jueves, 19 de marzo de 2015

ROLES Y COMPETENCIAS DEL TUTOR VIRTUAL


Tomado de Modulo 3 "Roles y Competencias del Tutor Virtual" del curso Formación de Tutores en https://snte.declara.com/class/630356/page/630361


 
  

Intentaremos aquí abordar algunas cualidades particulares que un docente debe desarrollar para ser un buen tutor virtual. Veremos algunas características de la educación a distancia en relación con el rol del docente-tutor y lo que aportan las tecnologías como elemento renovador del paradigma educativo, con cuyo apoyo se pueden construir escenarios de aprendizaje mucho más participativos.

También serán parte del texto las competencias de un buen tutor virtual y algunas estrategias para la gestión de los recursos y herramientas del entorno donde desenvuelve su labor, como por ejemplo, las relativas a la moderación de los foros, mediación entre las discusiones de los cursantes y entre éstos y los contenidos, la gestión pedagógica del trabajo grupal, las de seguimiento de los procesos de enseñanza y aprendizaje y la gestión de la comunicación.

7.1 De roles y escenarios


La educación a distancia no es algo nuevo, Existe prácticamente desde que existe la escuela. Habrán escuchado hablar de los cursos por correspondencia... esto no es más que una modalidad de educación a distancia a través de entregas periódicas de fascículos o materiales didácticos. La educación a distancia hoy tiene particularidades antes impensadas, ya que, gracias a internet, se han generado nuevos soportes, espacios o entornos (ya no físico-analógicos) donde se pueden llevar a cabo procesos de enseñanza aprendizaje distintos a los de la escuela tradicional presencial.

Ese escenario de la educación a distancia al que nos referimos, en general, y de la educación virtual, en particular, el lugar donde funcionan los campus y aulas virtuales y donde se imparten las clases, es el monitor de la computadora. En lugar de paredes, pizarrones, bancos, tenemos programas especiales y representaciones visuales que estructuran un entorno donde acontece todo lo relativo al acto de enseñar y de aprender. Estos escenarios, los denominados plataformas educativas o campus virtual (que equivalen a toda una institución en la modalidad presencial) y aula virtual (equivalente al aula física) ilustran dispositivos similares al mundo analógico en la modalidad a distancia. El aula virtual es uno de los conceptos que resume las posibilidades actuales de la enseñanza en línea a través de internet. Un aula virtual es un entorno de enseñanza/aprendizaje basado en un sistema de comunicación mediada por ordenador (Turoff, 1995). Siendo así, opera como "el espacio simbólico en el que se produce la relación entre los participantes en un proceso de enseñanza/aprendizaje que, para interactuar entre sí y acceder a la información relevante" (Adell y Gisbert, 1997).

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Los campus virtuales y el aula virtual consisten, entre otras cosas, en programas específicos basados en sitios web especializados que cuentan con herramientas y recursos para la gestión de la enseñanza y el aprendizaje, donde convergen tanto los docentes como los estudiantes.

Para distinguir a estos nuevos entornos a distancia, mediados por tecnologías digitales, de aquellos tradicionales fundamentalmente presenciales, es que se suele hacer referencia a entornos virtuales de aprendizaje como ya hemos mencionado.

La educación a distancia como la conocemos hoy ha hecho necesario redefinir los roles o funciones, competencias y habilidades necesarias del docente en el desarrollo de las acciones vinculadas con enseñar y aprender. El entorno se reconfigura, y con él también, las relaciones y los tiempos. Las plataformas educativas o campus virtuales y el aula virtual (el entorno) cumplen con algunas de las funciones del aula presencial, pero no tiene su forma, ni un espacio físico determinado. La interacción entre el docente y los estudiantes, y de éstos con los contenidos (las relaciones), mediado todo por tecnología, demandan de creatividad y motivación. Lo sincrónico de la presencialidad (los tiempos) no es una de las principales características de la educación a distancia. Las interacciones no requieren que la presencia de los actores se dé en un mismo momento en el entorno donde se relacionan. Lo asincrónico es una característica de la educación a distancia.


En este nuevo escenario el rol docente puede ser visto desde diferentes concepciones. Así es que, por ejemplo, en algunas instituciones el rol del docente en la educación virtual se reduce a ser un tutor que atiende consultas administrativas u operativas (como brindar información sobre los plazos y procedimientos, atender pedidos de prórroga, etc...) y, en el mejor de los casos, que contiene y estimula a los estudiantes en su cursado, pero sin ocuparse de los contenidos, del seguimiento sobre los desempeños ni de la evaluación. En otras, en cambio, se ocupa de lo anterior, pero además posee conocimientos pedagógicos y disciplinares que le permiten enseñar un determinado contenido curricular. En estas situaciones es requisito que el docente-tutor sea también un especialista en los contenidos de la asignatura y además sea capaz de desempeñarse en un rol, no solamente administrativo y técnico, sino en uno más disciplinar, social y evaluativo.

Cuando hablamos de plataformas educativas hablamos en realidad de herramientas o recursos que por sí mismos no enseñan. Son herramientas que no definen la calidad educativa, de la misma manera que la tiza no define (de por sí) la calidad de los contenidos en el pizarrón o el libro la calidad de su texto. Lo central entonces no son las plataformas, las aulas o las clases virtuales, sino lo que, como docentes-tutores, hacemos con ellas. Los contenidos disciplinares y el modo en que ayudamos a nuestros estudiantes a aprender, el modo en que ellos pueden interactuar entre sí o con sus docentes, la calidad de los canales de comunicación que habilitamos, el grado de motivación que brindamos y la creatividad puesta en juego en el diseño de las estrategias didácticas siguen siendo tan centrales y tan importantes en la educación a distancia como en la educación presencial.
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El siguiente video drawing “Educación y TIC” (iniciativa de educ.ar, portal educativo del Estado Argentino), recoge reflexiones de diferentes expertos como Manuel Castells, Henry Jenkins, Ken Robinson, George Siemens, Inés Dussel, Nicholas Burbules y Judy Harris. En particular presten atención en el minuto 6'20" cuando Judy critica el hecho de centrar el diseño de experiencias de aprendizaje para los estudiantes en las herramientas y recursos digitales, cuando en realidad solo son un medio, eso sí, muy poderoso y, en sus propias palabras: “(...) un enorme potencial para ayudar a los estudiantes a aprender mejor y a los docentes para enseñar aun mejor”.



7.2 Ser docente, ser tutor


¿Qué es la docencia? ¿Qué es lo propio o específico del trabajo docente? ¿Cuáles son las capacidades que requiere un docente para desarrollar su tarea/trabajo? 
Seguramente, si lo piensan un poco, podrán responder sin dudas estos interrogantes; después de todo somos docentes y, de alguna u otra forma, hemos realizado en nuestro desarrollo personal algún recorrido que nos ha llevado a alcanzar los saberes y competencias necesarias para la profesión docente.
Si intentamos brevemente responder los interrogantes antes planteados, podemos decir que la docencia es un trabajo profesional donde lo propio o lo específico es la  enseñanza, que requiere en su ejercicio de competencias para llevar adelante procesos de gestión de contenidos, gestión de situaciones de aprendizaje y gestión de condiciones del contexto (institucionales y socioculturales). Algunos autores definen a la docencia como una profesión cuya especificidad se centra en la enseñanza, entendida como acción intencional y socialmente mediada para la transmisión de la cultura y el conocimiento en las escuelas, como uno de los contextos privilegiados para dicha transmisión, y para el desarrollo de potencialidades y capacidades de los alumnos.
Las mismas preguntas que nos hicimos sobre el docente y su profesión, nos podemos hacer cuando hablamos de tutoría: ¿Qué es la tutoría? ¿Qué es lo propio o específico del trabajo tutorial? ¿Cuáles son las competencias que requiere un tutor para desarrollar su tarea/trabajo?

Podemos decir que la tutoría es un modo de entender y desarrollar la docencia en procesos educativos mediados por TIC, donde lo propio o lo específico es la enseñanza en entornos virtuales de aprendizaje que requiere de las mismas competencias necesarias para ser docente, en un sentido tradicional, pero que además requiere de algunas otras competencias propias de la labor virtual.



En la educación virtual podemos decir que el tutor es quién fomenta el desarrollo del estudio independiente, es un orientador o facilitador de los aprendizajes que asiste en forma personal al estudiante y contribuye a que éste se vincule con sus pares, con otros docentes y con la institución educativa. Cada uno de nosotros siendo docentes sabemos qué es ser uno y de qué se trata la docencia, desde allí como punto de partida los invitamos a pensar qué significaría ser docente-tutor en un entorno virtual. Existen muchos autores que aportan sus definiciones y consideraciones de esta figura, pero para ayudarnos a pensar la respuesta, leamos al menos  los siguientes:



Un aspecto no menos relevante del ser tutor, es lo referido puntualmente a que el tutor virtual es un profesional que puede o no ser experto en contenidos. Esto porque hay diferentes enfoques para comprender el rol y las funciones del tutor en un entorno virtual de aprendizaje. Creemos y promovemos que un buen tutor no es sólo alguien que acompaña, sino que es un profesional que conoce de la disciplina que enseña, de pedagogía y de las tecnologías de la comunicación y la información en entornos virtuales de aprendizaje.

7.3 Roles o funciones en la educación virtual


Toda propuesta de enseñanza a distancia -asignatura, módulo, unidad didáctica- implica distintas instancias para su diseño y desarrollo. Según sea el modelo o enfoque que asuma una institución para desarrollar la propuesta podrán definirse distintos actores que cumplirán determinados roles o funciones.

Algunas de las funciones más comunes necesarias para poner en marcha una propuesta de esta naturaleza son:

1. Diseño del programa de asignatura o unidad de aprendizaje y desarrollo de los contenidos y actividades: Incluye la definición de los objetivos o propósitos de aprendizaje, la elección de los contenidos disciplinares a abordar, la selección bibliográfica, la definición de los criterios de evaluación, el régimen o requisitos de aprobación, etc. El desarrollo de los contenidos y sus actividades relacionadas consiste en la redacción de clases virtuales o textos descargables donde se abordan los contenidos, y también en la elaboración de guías y/o secuencias didácticas donde se presentan las actividades o acciones de aprendizaje propuestas, etc. Estas tareas son en realidad comunes al diseño -de un curso, asignatura o unidad- y desarrollo de contenidos tanto en la educación presencial como a distancia virtual. En el caso de esta última los objetivos, contenidos y estrategias, tanto para abordar los contenidos como para la propuestas de las actividades de aprendizaje, estarán en estrecha relación con la naturaleza de la educación virtual. Así, por ejemplo, la forma y los momentos en la que se tratan los contenidos debe favorecer que el estudiante pueda aprenderlos sin contar con la presencia sincrónica del docente. La bibliografía asociada debe ser digital y estar disponible para su consulta en línea o descargable, los recursos didácticos multimediales (imágenes, videos, audios, presentaciones de diapositivas, etc.) deben ser digitales y estar disponibles de fácil acceso para el estudiante, etc. Las actividades deben ser lo suficientemente claras e incluir herramientas o recursos fácilmente disponibles para el estudiante dentro de la plataforma educativa o en línea -y preferentemente, de uso libre y gratuito. Por su parte, los criterios y modalidades de evaluación también se espera que sean coherentes con la modalidad virtual. Todas estas decisiones de diseño del programa y contenidos estarán íntimamente relacionadas y condicionadas por las posibilidades y prestaciones de la plataforma educativa en la que el programa se implementará.

2. Diseño y selección de estrategias didácticas: con esta función lo que se trata es que un determinado contenido pueda ser enseñado y aprendido en un entorno virtual. Implica la definición de estrategias a seguir por parte del docente virtual para que los contenidos y las actividades produzcan los aprendizajes significativos esperados por parte de los estudiantes en un entorno virtual.

3. Diseño y edición digital de los contenidos: Es muy importante que los contenidos digitales (textos, imágenes, inforgafías, diagramas, videos, etc.)  estén diseñados y formateados de tal manera que faciliten y motiven su lectura y comprensión. Ejemplo de decisiones que se relacionan con esta función son las que tienen que ver con el uso de determinada tipografía, tamaño, estilo y color de los textos. El uso adecuado de las imágenes, la calidad y formato de compresión de los videos, la distribución espacial y relación de los elementos verbales y no verbales de un texto, documento o clase virtual, son labores de diseño y edición digital que deben ser atendidos criteriosamente.

4. Tutoría virtual: Es básicamente la tarea docente que guía la construcción del conocimiento. Consiste, entre otras cosas, en guiar y facilitar el aprendizaje y dinamizar el grupo según el programa de la asignatura o unidad de aprendizaje, también en aclarar y resolver las dudas y problemas de todo tipo (académico, pedagógico, organizativo, técnico, social y administrativo) que le pueda surgir al estudiante. Además, según el modelo de tutoría asumido, consiste también en realizar el seguimiento académico, la evaluación y devolución sobre los desempeños del estudiante.

Ahora bien, según sea el modelo o enfoque que se establezca para un determinado programa educativo (asignatura, curso o unidad de aprendizaje), las funciones antes detalladas pueden ser llevadas a cabo por uno o más actores, es decir que un mismo actor podrá realizar más de una de estas funciones. Así, por ejemplo, existen instituciones educativas donde cada una de las funciones las desempeñan distintos expertos, donde el diseño del programa de asignatura o unidad de aprendizaje y  desarrollo de los contenidos y actividades estará a cargo del contenidista, el diseño y selección de estrategias didácticas a cargo del diseñador instruccional, el diseño y edición digital de los contenidos del diseñador gráfico y el acompañamiento a los estudiantes en las situaciones de aprendizaje a cargo del tutor.

Es oportuno mencionar que en diferentes contextos, el docente de educación virtual recibe distintas denominaciones, entre las cuales se encuentran las siguientes: docentes a distancia, tutores, asesores, facilitadores, guías, orientadores…, etc. En nuestro caso usamos indistintamente la figura del tutor o docente o docente-tutor cuyas funciones específicas dependerán del tipo de modelo tutorial que se adopte.

En otras instituciones el experto que se denomina contenidista se ocupará de las tres primeras funciones enumeradas, es decir del diseño del programa de asignatura o unidad de aprendizaje y desarrollo de los contenidos y actividades, del diseño y selección de estrategias didácticas y del diseño y edición digital de los contenidos. Y el tutor por su parte de la tutoría virtual.

En relación a la tutoría virtual en cualquiera de los casos mencionados, de manera general y no exclusiva, el tutor es el profesional que puede ser experto en contenidos o no, que aconseja o sugiere y guía la forma en que el estudiante aborda determinado contenido; resuelve dudas académicas y evalúa los aprendizajes, fomenta el estudio independiente, la construcción y la socialización del conocimiento. 
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Por lo tanto cuando pensamos en la tutoría virtual no necesariamente lo hacemos teniendo en mente a un docente típico de la educación presencial que dicta una clase (en el caso de la educación virtual escrita en un soporte digital, grabada en un archivo de audio, por videoconferencia, etc.), sino que pensamos en un profesional con algunos de los rasgos más distintivos del docente presencial pero con un plus o agregado de competencias necesarias que hacen a la labor docente específica en los entornos virtuales de aprendizaje. El docente-tutor que promovemos es uno que debe ser experto en contenidos, poseyendo una sólida formación en un campo disciplinario, en educación a distancia y en el uso pedagógico de las tecnologías de información y comunicación.




7.4 Competencias del buen tutor


Así como el docente presencial desarrolla a partir de sus estudios y de su práctica profesional competencias específicas, el docente-tutor virtual deberá adquirir otras particulares para la educación a distancia. Decíamos más arriba que un buen tutor podría o no ser especialista en los contenidos de la asignatura, pero además de lo que sí debe ser capaz es de desempeñarse en un rol (además de administrativo y técnico) en uno más social, disciplinar y evaluativo.

Estas competencias, en sentido general, pueden ser entendidas como un conjunto de conocimientos, habilidades, y destrezas.


A lo largo de los últimos años las competencias del docente-tutor han sido abordadas, clasificadas y comentadas por numerosos autores (sólo bastaría googlear un poco para encontrarlas). No pretendemos hacer un exhaustivo recorrido por todas ellas, pero tampoco queremos dejar de comentarlas brevemente así es que las resumiremos en las siguientes:
  • Pedagógico-disciplinares: Esta es tal vez una de las competencias menos específicas del docente virtual, ya que también deben poseerla los docentes de la educación presencial. Es una de las más importantes para favorecer que el aprendizaje sea significativo para el estudiante. El docente-tutor  debe ser capaz de seleccionar adecuadamente las estrategias de enseñanza con la que abordará los contenidos y de diseñar actividades o asignaciones a proponer a los estudiantes, que promuevan la indagación autónoma y el aprendizaje colaborativo con sus pares. Deberá planear para el desarrollo de los contenidos, secuencias graduales y ordenadas mientras detecta, diagnostica y maneja adecuadamente los distintos estilos y ritmos de aprendizaje de sus estudiantes, asesorándolos en la organización personalizada de su trayectoria curricular. Como hemos planteado en el punto anterior, debe también conocer sobre la materia que enseña dominando lo mejor posible el conocimiento del área disciplinar y sus relaciones con otras áreas que le permita compartir información, secuenciar actividades, explicar contenidos, salvar dudas y responder consultas, hacer el seguimiento sobre los desempeños de los estudiantes, evaluar los contenidos de la enseñanza y realizar devoluciones de los trabajos realizados. Retomaremos la próxima semana este tema para referirnos puntualmente a la tarea de seguimiento tutorial como una de las actividades más importantes a la hora de evaluar los desempeños de los estudiantes.

    Algunas de las tareas asociadas a estas competencias son:
    • Brindar información, ampliar, clarificar y explicar los contenidos presentados.
    • Diseñar actividades y situaciones de aprendizaje de acuerdo a los objetivos de aprendizaje platneados.
    • Moderar debates y resumir los aportes de los estudiantes.
    • Orientar sobre las búsquedas y referencias bibliográficas.
    • Hacer valoraciones globales y/o individuales de las actividades y trabajos realizados por los estudiantes.
    • Realizar seguimiento cuali y/o cuantitativo sobre los desempeños.
    • Redactar devoluciones a los estudiantes que le permitan conocer sus avances y logros alcanzados, así como lo que debe mejorar.

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  • Psicológico-sociales: Estas competencias se relacionan con la capacidad del tutor de favorecer un ambiente amigable y adecuado para el aprendizaje con una actitud positiva hacia las relaciones interpersonales que promuevan la empatía y la cordialidad entre los estudiantes y de éstos con el tutor. Implica la capacidad de asumir un papel de organizador y promotor del trabajo grupal estimulando el interés del estudiante durante el proceso educativo evitando, mientras esté a su alcance, situaciones causantes de deserción lo que está en directa relación con la naturaleza de la educación a distancia, con la computadora y con la falta de cercanía con sus compañeros y docentes-tutores. Debe ser sensible a las características personales de los estudiantes y del grupo dando respuestas y reacciones adecuadas a las necesidades académicas y socio-afectivas de los estudiantes. 
  • Un factor que entra en juego en este sentido es el hecho de que la mayoría de las comunicaciones se dan por escrito y a veces la interpretación de las intenciones se ven atravesadas por subjetividades que pueden perjudicar la relación entre los actores que entran en juego en el desarrollo de la propuesta educativa. Es necesario, sin perder de vista los objetivos planteados, que mantenga tanta flexibilidad como le sea posible, que anime y que motive la participación de todos los estudiantes, evitando un estilo autoritario en pos de uno más conciliador, más mediador. Algunos ejemplos de tareas o funciones relacionadas con esta competencia son:
    • Generar un clima de confianza en la relación tutor-estudiante, estudiante-estudiante, evitando la excesiva camaradería y la sobreprotección.
    • Contemplar cuando fuera posible las circunstancias personales de los estudiantes y contactarlos cuando se observa que no siguen el curso con la frecuencia deseada.
    • Motivar prestar atención a los estudiantes con dificultades y mantener el entusiasmo de los estudiantes avanzados.
    • Dinamizar el trabajo colaborativo y el armado de redes de aprendizaje.
    • Animar y estimular la participación en particular de aquellos estudiantes que no intervienen.
    • Respetar la diversidad cultural, religiosa, política, de genero, de personalidades, etc. de sus estudiantes, y la idiosincrasia propia del contexto al que pertenecen.
    • Mantener un clima cordial y de respeto en la interrelación con el estudiante.

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  • Tecnológicas: Son las competencias que permiten al tutor ser capaz de emplear y gestionar los distintos recursos y herramientas necesarios para desenvolverse en entornos mediados por tecnologías digitales. También para acompañar a los estudiantes en la solución de cuestiones relativas al funcionamiento técnico de la plataforma donde se desarrolla la propuesta educativa y del propio entorno de aprendizaje que construye el estudiante durante su trayecto formativo. Algunos ejemplos de las actividades que debe poder realizar sin mayores dificultades son:
    • Emplear programas, aplicaciones y herramientas tecnológicas digitales de uso general, tanto disponibles en línea como descargables e instalables en la computadora (editores de texto, de presentaciones de diapositivas, de imágenes, de sonido, de video, etc.) y especificos del área disciplinar.
    • Administrar el aula virtual y sus recursos con sus diferentes funcionalidades (publicar clases, activar foros, configurar wikis, difundir noticias, etc.).
    • Utilizar herramientas de creación y edición de páginas web y plataformas educativas.
    • Diseñar ayudas, guías “paso a paso”, listas de preguntas frecuentes, manuales, tutoriales en distintos formatos digitales (texto, video, imágenes, etc.) para explicar determinados procedimientos, funciones, características, modos de empleo, etc. de los distintos recursos, aplicaciones y herramientas de entorno virtual.
    • Dirigir y participar en comunicaciones sincrónicas y asincrónicas.
    • Brindar consejos, orientaciones, apoyo técnico y soluciones simples a dificultades técnicas a sus estudiantes.

  • Comunicativas: En la educación virtual, a diferencia de la educación presencial, la mayoría de las comunicaciones son del tipo verbal escrita o no verbal donde casi no existe contacto visual ni comunicación del tipo verbal oral. Las clases están redactadas en un texto presentado en una sección especial del aula virtual o en un documento descargable a disposición de los estudiantes. La comunicación asincrónica por medio del correo electrónico o a través de la interacción en los foros y la sincrónica que puede darse a través del chat, son fundamentalmente comunicación de tipo verbal escrita. 
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Las imágenes, ilustraciones, íconos, emoticones, etc. con las que se complementa o refuerza el contenido de las clases y demás comunicaciones son del tipo verbal no escrita. Con esto queremos decir que todo ello representa un importante obstáculo para la comunicación y que por lo tanto es primordial que un docente-tutor posea competencias para expresarse eficaz y eficentemente en un medio en donde casi no empleará la comunicación verbal oral como lo haría un docente presencial.

¿Cuáles serían algunos buenos hábitos comunicacionales que pondrían en práctica esta competencia?

Creemos que, entre otros, pueden ser:
  • Habilitar diferentes vías de comunicación con distintos propósitos y entre los distintos actores (entre el tutor y los estudiantes, entre los estudiantes entre sí).
  • Mantener conversaciones privadas con cada estudiante de manera que todos se sientan atendidos en la misma medida.
  • En los medios de comunicación asincrónica responder dentro de un plazo aceptable. Se considera aceptable en la tutoría virtual un plazo no mayor a 48hs.
  • Considerar las particularidades del estudiante y sus características etareas, culturales, sociales, etc. para adaptar lo mejor posible nuestro estilos y forma de comunicación.
  • Emplear un lenguaje sencillo y claro respetando las normas gramaticales y ortográficas, y enriqueciendo el texto con recursos no verbales (imágenes, íconos, estilos tipográficos, colores, etc.) cuando se justifique.
  • Respetar y concientizar sobre el valor de las reglas de netiqueta comentadas en el Módulo 1 del curso.
  • Evitar reaccionar impulsivamente y tomarse un tiempo para responder con calma y educadamente, ante situaciones complejas, comunicaciones o intervenciones agresivas u ofensivas por parte de los estudiantes.

La concepción tradicional del rol del tutor en la educación a distancia en general, y de la educación virtual en particular, ha cambiado. El docente-tutor no sólo debe asegurar el cumplimiento de los objetivos previstos para el curso, sino que constituye un nexo entre la propuesta educativa y el estudiante, haciendo que los participantes del proceso de aprendizaje estén motivados en todo momento, interviniendo ante el desánimo, el desamparo y la posible deserción. En este sentido el docente-tutor forma parte fundamental del proceso de aprendizaje.
La acción tutorial en la educación a distancia se desenvuelve en entornos complejos y poco previsibles, es por ello que el docente debe dominar competencias pedagógico-disciplinares, psicológico-sociales, tecnológicas y comunicativas necesarias para atender demandas propias de su labor.


7.5. Bibliografía


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  • Zabalza, M. (2003). Competencias docentes del profesorado universitario. España: Narcea.



[1] García Aretio, L. (2001). La educación a distancia. De la teoría a la práctica. Barcelona: Ariel, 328 pp.
[2] Cabero, J. (2011). Modalidades de acción tutorial. En UDIMA, Nuevos modelos y recursos en la práctica docente. Madrid.
[3] Hernández A., Lourdes y  Legorreta C., Patricia (s.f.) Docencia para la Educación a distancia. [Artículo en línea]. Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.
[4] Llorente Cejudo, M. C. (2006). El tutor en E-learning: aspectos a tener en cuenta; UE nº 20 enero 2006; [Artículo en línea]. Edutec. Revista Electrónica de Tecnología Educativa. Universidad de Sevilla; España

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