sábado, 23 de agosto de 2014

PENSAMIENTO: CARACTERÍSTICAS y OPERACIONES

EL PENSAMIENTO

Extracto

Características generales


Para que el hombre pueda resolver situaciones que son imposibles de resolver por medio de la percepción directa de los objetos y fenómenos que lo rodean; es necesario utilizar un medio directo y deducir conclusiones partiendo de los conocimientos que se tienen. Esto es la actividad racional, que busca la solución a un problema utilizando los conocimientos previamente adquiridos, recordando hechos concretos. El pensamiento resuelve los problemas por caminos indirectos, mediante conclusiones derivadas de los conocimientos que ya se tienen.

El conocimiento de lo general es una premisa indispensable para cualquier actividad con fin determinado. Todo el que planea alguna actividad tiene que apoyarse en las leyes de la realidad y tenerlas en cuenta, las interprete bien o mal. Si el hombre no conociera más que objetos y fenómenos aislados no podría dominar la naturaleza y modificar la realidad.

El pensamiento es el reflejo generalizado de la realidad. La generalización se efectúa por medio del lenguaje. El hombre, cuando separa lo general, lo denomina con palabras y lo conecta con los objetos y fenómenos que tienen una característica general. La palabra es señal de objetos diferentes, pero que, al mismo tiempo, tienen entre sí algunas características generales. Esto es lo que determina su situación como estímulo que lo abarca todo y que es incomparablemente superior a todos los demás estímulos. El pensamiento es el reflejo de la realidad por medio de la palabra. El pensamiento humano es un pensamiento verbal. Marx decía: "el lenguaje es la realidad inmediata del pensamiento".

Al generalizar los objetos y fenómenos de la realidad por medio de la palabra, el sujeto va más allá de las percepciones y de las sensaciones. Basándose en la generalización, el sujeto tiene posibilidad de sacar conclusiones sobre aquello que no percibe inmediatamente.

Aunque en el proceso del pensamiento el hombre va más allá de la percepción, no altera la realidad, sino que, por el contrario, la conoce con más profundidad y exactitud. Al descubrir lo general que existe en los objetos y fenómenos conoce lo fundamental para ellos, su esencia.

Aunque el pensamiento va más allá que la percepción y la sensación, está ligado inseparablemente al conocimiento sensorial, que es la fuente de origen principal de los conocimientos sobre el mundo exterior. El conocimiento sensorial es el origen y el punto de apoyo de la actividad racional. Es bien conocido que el sujeto utiliza con frecuencia la percepción directa de los objetos o su representación objetiva para resolver tareas de carácter abstracto. También es muy conocido que las tareas racionales se facilitan cuando se apoyan en modelos objetivos.

La práctica es el origen de la actividad racional. Al mismo tiempo, la práctica sirve de criterio de veracidad del pensamiento, igual que de las sensaciones y percepciones. La práctica es también donde se utilizan los resultados de la actividad racional. El pensamiento, antes de llegar a ser una forma especial de actividad, una función mental independiente, está incluido en la actividad práctica y se efectúa ligado inseparablemente a ellas.

El pensamiento no siempre esta directamente ligada a la práctica, pero la práctica humana es imposible sin el pensamiento.

El pensamiento se puede definir como el reflejo generalizado de la realidad en el cerebro humano, realizado por medio de la palabra, así como de los conocimientos que ya se tienen y ligado estrechamente con el conocimiento sensorial del mundo y con la actividad práctica de los hombres.

… se podría decir que: pensamiento es un proceso complejo con múltiples facetas; esencialmente internos (y quizá conductual) que implica representaciones simbólicas, eventos y objetos no presentes en la realidad inmediata, pero iniciado por algún evento externo (estímulo). Su función es generar y controlar la conducta manifiesta.

Operaciones racionales.


A.   El análisis y la síntesis

El análisis y la síntesis son las operaciones racionales fundamentales, toman parte en todo pensamiento y están ligadas entre si inseparablemente en cualquier tipo de actividad mental. El análisis y la síntesis ocupan un lugar especial entre todas las operaciones mentales. Todo pensamiento es una función analítico-sintética cerebral y está constituido por distintos grafos de análisis y síntesis.

Se diferencian dos tipos de análisis: el análisis consistente en la división mental del todo en las partes que los constituyen, y el análisis que consiste en la separación mental de signos aislados, cualidades o aspectos del todo.

Cualquier actividad se puede dividir mentalmente en actividades u operaciones aisladas.           

En contraposición al análisis, la síntesis es la unificación, la reunión mental de las partes de los objetos, o la combinación mental de sus síntomas, cualidades y aspectos. También se diferencian dos tipos de síntesis: la que consiste en la unificación mental de las partes de un todo y la que reúne distintos síntomas, propiedades y aspectos de los objetos o fenómenos de la realidad.

El análisis y la síntesis nacen de la actividad práctica, y conservan su conexión con la actividad práctica incluso cuando ya se efectúan como operaciones del pensamiento. La ejecución de actos prácticos con los objetos ayuda a la división o unificación mental y es un punto de apoyo para el análisis y la síntesis como operaciones del pensamiento.
Para la ejecución del análisis mental, que tiene por objeto dividir el todo en partes, es muy importante que antes se haya percibido aisladamente lo que es necesario separar del todo. Cuando es necesario reconstruir o representarse mentalmente cualquier mecanismo complicado, la operación es más fácil si con anterioridad hemos percibido este mecanismo en conjunto.

B.  La comparación.

La comparación siempre se hace en una relación determinada cualquiera: se comparan los objetos y los fenómenos siempre por uno u otro aspecto o cualidad, por una u otra particularidad. Para comparar dos o más cosas es necesario separar aspectos determinados de ellas. Solamente separando unos aspectos de otros, estableciendo cómo están representados en cada uno de los objetos que se comparan. La comparación es imposible sin un análisis consecuente. El análisis es una de las partes constituyentes e indispensables de la comparación.

La comparación no se reduce a un análisis, con ella siempre se establece una relación determinada entre los objetos o entre las cualidades o partes de éstos. Por esto la comparación es, al mismo tiempo, una operación sintética, es decir, que incluye en sí la síntesis como una de sus partes indispensables.

La comparación es muy importante para el conocimiento de la realidad. El hombre, solamente cuando compara los objetos y fenómenos, puede orientarse en el mundo que lo rodea, puede reaccionar de la misma manera ante objetos semejantes y actuar de forma distinta según la diferencia que hay entre ellos.

C.  La generalización y la sistematización.

La generalización es la separación mental de lo general en los objetos y fenómenos de la realidad y, basándose en ella, es su unificación mental. La comparación de los objetos y fenómenos es una premisa indispensable para la generalización.
El hombre piensa sobre lo general, después de separarlo de lo particular, por medio de la palabra que lo expresa.

La sistematización o clasificación de los objetos y fenómenos es su distribución mental en grupos o subgrupos, según la semejanza y la diferencia que hay entre ellas.
En las clasificaciones científicas se toman como base, para la división en grupos, los caracteres más esenciales de los objetos.

D.  La abstracción y la concreción.

La abstracción está ligada inseparablemente a la palabra. Únicamente por medio de la palabra se puede pensar algo haciendo caso omiso de la imagen total del objeto determinado. Pavlov decía que las palabras representan una abstracción de la realidad y permiten la generalización, que constituye el pensamiento superior específicamente humano y personal.

La concreción es el opuesto a la abstracción. Se concreta sobre lo particular que corresponde a lo general determinado. En este caso no hacemos caso omiso de los caracteres que existen en el objeto particular, sino que pensamos sobre él dentro de la multitud de particularidades que le son peculiares. La concreción de lo general permite comprenderlo mejor, relacionándolo con aquello que no es dado en la experiencia sensorial. La concreción nos aproxima a lo que percibimos por la experiencia sensorial, a lo que es más objetivo y más conocido.

E.  La comprensión.

La compresión se apoya en la conexión inseparable de lo abstracto y lo concreto, de lo particular y de lo general, y no se puede alcanzar fuera de esta conexión.
Cuanto más amplias son las conexiones entre lo uno y lo otro, con más rapidez y facilidad se llega a la compresión.

Se diferencian 2 tipos de compresión: la directa y la indirecta. La compresión directa se realiza de pronto, inmediatamente, no exige ninguna operación mental intermedia y se funde con la percepción. La compresión indirecta se desarrolla de otra manera. En este caso las conexiones temporales se actualizan gradualmente, y en el proceso de compresión intervienen varios eslabones intermedios, es siempre un proceso que se desarrolla en el tiempo y tiene una serie de etapas.

Desarrollo del pensamiento en los niños.



 Los primeros actos racionales se manifiestan en los primeros contactos del niño con los objetos que tiene a su alrededor cuando despiertan su atención, y aunque algunos de ellos no son conscientes, suponen una generalización de las relaciones y conexiones correspondientes de los objetos y fenómenos reales. Esta generalización al principio aún no es consiente, y sirve de base para que resuelvan problemas prácticos, utilizando unos u otros medios para alcanzar los fines que se han propuesto.

El niño piensa al mismo tiempo que actúa. Así precisamente es como realiza toda su actividad analítico-sintética.

Las primeras abstracciones del niño también están inseparablemente ligadas a los actos.

El pensamiento infantil está estrechamente conectado con la percepción, con la experiencia sensorial directa; esto se manifiesta de una manera más clara cuanto menor es el niño. El niño piensa con imágenes objetivas, su pensamiento es siempre concreto. Las generalizaciones a que él llega o que él asimila de los adultos están aún estrechamente ligadas con las fuentes sensoriales de que proceden y que le sirven de punto de apoyo.
Los primeros juicios del niño sobre la cantidad de objetos están ligados inseparablemente con sus cualidades perceptibles y sensoriales, como son el tamaño, forma y su situación en el espacio.

Las explicaciones y demostraciones que da el niño demuestran la relación estrecha que para él existe entre lo general y la experiencia sensorial; sus explicaciones también tienen un carácter concreto y objetivo, reduciéndose a ejemplos de casos únicos que confirman lo que quieren demostrar.

En la edad preescolar, el pensamiento tiene un marcado carácter concreto y objetivo, conservando todavía una conexión muy estrecha con la actividad práctica.
  

Desarrollo del pensamiento.

Parte del desarrollo del pensamiento está, desde luego, relacionado con la madurez biológica; todos los diferentes sistemas corporales -sensorial, nervioso y motor- están íntimamente implicados en la conducta y, por tanto, en el pensamiento.


  
BIBLIOGRAFIA

Smirnov, A. A.; Rubinstein, S. L.; Leontiev, A. N. y Tieplov, B. M. (1995). Características del pensamiento. En Psicología. México, Edit. Grijalbo.



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