspectos.


Un ejemplo de los criterios y su escala de gradación para una tarea específica es el siguiente:

[3]

Existen sitios web gratuitos especializados en el diseño en línea de rúbricas de muy fácil utilización. Estos sitios suelen incluir algunas plantillas con matrices preelaboradas y guías que a modo de tutorial orientan sobre su elaboración. Uno de estos sitios es Rubistar, que ofrece además la posibilidad de descargar o imprimir rúbricas elaboradas por otros usuarios. También pueden ingresar a la página de Educ.ar y ampliar este tema con un interesante artículo sobre Evaluaciones y Rúbricas.

8.3 Evaluación y Devolución sobre los desempeños


El tutor no es sólo un acompañante que facilita técnica y operativamente el desarrollo del curso, sino que además tiene un rol más disciplinar, social y evaluativo. Valiéndose de la planilla de seguimiento y de las rúbricas podrá evaluar el rendimiento de los cursantes y el nivel de los objetivos de aprendizaje alcanzado. De acuerdo al plan de trabajo de la propuesta educativa, planificará instancias evaluativas a todo lo largo del proceso de enseñanza-aprendizaje y no sólo al finalizar el mismo. La llevará a cabo concomitantemente con el desarrollo de las actividades clase tras clase. La evaluación final sólo debería ser una instancia de cierre que sintetiza la valoración sobre los desempeños cuanti y cualitativos de las instancias parciales a las que recién hicimos referencia.


La evaluación, ya sea que se la entienda como proceso o como punto de llegada, debe dar lugar a cierta retroalimentación. El tutor mediante sus devoluciones ofrece al estudiante la oportunidad de recibir una valoración cuantitativa y/o cualitativa de cada uno de los aspectos o características evaluadas y de su desempeño alcanzado  en un sentido integral. Da la oportunidad de destacar los logros y las falencias específicas detectadas de cada estudiante promoviendo en cada una de las actividades evaluadas una valoración en sentido formativo y una chance para nuevos aprendizajes.

La devolución puede consistir desde pequeñas intervenciones en los foros de actividades, hasta exhaustivas notas personales formales enviadas a los cursantes por medio del correo virtual u otro recurso del aula virtual. Una nota o reporte escrito con la devolución del tutor, si bien constituye una tarea de mayor exigencia para el mismo, aporta cierto carácter formal y material a una relación que, por diversos medios, ha intentado cargarse de significado, de cierta materialidad e institucionalidad en un entorno del tipo de la educación virtual.


8.4. Bibliografía


  • Adell, J. y Sales, A. (sf). El profesor online: elementos para la definición de un nuevo rol docente. [artículo en línea]. Revista EDUTEC. [Fecha de consulta: 17/7/2014]. <http://especializacion.una.edu.ve/fundamentos/paginas/adell.pdf>
  • Gulikers, J. T. M., Bastiaens, Th. J., & Kirschner, P. A. (2004). A five‐dimensional framework for authentic assessment. Educational Technology Research & Development, 52, 67‐85.
  • López G., Juan C. (2002). Matriz de valoración. [artículo en línea]. Eduteka. [Fecha de consulta: 23/7/2014]. <http://www.eduteka.org/MatrizValoracion.php3>
  • Salmon, G. (2002). E-actividades. El factor clave para una formación en línea activa. Barcelona: UOC.


[1] Adell, J. y Sales, A. (sf). El profesor online: elementos para la definición de un nuevo rol docente. [artículo en línea]. Revista EDUTEC.[2] López G., Juan C. (2002). Matriz de valoración. Eduteka.
[3] Idem
[4] Gulikers, J. T. M., Bastiaens, Th. J., & Kirschner, P. A. (2004). A five‐dimensional framework for authentic assessment. Educational Technology Research & Development, 52, 67‐85.

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